“……el reposo del badilejo”
Reflexiones sobre conceptos, aplicaciones y realidades de la arqueología actual.
Javier Ignacio Alcalde Gonzáles
Carlos Roldán Del Águila Chávez
Fernando Federico Fujita Alarcón
Abril del 2005.
TABLA DE CONTENIDOS
PRESENTACIÓN XXX
INTROITO (Los Autores) XXX
…. Conceptos.
Arqueología Social. XXX
La Arqueología: fuera de su parcela académica. XXX
EL REGISTRO ARQUEOLÓGICO: ¿ Qué, cómo, por qué y para qué?. XXX
Algunas relaciones entre arqueología y paisaje XXX
Aproximación a los territorios sociales desde la arqueología XXX
Arqueología y estudio del Estado. ¿El caso del Estado Andino? XXX
El Patrimonio como Documento. XXX
El Coleccionismo y el Contexto. XXX
El Futuro de los museos en el Perú o..... una incierta historia que.... XXX
Identidad Histórica. XXX
Arqueología profesional, arqueología científica, arqueología patrimonial XXX
Comentarios acerca de la obra “El Origen de la Familia... XXX
…. Aplicaciones.
El patrimonio Cultural XXX
Gestión Cultural y Museos XXX
Colecciones arqueológicas de los museos. Posibilidades congeladas... XXX
De los Restos Humanos: ¿Sujetos u Objetos?. XXX
Evaluación Y Rescate: ¿De Los Objetos O De La Información?. XXX
Casandra y las Ciencias Sociales XXX
La dominación espacial: Reflexiones. XXX
La relación etnográfica de un arqueólogo..... XXX
…. Realidades.
Arqueología y gremio. XXX
Arqueología ¿para qué?.Reflexiones para un exceso de .... XXX
ARQUEOLOGO: ¿Quién? Y ¿Para Quienes?. XXX
HUACAS: ¿Espacios Históricos. XXX
“MEDICINA” para arqueólogos. XXX
LA UNIDAD 42: triste relato utópico sobre nuestro patrimonio XXX
Cultura – Recursos – Gestión: Triángulo que no cierra. XXX
Cuando la Política de Estado cree no dejar registro arqueológico XXX
Acerca de la Independencia en el Mundo. XXX
COLOFÓN. XXX
PRESENTACIÓN
o ..... de lo que pensamos los autores sobre nosotros mismos....
A Fujita y Alcalde los veo siempre, no en el sentido estricto de la palabra de verlos físicamente, ni mucho menos en el idealista sentido de no poder vivir sin ellos, pero los veo siempre. Me refiero al sentido de ser consciente que manejamos una forma común de pensamiento, alguno de nosotros más radical o tal vez más revisionista, pero en líneas generales pensamos de manera similar. Alcalde plantea sin éxito alguno, por el momento, teorizar la realidad para subvertir las cosas, transformarlas y hacerlas cada vez mejor y justas lo más pronto posible. Fujita explora permanentemente los vericuetos incoherentes de la mente humana para encontrar coherencia, a través de uno de los mecanismos mentales más fascinantes: el Sarcasmo. Estos dos conceptos me acerca a ellos y me hace pensar que aún existen posibilidades para cambiar las cosas con alegría. Yo también creo en eso entonces. (Carlos Del Águila, 2004).
Dos Apóstoles: San Javier y San Carlos. San Javier Carismático, se le representa con un papiro y una pluma en ambas manos, con aire de meditar lo que piensa y escribe. Patrono del Capítulo de Filósofos de la Arqueología Social. San Carlos Silencioso, representado con una pluma en la oreja y rodeado de gente. Patrono del Capítulo de Predicadores de la Arqueología Social. Ambos son representados de pie y en actitud de avanzar hacia la izquierda, detrás de ellos una enseña bermellón en el cual se encuentra insertos una brocha y un badilejo dorados cruzados hacia arriba, signatura de la Orden de la Prelatura Autónoma del GARSOC. (Fernando Fujita, 2004).
INTROITO
A ninguno de los tres autores le motivó una necesidad especial el publicar estos ensayos. A ninguno de los tres se le ocurrió que el resultado final iba a ser un conjunto de ideas, articuladas, que plantean una reflexión del quehacer de la arqueología en el Perú. A ninguno de los tres les interesaba trascender a otros niveles de la investigación luego de publicar estos textos.
No obstante...a los tres se nos pasó por la cabeza que, la lectura de estos textos podría generar una situación de discusión y debate entre los especialistas que hace tiempo no existe en el país, por eso creemos que vale la pena publicarlos.
No creemos que vayamos a trascender, luego de su publicación, pero esto importa poco o nada, total, no invertiremos mucho dinero en producirlo, sin embargo, podremos seguir escribiendo y publicando para mantener y/o fortalecer la necesidad de discutir y conversar sobre Arqueología. Si conseguimos esto, estaremos satisfechos.
Los autores fundamos el Gabinete de Arqueología Social como un círculo de investigación y debate sobre la Arqueología en todas sus manifestaciones y niveles. Surgimos un 24 de agosto de 1997 con el objetivo principal de generar un necesario debate por la construcción de nuestra historia, con nuestras tecnologías y nuestras soluciones a partir del conocimiento y difusión de la memoria y patrimonio colectivo de más de dieciséis milenios de experiencia humana en los Andes.
Gran parte de los presentes escritos fueron difundidos por el Boletín “ANDINAS”; medio de comunicación por el cual el Gabinete de Arqueología Social (GARSOC) difundió y proclamó opinión entre los años 1998 y 1999, años en los que los autores veníamos desarrollando experiencias tanto privadas como oficiales del quehacer profesional. Luego, asumimos ciertos cargos oficiales en Arqueología, viajamos, intercambiamos experiencias y desarrollamos proyectos, muchos de ellos ambiciosos. Estas nuevas experiencias han enriquecido las anteriores y generaron los otros ensayos incluidos en el presente libro. Además, desempolvamos textos universitarios, los revisamos y los incluimos, de manera que, a estas alturas del partido, lo que comenzó siendo un libro de ensayos, se ha convertido en un compendio histórico de la trayectoria y pensamiento de tres arqueólogos .... jóvenes aún!.
En definitiva, se tocan muchos temas, muchas experiencias, muchos experimentos, los cuales los hemos articulado en tres partes: una primera de conceptos, otra segunda de aplicaciones y una final de realidades; estas tres partes creemos reflejan la problemática de la arqueología en el Perú y proponen un enfoque mas personal y sensible para enfrentar los avatares de esta ciencia social.
Consideramos que, luego del tiempo transcurrido, muchas de las ideas que se vertieron en estos ensayos todavía siguen vigentes, ahora más que nunca. Nuestra única y verdadera pretensión, finalmente, es llegar a las mentes... esperamos conseguirlo.
Los autores
…. Conceptos.
Arqueología Social
Javier Ignacio Alcalde Gonzáles
Entendimiento de la arqueología como disciplina de la ciencia social. Busca el conocimiento de la sociedad, en un primer momento a través de los restos materiales de ésta, en un segundo momento, mediante la discusión con las otras disciplinas sociales. Actúa integralmente, interdisciplinariamente, en todos sus niveles. Sus procedimientos técnicos, metodológicos y teóricos guardan coherencia con principios sobre la objetividad de la materia y la dialéctica inherente a todos los procesos de esta. Sus sustentos teóricos se basan en una teoría propia de la arqueología, pero parte de la teoría general de la Historia (como proceso, no se refiere a la disciplina del mismo nombre). Su conocimiento de la sociedad está en función del ser social, quien debe utilizar ese conocimiento a manera de instrumento para su desarrollo como tal.
La Arqueología social asume su condición de disciplina científica en tanto su objeto de trabajo directo es material, parte de la realidad objetiva, susceptible entonces de ser observado, analizado a través de cuantificaciones y cualificaciones, ordenado por sus regularidades, condicionado por sus atributos físico-químicos, determinado por su espacialidad y la naturaleza de la misma, rastreable en su temporalidad. Este objeto de trabajo es pues real.
Es fácil en este punto, de aplicación, muestreo y ordenamiento estadístico, y demás concreciones absolutamente empíricas, distraer la atención y satisfacer expectativas "cientificistas" que no trascienden de una, más o menos, espectacular presentación formal de las evidencias, un regreso del objeto per se. Todo lo cual puede incluso ser "interpretado" por una básica mecánica de aplicación de estratigrafía y contexto, dejando de lado todos los procesos a los cuales el dato empírico se ha encontrado adscrito hasta ser contemporáneo a nuestra investigación. Como ya muchos autores de recuentos historiográficos han señalado, la investigación en Arqueología, sobretodo a inicios de los ochentas, se encontró, principalmente en la de origen norteamericano, con una gran carga de información, la mayor parte de la cual altamente elaborada sobretodo en sus aspectos netamente materiales, producto de esto muchas escuelas arqueológicas empezaron a configurar modelos explicativos, algunos de los cuales se convirtieron en formas teóricas de las conocidas como de rango medio.
Al ser estas propuestas principalmente de rango medio, es decir, las que en teoría del conocimiento buscan básicamente la concatenación de la información elaborada con expresiones formales explicativas o de verdad aceptada, con procedimientos, metodológicos, inherentes a la investigación arqueológica y científica, encuentran siempre en uno de sus componentes al material arqueológico concreto; hecho por el cual devinieron modelos explicativos que, según los casos, incidieron en tipos de material (beneficiando traceologías, materia prima y resistividad, etc.), o en conjuntos de material contextualizado (estudios de patrón de asentamientos, arqueologías de espacios domésticos o urbanos, etc.), inclusive estudios más integrales que relacionan amplios rangos de información empírica (arqueología conductual, estudios de procesos tafonómicos o posdeposicionales, etc.).
Todos estos procedimientos metodológicos contribuyeron, y aún lo siguen haciendo, a lograr que la discusión en Arqueología se elevara del dato sin elaborar y de las generalizaciones casi especulativas, hacia fundamentos más sólidos derivados de material arqueológico mejor analizado por lo menos en sus aspectos técnicos; sin embargo, esto generó que los diferentes esfuerzos se enfrascaran en sus respectivos, y primarios, campos de acción, iniciando una serie de arqueologías segmentadas, incluso algunas de las cuales se autoerigieron como únicas soluciones al crecimiento de la Arqueología como ciencia.
A todo esto cabría agregar la complejidad de los procedimientos utilizados en la práctica arqueológica de las últimas décadas, vinculados principalmente a la adecuación de técnicas de las ciencias naturales, o de la disciplina geográfica, aunque sin descartar una importante adopción, inclusive hasta el establecimiento de verdaderos injertos, de mecanismos metodológicos de otras disciplinas que han generado una gran variedad de nomenclaturas de la arqueología, las cuales hacen referencia desde los aspectos teóricos hasta los metodológico-técnicos a los que se encuentran adscritos.
Por lo dicho, y por otras razones que incluyen sobretodo una falta de voluntad crítica en las facetas epistemológicas, ontológicas, y de la teoría metodológica dentro de la investigación arqueológica, es por lo que en la actualidad nos encontramos con una larga lista de arqueologías, las cuales deben su origen, como ya hemos visto, a una vaga noción que confunde la capacidad de análisis de la Arqueología, y la diversidad de sus objetos directos de estudio, con el objetivo fundamental de la misma, en tanto parte de la ciencia social, que es el conocimiento de las sociedades en su proceso histórico, con sus generalidades y particularidades, sobre lo cual hablaremos más adelante.
La Arqueología Social logra su formalización entre mediados de los setenta, y principios de los ochenta. En base a las propuestas teóricas de L. G. Lumbreras, J. L. Lorenzo, L. F. Bate, J. M. Gándara, M. Sanoja, I. Vargas, entre otros, desde esa época hasta la actualidad, muchos otros investigadores han venido diseñando estudios en el marco de estos postulados, generando a la vez que metodologías, conceptos y categorías, un intenso, aunque a veces intermitente, debate sobre la naturaleza del proceso histórico, y las formas de abordarlo a través de la Arqueología, y los aportes de ésta en el ámbito social contemporáneo.
Sin embargo, la Arqueología Social no ha escapado a los defectos propios de la dinámica de la investigación, sobre todo en los aspectos teóricos; así hemos venido observando como no pocos autores practicaron una arqueología tradicional bien maquillada de conceptos y categorías propias de la Arqueología Social, o se enfrascaron en tratar de caracterizar modos de producción en base a resultados de una excavación o caracterizar a los mismos sin ninguna contrastación apoyados en extensas y confusas tautologías; hemos sido testigos también como otros autores agotados por sus propias deficiencias teóricas abandonaron los procesos de generalización de los datos (parte de la investigación científica, y no todo) por novedosas y encandilantes teorías que van desde la particularidad de la materia hasta el fin de la historia.
También, y cómo no decirlo, la Arqueología Social fue deformada, por quienes no la practican, con comentarios tan acríticos como su falta de tendencia modal en estos ya bastante antiguos liberales tiempos, o como su vocación más política que académica (como si llamándose social tuviera que abarcar exclusivamente claustros y excavaciones), o por el simple pero altamente perjudicial hecho de ser presentada a los estudiantes, actualmente, por profesores que desconocen sus principios fundamentales, o que no le dedican un tiempo adecuado, o que intencionalmente tergiversan sus postulados en un desaforado interés de figuración personal; a todo esto habría que agregar las condiciones socio-económicas que impiden una ágil difusión editorial y un cada vez más cerrado entorno académico en que los méritos profesionales y de investigación importan poco para el ingreso a la cátedra.
En un tono autocrítico, debemos señalar también nuestra falta de interrelación con la comunidad de arqueólogos, motivada ésta básicamente por problemas subsistenciales (económicos), lo que implicó una lenta dinámica entre discusiones, algunas veces exclusivamente teóricas, con la práctica de la investigación.
En este breve esbozo hemos tratado de sintetizar una problemática de la Arqueología en general, cubriendo el sustrato de las principales opciones teórico-metodológicas con que se cuenta en la actualidad. Los arqueólogos nos acercamos cada vez más, y por el propio desarrollo de la Arqueología, hacia el empleo de un utillaje técnico-metodológico más homogéneo, hacia postulados teórico-metodológicos entendibles y/o discutibles entre unos y otros; son muy pocas las escuelas que no toman en cuenta, por lo menos teóricamente, al ser social como verdadero objeto de conocimiento, sin embargo, poco se ha avanzado en otros ámbitos para la generación de mecanismos metodológicos y teóricos que nos permitan ligar objeto de estudio con objeto de conocimiento, dilucidar entre objeto y sujeto.
Creemos firmemente que la Arqueología Social contempló y contempla la visión integral que nos permite no sólo recoger datos y elaborarlos o formular hipótesis explicativas, sino que brinda un corpus coherente de explicación y conocimiento de la realidad y por eso es que también nos brinda la capacidad de postular su transformación.
La Arqueología Social debe ser entendida como una herramienta constitutiva de la estructura multidisciplinaria de la Ciencia Social cuyo objeto directo de estudio son los restos de actividad social, desde los contextos primarios hasta los paisajes transformados por el hombre, pasando por cada uno de los objetos que nos puedan brindar pistas sobre las formas como la sociedad se organizó o se desorganizó a través del proceso histórico, preguntándonos sistemáticamente cuáles fueron los elementos causales de estos eventos, cuáles sus determinantes y sus condicionantes, todo elaborado sobre sólidas bases de datos y propuestas metodológicas que guarden congruencia con la realidad integral que se pretende estudiar.
Así se convierte en herramienta histórica y contemporánea recuperadora de la experiencia del hombre con el medio y principalmente de los hombres entre sí, y a la luz de las discusiones con otras disciplinas de la Ciencia Social busque los mecanismos para conducirlas a relaciones solidarias y justas.
La Arqueología: fuera de su parcela académica.
Desde Ultramar a los estudiantes de mi patria, América.
Fernando Federico Fujita Alarcón
La presente nota se basa en lo que redacté una tarde en que me vi envuelto en una situación poco común y cotidiana para mí. Era reemplazar a Carlos Del Águila, que se iba de viaje oficial, en una clase universitaria en nuestra vieja Casa de Estudios , en una Facultad diferente en la que habíamos estudiado, en la Escuela Académico Profesional de Artes. Se trataba de una clase introductoria e informativa para estudiantes de primer año qué es Arqueología, cuál es su ámbito, etc... y cómo se come aquello, y la gracia del asunto era que yo siempre he sido el relajado mal alumno, típico vago universitario, y era a mí quien se le pedía dar una clase de introducción a la Arqueología.
Exactamente, ¡Que miedo!, ¡Que Horror!.
Para aquellos que me conocen bien, saben que me enredo solo y me explico peor, y más aún cuando todos los días te cuestionas qué hago yo aquí, qué estoy haciendo para que el mundo sea mejor. Cuando recién te inicias lo común es la pregunta de rigor: ¿Pero por qué has escogido Arqueología y no mejor Medicina, o Derecho, o Ingeniería, o (aquí cada uno puede agregar la profesión u ocupación que quiera, todas caben)? y responder en esos momentos es muy fácil y rápida: por los viajes, porque conoces las culturas de los wakos, porque me gusta la aventura, entre otros sustantivos y adjetivos. Mas comienza a pasar el tiempo y cada vez se te hace más difícil responder, pues te das cuenta que esas palabras y sentimientos eran expresiones fenoménicas y sentimentales, como una reacción. La realidad es que estás buscando algo dentro de ti, tu vocación de servicio y concordarlo con tus verdaderos sentimientos con respecto a la sociedad y cultura que te envuelve, y comienzas a hacerte las preguntas del inicio de éste párrafo.
Esa cálida tarde del 23 de octubre de 2002 fui recibido, para suerte mía, por la profesora de aquel curso e inicié el siguiente discurso.
¿Qué es Arqueología?
La Arqueología es una disciplina científica de las Ciencias Sociales, y ésta tiene como objeto de estudio a la sociedad en su conjunto, de ahí su relación estrecha con la Historia, Antropología, Trabajo Social, Política Económica, entre otras que también se consideran, al igual que la Arqueología, disciplinas de las Ciencias Sociales. Pero también es heredera de otras ciencias como las naturales y físicas, v.gr. de la Biología, Geología, Geografía, o bebe de otras fuentes como la Filosofía, etc.... Es una de las actuales disciplinas que tiene estrecha relación, desempeño e inclinación multidisciplinaria.
El ámbito temporal y físico de la Arqueología es amplio. Va desde hace unos buenos milenios de proceso histórico, desde que aparecieron los primeros hombres y mujeres hasta un segundo para atrás, como decimos nosotros. Pero esto no serviría de nada si es que no examinamos cómo ellos resolvieron sus problemas y sus necesidades básicas, cómo aceptaron y sancionaron socialmente las soluciones, y lo comparamos con los del presente, y planificamos el futuro.
Como habrán adivinado, la verdadera preocupación de la Arqueología y las otras disciplinas científico-sociales, no sólo es la sociedad actual sino también, y principalmente, la sociedad del futuro.
¿Pero cuál es el concreto objeto de estudio de la Arqueología?
El objeto concreto de estudio de la Arqueología es la sociedad en su plenitud, el cual se lleva a cabo por medio del análisis de las evidencias materiales que deja la sociedad, y las culturas, en su continua formación de la Identidad Histórica desde hace milenios, donde los últimos quinientos años es una parte muy pequeña de nuestro desarrollo social y cultural.
Y se preguntarán cuáles son esos materiales. Son muy diversos, van desde lo mueble (es decir, lo transportable) como los wakos o cerámicas, textiles, metales, óseos, otros materiales como los orgánicos, etc..., y los inmuebles como son un abrigo rocoso, un paraviento, desde un campamento hasta una ciudad. Y de repente, cosa curiosa para muchos, para nosotros un basural es más importante que un templo... ¿¿¿Qué??? dirán ustedes, pero es cierto, pues, como ustedes sabrán, un templo es un sitio que se limpia continuamente y van renovando sus cosas, en cambio un basural es muy rico en información sobre la sociedad que la genera y, entre otras cosas, podemos saber qué consumían y cómo lo hacían.
El Proceso de Investigación y la Metodología.
El proceso de las investigaciones científicas está dirigido a preguntas y a resolverlas de formas sencillas y claras tales como: cuándo, cómo, donde, por qué y para qué se llevaron a cabo diversas acciones; y otras tan complicadas como preguntarse cómo es que transformaron los pantanosos ríos en valles fértiles.
Como parte esencial de las labores propias de la ciencia está la búsqueda de la verdad y cómo se expresan las leyes que rigen a la sociedad. Esto nos lleva siempre a elaborar y revisar informes y otras documentaciones, lo que nos conduce a plantearnos una serie de preguntas y sus posibles explicaciones.
A estas explicaciones o guías de trabajos o ideas de trabajo las llamamos hipótesis. Las hipótesis, grosso modo, nos sirven para encontrar las reglas y, a su vez, las regularidades y constantes de las leyes. Claro debe quedar para todos que tanto las reglas como las leyes deben ser continuamente probadas.
Con una hipótesis puede suceder que deba ser modificada por las evidencias de la realidad, luego ser reformulada en parte y vuelta a ser probada e iniciar nuevamente el ciclo; o cuando una hipótesis está en contradicción con la realidad debe ser completamente rechazada, ya que la realidad prima sobre la idea. Cuando una hipótesis sólida no se puede probar con el corpus de información actual (conjunto de datos ) pasa a emerger la necesidad, y es el último caso, debe ser probada por medio de un estudio riguroso en laboratorio: la excavación científica.
Para lograr una buena excavación, y unos buenos resultados, se tienen que seguir una serie de pasos metodológicos que son los siguientes:
I) En el Gabinete:
1) Agotamiento de información: No es más que el acumular y formalizar la mayor cantidad de conocimiento (bibliográfico) sobre el tema de nuestro interés. Muchas veces continúa durante la excavación, y de vez en cuando después de ella.
2) Elaboración de las fichas: Es la preparación del sistema de acopio de información mediante un registro formal del protocolo. Es mediante fichas ad hoc que luego nos permitirán centralizar, formalizar y expresar adecuadamente la información que vamos a interpretar.
II) En el Campo:
1) Prospección: Equivale a las acciones de reconocimiento, inventario, catastro de una región o porción de ella. Con estos resultados estaremos en condiciones de aproximarnos a la ubicación del sitio o los sitios que nos puedan servir como fuente de datos.
2) Selección del sitio a excavar: Este debe ser la mejor zona arqueológica con el mayor potencial frente a los otras candidatas y, de ser posible, la menos alterada para lograr la mayor fidelidad de los datos.
3) ¿Excavaciones en área amplia o en unidades pequeñas, qué hacemos primero?. Primero será ubicar las unidades de acuerdo a nuestros intereses particulares y científicos. Ellos nos pueden llevar a hacer pequeños hoyos por todos lados como hacían algunos arqueólogos extranjeros y que les llamaban pozos de prueba (test pits que le dicen), trincheras para cortar el sitio definiendo su extensión y su secuencia ocupacional, o trincheras usadas para seguir los muros (otra afición extranjera), etc..., o excavar en cuadrículas dividas cada tanto.
O excavar con unidades amplias de excavación de tal forma que nos permita observar de manera más completa las asociaciones y contextos que identifiquemos mediante tres principios y tres criterios .
El proceso de excavación y los instrumentos a emplearse están estrechamente relacionados con el contexto que se está excavando, es decir, no es lo mismo excavar un basural usando la técnica de decapado con pinceles y bombines que el retiro de un relleno de piedras usadas en nivelación con picotas y carretilla. Yo nunca recomendaría que se invirtiesen los instrumentos en estos casos, sería una catástrofe para la ciencia y el desarrollo del proyecto, yo recomendaría tener siempre el máximo de minuciosidad de registro con los instrumentos adecuados.
Asimismo, de preferencia se deben ubicar las unidades dirigidas a los rumbos cardinales en el caso de no haber una estructura visible. De haber estructuras debemos seguir la orientación de las mismas e insertar en los dibujos o colocar en el terreno un orientador del norte en el caso del registro fotográfico.
Ésta cuadriculación no sólo nos permitirá ver ordenadamente un terreno, sino nos facilitará el proceso de registro testimonial.
¿Cuál es la importancia del registro testimonial?
El tiempo que pasamos en el campo lo empleamos entre la excavación y el registro de las unidades de trabajo mediante los dibujos de planos, dibujo de plantas, etc... Estos los utilizaremos para el control de la excavación y el rediseño de la misma. Los dibujos de perfiles y dibujos de cortes servirán para el control estratigráfico y la relación entre elementos arquitectónicos y de unidades; los dibujos isométricos los emplearemos para imaginarlos en volumen, elevaciones de frontis, etc...; o el registro mediante fichas ad hoc de excavación (capas, contextos, asociaciones, arquitectura entre otras). Así mismo, manejaremos medios de registro ópticos como tomas fotográficas, tomas en video, etc..., y el famoso diario de campo donde anotarás tus impresiones y aventurarás tus hipótesis provisionales.
Con todas estas responsabilidades es obvio que no es tan divertido como muchos piensan; otros pensarían que se debe excavar por excavar. No, lo más importante de la excavación es la recuperación y acopio de la información de la forma más real, sistemática, continua y rigurosa, porque de ello depende la recuperación de datos que emplearemos para hallar la verdad.
¿Trabajo de Gabinete?
El trabajo de campo no estará completo sin la labor del Gabinete que nosotros opinamos que debe estar listo para iniciar sus operaciones con el primer día de campo pues hay que limpiar, marcar, pesar y describir por lo menos todas las evidencias materiales y muebles, y que concluye con un embalaje y almacenamiento adecuado, así como su posterior depósito en los sitios indicados por las autoridades respectivas que pueden ser un museo de sitio o un museo regional.
Tampoco hay que olvidar que, al igual que el trabajo de campo, la labor del gabinete se expresa y se formaliza también en un protocolo de fichas de registro.
Al proceso de interacción de las labores de campo y gabinete se incorporan todos los datos bibliográficos y otros previos, se arma el corpus de información y se afina la interpretación de los mismos. Poco a poco se comienza a unir el informe con las características de una tesis, donde se plantean las hipótesis que iniciaron el proceso de investigación como método de prueba, si resultaron o no, si se debieron afinar, etc..., y vuelve a iniciarse nuevamente el ciclo o dirigirse a un nuevo e ignoto tema. También es obvio que se practique algo saludable, la formulación de posibles hipótesis que nos lleven a las reglas, y éstas, quizá, nos lleven a definir a las leyes que rigen a las sociedades.
¿Y los Tres Principios, Tres Criterios que se escribía arriba?
Pero un proceso de investigación arqueológica no está completo si no se tienen en cuenta los principios y criterios teóricos que engranan todos los puntos anteriores, lo que les da la coherencia y la consecución de los objetivos.
• Tres Principios: Asociación, Recurrencia y Superposición.
La Asociación es la identificación clara de las relaciones de los objetos entre sí, lo que nos permitirá determinar un contexto que puede ser cerrado (una tumba por ejemplo) o abierto (una plaza pública). Como ejemplo simplificado podemos imaginarnos que si encontramos un recinto delimitado por muros, con un vano de acceso con un objeto de madera rectangular que lo sella y abre a voluntad, creándose cierta intimidad y separación de otras actividades; y si dentro de este recinto ubicamos una superficie sólida o semisólida sobre el cual se identifica un objeto rectangular blando o semiblando con una serie de cubiertas textiles superpuestas, la relación entre ellos, la asociación, podría indicarnos que en ese sitio se dormía y que, por lo tanto, el contexto identificado sería un dormitorio.
En cambio, la Recurrencia es la capacidad que se adquiere para comparar e identificar los materiales hallados en la excavación con los provenientes de otros sitios. Continuando con el ejemplo anterior, yo puedo decir que lo visto dentro del recinto es una cama porque he visto fotos y dibujos, he leído descripciones de ese elemento, además que sé por las documentaciones que su función es para recuperar energías en ella (dormir), aunque su uso pueda ser distinto como por ejemplo para actividades culturales, recreativas y reproductivas, pero no nos desviemos. Las características generales del recinto ya han sido identificadas previamente en otros sitios y comprobadas igualmente: es un cuarto o dormitorio con una puerta de madera en este caso.
La Superposición indica una secuencia lógica en la que lo que se encuentra abajo es anterior a lo que se ubica arriba; en otras palabras, este principio nos lleva a determinar una secuencia ocupacional. Y siguiendo con el dormitorio, podríamos decir que existe una superficie de nivelación (falso piso) que se creó antes que el que se encuentra arriba, es decir, una superficie de tránsito (el piso del dormitorio) colocado para hacerlo más regular y confortable.
• Tres Criterios: Función, Forma y Producción.
Desde que existe el género Homo, en especial el Sapiens Sapiens, se han creado, y se siguen creando, instrumentos específicos para satisfacer las necesidades individuales y colectivas. En otras palabras, todo objeto (artefacto o instrumento o herramienta) elaborado de manera conciente, como prolongación de la inteligencia o sentido corporal, tiene una función (satisfacer una necesidad) que se encuentra relacionada directamente con la forma o diseño. Válgame otro ejemplo explicativo: una pluma de escribir es un tubo cilíndrico con un semilíquido o un gel que termina en una punta con una pequeña bola en su extremo distal por la cual fluye al contacto de una superficie cuasi áspera; a su vez este tubo se encuentra inserto dentro de otro que tiene una cubierta extraíble y este tubo se encuentra hecho de tal manera que pueda ser aprehendido entre el índice y el pulgar. Es decir, su función es de satisfacer la necesidad de comunicarse de forma gráfica. En cambio el uso, si es que se están preguntando, es todo aquello para lo cual no estaba proyectado, por ejemplo, para hurgarse la nariz.
¿Y cuántos de nosotros necesitamos tal objeto? La respuesta está en directa relación a la demanda, así como a las ciencias y técnicas que poseemos en esos momentos para saciar la necesidad individual y colectiva. Esta capacidad se llama producción.
Finalmente, lo más ansiado: la publicación y la divulgación.
Una vez que hallamos entregado los informes a nuestras respectivas autoridades en la materia de Patrimonio Cultural o Histórico viene una parte crítica, pues uno de los deberes de los científicos sociales es divulgar el conocimiento a la sociedad, y uno de los mecanismos más atractivo, pero más costoso también, es la publicación de un libro... ¿quién no ha soñado, aunque sea alguna vez, la publicación de sus trabajos?. Para ello creo que se necesitan identificarse las oportunidades y posibles financistas y, en especial, mejorar la capacidad de gestión y la creatividad.
Otros métodos de divulgación son igualmente satisfactorios como son las publicaciones de artículos y notas, son las charlas que podamos ofrecer en las escuelas, institutos, universidades, etc..., son las charlas, seminarios y las conferencias, así mismo, son satisfactorios los debates y foros en cualquier medio.
En fin, esto es una muy breve aproximación a la Arqueología.
Alcalá de Henáres, 29 de agosto de 2004.
EL REGISTRO ARQUEOLÓGICO: ¿ Qué, cómo, por qué y para qué?
Javier Ignacio Alcalde Gonzáles
Al iniciar queremos acotar una breve pero necesaria diferenciación entre Objeto de Trabajo y Objeto de Conocimiento. Como disciplina de la Ciencia Social, la Arqueología comparte con las otras disciplinas (Historia, Antropología, Economía, etc.) el Objeto de Conocimiento: La Sociedad, desde perspectivas tan variadas como el proceso histórico, de manera integral, o la forma de organización de alguna de sus actividades, de manera particular.
Para lograr este conocimiento, la Arqueología procede a través de su Objeto de Trabajo: los restos de actividad humana, presentes en una variada gama y niveles de evidencias, desde un conchal (sitio arqueológico), o la observación de los procesos de manipulación de algún cultígeno (datos arqueológicos acumulados). Visto de esta manera, el Objeto de Trabajo es parte de nuestro Objeto de Conocimiento, y requiere por tanto de relaciones interdisciplinarias, tanto para sus niveles técnico-metodológicos como para los interpretativos. El Objeto de Conocimiento debe servir al sujeto, al ser social, para afrontar su realidad.
En la actualidad, sobre todo en la bibliografía (de contenidos metodológicos y teóricos principalmente), se viene tocando el tema del Registro Arqueológico (R.A. en adelante). Esta ‘categoría’ ingresó hace ya mucho tiempo en el vocabulario arqueológico, a pesar de ello no existe una acepción clara de sus contenidos, aunque muchos tengamos una ‘noción’ de su pertinencia. No es el propósito de este artículo presentar una definición única, o resolutiva, de lo que es el R.A. Esta pretensión sería, además de jactanciosa, imposible por ahora, sin embargo creemos necesaria la discusión de sus posibles contenidos.
La imposibilidad antes sugerida se da por las múltiples acepciones del término, que van desde cualquier tipo de evidencia (punta de proyectil), pasando por el sitio arqueológico, hasta el corpus de datos obtenidos en un trabajo o inclusive la manera como se recuperó dicha información.
Creemos que el R.A. como información, pertinente a la actividad humana, está presente en cualquier tipo de evidencia; éste será más o menos útil dependiendo del nivel de contextualización de la evidencia, de su nivel de interrelación con otros datos, inclusive dependerá de factores externos, incluyendo nuestra propia intervención, nuestra aplicación técnica y metodológica. En este momento el R.A. podría ser equiparable con nuestro Objeto de Trabajo, pero veamos más adelante.
El R.A. (equiparable a Objeto de Trabajo, en este momento) se da independientemente del arqueólogo, está presente con o sin nuestra intervención, y posee en sus características los restos de la actividad humana a la que estuvo asociado, se guarden o no en él todas las huellas químicas, físicas, formales o incluso contextuales. Sin embargo su calidad material conserva siempre parte de esas huellas que son rastreables bajo diverso tipo de procedimientos tanto técnicos como metodológicos.
La existencia de estos elementos materiales no determina su calidad de dato arqueológico; ésta sólo se da cuando a través de nuestra intervención (arqueológica, esté o no contextualizado el objeto, mediante una excavación, una prospección o una revisión de acervo museográfico), cuando a través de nuestros procedimientos ingresa ya como dato arqueológico, por lo que algunos consideran también como R.A. a la data arqueológica. Por esto cabria decir que éste existe en base a lo que se documente de él.
De hecho éste se concreta en las evidencias de actividad humana en el medio geográfico-ambiental (y las relaciones interactuantes entre ambas), estas concreciones materiales contienen en si mismas los mecanismos que lo produjeron o lo alteraron ; sin embargo las evidencias no sólo no pueden ser leídas ‘directamente’, si no que tampoco trascienden mas allá de nuestras intervenciones (el caso es dramáticamente irreversible en las excavaciones) más que en la medida en que éstas han sido documentadas con su debida recuperación .
Es por lo dicho que lo que se conoce como R.A. tiene mas que un doble nivel de contenidos, se le reconoce entonces como el resto material de actividad humana, o como éste luego de ser recuperado y documentado, o como la forma de documentación usada en su recuperación; incluso algunos autores lo presentan como la conjugación de dos o las tres formas señaladas. Creemos que, como categoría operacional propia de la arqueología, el R.A. debe remitirse a lo que constituye la documentación arqueológica y a la forma como ésta se ejecuta. Tal afirmación se basa en la relación recíproca entre estos dos elementos, pues la evidencia no trasciende mas allá de su documentación y la forma como ésta se realizó, y la ultima está en proporción al tipo de evidencia que se recupera.
Particularmente pensamos que los aspectos metodológicos y técnicos deben partir de una clara concepción de lo que es Objeto de Trabajo y Objeto de Conocimiento, su diferenciación y su integridad, y, por supuesto, del reconocimiento que nuestra intervención debe proporcionar los mecanismos que permitan la recuperación de la mayor parte de la información contenida en las evidencias, todo esto limitado por las actuales técnicas y propuestas metodológicas. Estos procedimientos deben tenerse en cuenta en cualquier tipo de investigación arqueológica, no sólo en los excavaciones; no podemos permitirnos el dejar de registrar o recuperar información.
Es importante por lo tanto, para que además nuestras construcciones teóricas tengan mayor sustento, que manejemos bien nuestros criterios de recuperación del dato; como parte de esta práctica debemos buscar la aplicación de las técnicas adecuadas a cada tipo de evidencia a intervenir, considerar un debido manejo de las muestras, formalizar de manera sistemática el dato recuperado. Todo en función del tipo de material que trabajamos, y no en relación a motivos de tipo presupuestal o de tiempo p.e.
Pero no todo se resume en los procedimientos técnicos, estos se deben sustentar en bases metodológicas que permitan dirigir nuestras intervenciones hacia evidencias que sean pertinentes al tema a resolver, que tomen en consideración la información previa, que involucren la correlación de los datos, que permitan estrategias que tengan capacidad de ajuste de acuerdo con los niveles de información que se van recuperando.
Ahora bien, debemos considerar la relación de todos estos procedimientos con nuestra teoría general, de tal forma que el tratamiento dado a los materiales arqueológicos y su documentación no quede en ellos sino que trascienda hacia la reconstrucción del proceso histórico, que se inserte en él, que le permita formar parte de la discusión sobre el Objeto de Conocimiento.
Algunas relaciones entre arqueología y paisaje
Javier I. Alcalde Gonzáles
Los sitios arqueológicos se han venido utilizando como elemento del paisaje, en un uso estético o de contemplación, basta recordar la gran cantidad de imágenes pictóricas o fotográficas que se han realizado, como las siempre espectaculares de Stonehenge en Reino Unido, o nuestro archifamoso Macchu Picchu. Esto es muy válido pero no es lo que pretendemos abordar en este texto.
Nuestro objetivo apunta a mostrar como la arqueología, y de forma denotada la actual, posee un sistema de investigación de la historia social a través de los paisajes. Estos paisajes entendidos como espacios depositarios de la actividad del hombre, donde es posible encontrar las huellas de las antiguas acciones, migraciones y poblamientos humanos, desde las más grandes transformaciones hasta las pequeñas influencias. Para cerrar esta idea debemos dar un concepto mas enfocado de la arqueología, como la disciplina científica que estudia la historia de las sociedades a través de sus restos materiales, con lo cual el paisaje se constituye en la unidad marco y macro de estudio.
Los arqueólogos buscan su información principalmente en los yacimientos o sitios arqueológicos que son lugares de uso intensivo y/o extensivo de tiempos pasados. Estos sitios pueden reflejar diferentes tipos de actividades desde la habitación doméstica hasta la inhumación o incineración de los muertos, inclusive, como en las ciudades actuales se pueden haber realizado diversas actividades. Todos estos sitios se distribuyen en el entorno geográfico, o Paisaje. Toda la actividad humana realizada queda reflejada en Paisaje, el cual no sólo acoge los sitios si no una gran cantidad de restos de otras actividades como los campos de la agricultura, los caminos de las rutas de comunicación, los socavones de la minería, los corrales pastoriles, los útiles perdidos, los artefactos rotos y desechados, etc. Es por ello que los arqueólogos, actualmente, debemos buscar la información de campo en todo el Paisaje, rescatando la información que nos permita inferir su proceso de transformación. Pero como es lógico no siempre fue así. A continuación resumiremos un poco el desarrollo de la observación en arqueología.
Desde siempre los seres humanos se han sentido interesados por los restos antiguos por diferentes motivos y justificaciones. En el México precolonial los Aztecas realizaban recurrentes incursiones al ya antiguo Teotihuacan en búsqueda de objetos y símbolos que legitimaran su poder como descendientes y herederos de previas civilizaciones. En Europa por esa misma época ya se habían realizado varios intentos de conocer el origen de antiguas edificaciones, así como la observación y recogida de piezas antiguas, principalmente escultóricas. Así como en México, las motivaciones fueron diversas y representaban en general las de la corte de cada reino o imperio y sus propios proyectos políticos. La legitimación del uso del poder, el justificante ideológico del orden establecido, el por qué de las leyes y la “razón” de las injusticias se sustentaban en orígenes míticos, representados en antiguas obras humanas o elementos naturales de un paisaje socializado. Un paisaje propio, no sólo en término de captación y producción de recursos si no también apropiado simbólicamente, políticamente, con argumentación étnica, un suma un Paisaje transformado en Territorio.
Desde estas iniciales actividades de conocimiento de lo antiguo hasta la actual arqueología y su preocupación por la reconstrucción de la historia social han pasado muchos paradigmas de las bases de la observación: En un principio el objeto arqueológico, sobretodo con valor estético/artístico se convirtió en fuente y objetivo de lo que fue una suerte de arqueología anticuaria. La abundancia de este tipo de objetos así como el hecho de contar con pruebas de un origen, mejor si mítico o civilizado, derivó en la mitificación regional o nacional de algunos yacimientos arqueológicos. Esto sirvió en muchos casos para que algunas personas involucradas en la ya naciente arqueología sistemática lograran realizar observaciones y registros de ya no solo objetos aislados si no grupos de objetos, o lo que luego se definirán como contextos arqueológicos, permitiendo un leve pero fundamental paso en la metodología arqueológica. Esta búsqueda de lugares - símbolos de los orígenes (o de lo mas antiguo, sobretodo para algunos investigadores) va a permitir a su vez el conocimiento de una amplia distribución de sitios, lo cual será aprovechado por la arqueología moderna desde hace unas pocas décadas para los amplios estudios de prospección de superficie, que permitieron entender la importancia de la interrelación de los yacimientos en cada uno de los diferentes periodos históricos. Este es un muy apretado resumen que esconde amplios debates y el éxito y/o fracaso de muchos modelo de investigación arqueológica, y por supuesto la puesta en práctica de los muchos intereses económicos, sociales, políticos que se vinculan a cualquier trabajo, más aún cuando este tiene como resultados “argumentaciones históricas”.
Hemos visto entonces como se ha dado un fuerte y rotundo desarrollo de la arqueología, la cual en la actualidad se plantea, mayoritariamente, que toda investigación debe pasar por el estudio de marcos espaciales, geográficos o territoriales, o del paisaje integral, como trama material del proceso histórico. No hay que olvidar que este desarrollo de la arqueología también tiene un factor de sustento en los avances tecnológicos, que son a la vez su soporte, es así que la cartografía y la topografía moderna, la fotografía aérea y satelital, o los sistemas de información geográfica han permitido no sólo ampliar la capacidad de observación del arqueólogo, si no también mejorar el manejo de los datos.
Son múltiples y muy profundamente interrelacionados los elementos que un arqueólogo debe valorar en sus observaciones de campo, desde los objetos aislados, hasta el último componente de un contexto, así como todos los elementos que conforman el paisaje, sean estos tanto naturales como culturales. Incluso hay investigadores que tratan de recuperar contenidos simbólicos de las formas y distribuciones de los elementos arqueológicos y del propio paisaje.
El Paisaje como unidad básica de estudio debe ser comprendido como la entidad geomorfológica dinámica, con sus biotopos y sus potenciales orgánicos e inorgánicos de diverso orden, que sirve de marco para la actividad humana, para la actividad social, actividad de apropiación y producción/reproducción de la sociedad generando otra unidad de estudio: El Territorio.
Por último y como un paréntesis al tema central los invito a difundir una idea: así como existen ornitólogos aficionados, conocidos como observadores de aves, una propuesta interesante para quienes la arqueología representa, no su medio de vida, si no una afición, nuestra propuesta en bien de la conservación del patrimonio es que se convierta en un observador de las transformaciones del paisaje, y si quiere pasar mas allá del disfrute utilice la cámara fotográfica y el cuaderno de notas para su registro.
Aproximación a los territorios sociales desde la arqueología
Javier I. Alcalde Gonzáles
Marco referencial (teórico/metodológico).
Territorios, Espacios y Medios Geográficos.
La decisión de iniciar este escrito con esta nota introductoria radica en la importancia que estamos seguros tiene la definición ontológica, o por lo menos conceptual, de la categoría Territorio.
El marco o escuela teórica de los/las investigadores/as será el que determine los valores específicos del término, pero sea que vayamos a realizar un estudio del territorio histórico en una región geográfica o que vayamos, desde otra perspectiva, a efectuar un estudio sobre una manifestación socio-cultural en un marco territorial o geográfico, sea cual fuere el modelo explicativo que se maneje para estudiar la relación Sociedad – Medio ambiente es imprescindible responder a la pregunta: ¿Qué es el Territorio? . En este trabajo presentaremos un concepto básico y general de territorio, así como una posición y valoración del término a través de la línea teórica-metodológica-técnica postulada.
Hacia una definición.
Si de manera general, y básica, entendemos al territorio como el marco y medio geográfico estructurado cronológica y corológicamente por la actividad social nos enfrentamos a la doble faceta del término. La primera, en estricto material, es su existencia física al margen de la vida social, que tuvo y tiene una dinámica propia, aunque cada vez sea más marcada la influencia de lo social, sin que por ello el medio geofísico deje de ser su condicionante. La segunda faceta del término es su función como categoría de análisis social. En ambos casos es notoria la interdependencia de lo natural y lo social.
Visto desde la primera faceta del término, el territorio se nos presenta como el marco geográfico de la actividad social. Esto nos debe hacer suponer, y observar en consecuencia, unas características cuantitativas y cualitativas de la morfología, de superficie y subsuelos, de los recursos y la climatología, en general la geomorfología y ecología, ya sea en escalas locales o regionales. Una revisión de los estudios del marco natural nos permitirá conocer sus limitaciones y posibilidades. Pero este marco, o conjunto de ellos, tiene sus diferencias en torno a los procesos que se van a ir dando a lo largo del tiempo, y de forma paralela es, por lo tanto, histórico y socialmente “definido”, de manera casi generalizada desde los últimos diez mil años.
Antes de revisar los determinantes aspectos histórico – sociales debemos remarcar que los espacios naturales van más allá de ser un mero soporte, es decir que no sólo no son inmutables, si no que por el contrario son sistemas dinámicos en donde los cambios pueden provenir del propio sistema, o de los actores naturales y sociales que en él se insertan, conformándose en muchos casos mecanismos de cambio retro-alimentado en ambas esferas (natural y social). Todo esto nos invita a tomar en cuenta que el aspecto actual del paisaje nos muestra las posibles limitaciones y posibilidades del medio (lo natural), y por otro lado demuestra la dinámica a la fue sometido, por sus cambios internos, y por las modificaciones y acondicionamientos sociales (lo histórico)
Uno de los mayores problemas a los que se enfrentó la antropología por mucho tiempo fue la manera de abordar “sus” objetos de estudio: las instituciones sociales . Tal problema radicaba en la visión diacrónica, en la que el enfoque sobre cada aspecto social era más importante, que la observación de la relación de éste con los demás, y la ubicación del conjunto dentro del proceso histórico. Ese mismo problema ha sido también bastante frecuente en la investigación arqueológica, en donde por mucho tiempo pasó disimulado entre los cuadros cronológicos y el manejo de fechados relativos y absolutos. Una visión histórica del problema no pasa por una visión cronológica del mismo. La construcción de secuencias, materiales o de acontecimientos, forma sólo una parte muy parcial de la reconstrucción histórica. La visión histórica tiene que ver con la capacidad de profundizar en el conocimiento de los procesos, escudriñando en los sistemas de relaciones sociales, permitiendo acercarse a los determinantes sociales que promueven, aceleran, o retardan, la dinámica de su reproducción (organización de la producción, propiedad, mediaciones de la infraestructura con la superestructura, etc.).
Otra parte de la problemática subyace, ya no sólo en el entendimiento de la realidad dinámica, si no en cuales son sus formas de concreción. Ruiz, Molinos y Risquez (1998) nos brindan una propuesta integradora de las múltiples relaciones derivadas del sistema Socio-Ambiental. Esta propuesta basada en un sistema de relaciones, articulada en tres “sub-sistemas” generales (Relaciones sociales de producción, Relaciones intrasociales y Relaciones socioculturales) ofrece, entre otras cosas, una visión histórica del territorio. Esta visión se refuerza con la propuesta de “una instrumentación metodológica” basada en un análisis de base funcional de los diversos espacios presentes en el territorio, los cuales en sus varias escalas, y en sus específicas relaciones con los asentamientos conformarían una trama expresiva del sistema de relaciones. La dimensión temporal se proporciona desde las perspectivas coyunturales y de heredad. Los espacios se articulan, u ordenan, en: de producción restringida, de producción ampliada, y político. El paisaje se plantea como reflejo de los espacios, y por tanto de la actividad social, en el transcurso del tiempo (crono-espacial).
Hasta este punto es claro que el concepto de territorio, en tanto sea válido para su uso en Arqueología, debe contener los rasgos geográficos y los sociales, observados de manera histórica, aunque una primera aproximación para su estudio nos de licencia para una metodológica lectura diacrónica.
Un problema de carácter semántico, pero no por ello trivial, radica en la identificación diferenciada de los términos Paisaje y Territorio. A. Orejas (1998) plantea una diferenciación de los mismos en cuanto Territorio sería una forma social de apropiación del espacio, “una ordenación al espacio, su uso y su interpretación por parte de la comunidad”, y Paisaje el ámbito donde los territorios se irían plasmando. La diferencia es algo mas que sutil, sin embargo implica para el término Territorio unos contenidos de coyuntura/s social/es, casi periodificables, y para Paisaje un significado mas bien acumulativo de coyunturas, y por lo tanto de tiempo largo.
Si bien el adecuado uso de la terminología es importante para el desarrollo de cualquier disciplina de investigación creemos que el uso de los términos Territorio y Paisaje si bien no son sinónimos pueden ser usados, ambos, para definir estudios del espacio social. Lo que sí nos parece fundamental es la inclusión, implícita y explícita, de los contenidos de las relaciones socio - ambientales (sociedad / naturaleza, e intra-sociales) en un marco histórico, y en ese caso específico hablar de Territorio. Para especificar características particulares de territorios o sociedades nos parece mas adecuado el uso de adjetivos, o términos explícitos .
Otro contenido a tomar en cuenta para el concepto Territorio, y que tiene que ver tanto con los factores naturales como con los sociales, es el de la dimensión o tamaño, y desde el punto de vista de la investigación (como categoría de análisis) esto se expresaría en la escala, o los límites estrictamente espaciales. Creemos que este punto debe ser abordado desde dos perspectivas: Desde las características reales, específicas de cada caso de estudio, y desde el diseño de la investigación pensando en la metodología operativa.
Corología. Principios, criterios, y factores desde la Arqueología.
Es importante admitir en este punto de la discusión que la arqueología, como disciplina de la Ciencia Social , es totalizadora, tal y como lo es la multiplicidad de restos materiales de la actividad social. Es justo allí donde subyace la vocación, más de los arqueólogos y arqueólogas que de la arqueología, de abarcar no sólo la amplia variedad de evidencias si no también de introducir teorizaciones, métodos y técnicas de otras disciplinas, sean éstas de estudio social o no. Estas introducciones, apropiaciones o adaptaciones, cómo quiera que se les llame, han sido la mayoría de las veces derivadas de las carencias metodológicas propias de la arqueología, expresadas en la falta de instrumentos con los que los arqueólogos/as pudieran manejar, sistematizar e interpretar la gran cantidad, y complejidad, de datos que se iban sumando como información arqueológica. Pero estos préstamos, en no pocos casos, se ajustaban a un tipo de materiales (de las evidencias) o a un sistema de ellos, con lo cual se especializaban en tal medida que se diluía el acercamiento hacia el objeto de conocimiento de la Arqueología: la Sociedad
La Geografía, al igual que otras disciplinas que tienen como objeto de estudio la relación Sociedad/Medio, han desarrollado una creciente capacidad metodológica basada en: mecanismos de abstracción del dato, y la alta capacidad de procesamiento de datos, al aplicar tecnología de última generación en procedimientos con fundamento metodológico . Es preciso señalar que gran parte de las aplicaciones sobre estudios de arqueología de paisaje o del territorio que se han efectuado últimamente tienen que ver más con el uso de sistemas de información geográfica, que con la resolución de problemáticas derivadas del “estado de la cuestión” de la investigación.
Cabe mencionar aquí a Ortega (1998) cuando en su reflexión sobre la Arqueología del Paisaje nos dice, que más allá de su caracterización, ésta “es geografía y es arqueología”; es evidente que esta afirmación está sustentada en las relaciones metodológicas, y los cada vez mayores usos técnicos que de la primera toma la segunda, y en una menor medida en una preocupación común formalizada por la construcción crítica de teoría.
Así a partir de la búsqueda de la investigación multidisciplinar se ha derivado en la, no siempre adecuada, especialización del arqueólogo/a, sin que se logre generalizar la aplicación de un modelo de equipo interdisciplinario. Ejemplos claros se dan en los campos de la arqueozoología y la arqueobotánica, en donde la alta especialización de los arqueólogos/as, y no la escasa participación de zoólogos y botánicos, ha llevado a que una parte de estas investigaciones se acerquen mas hacia el objeto de conocimiento de las ciencias naturales, que ha comprender las relaciones de aquel con la practica social. Insistimos en esta idea pues queremos subrayar que las nuevas técnicas y aplicaciones metodológicas que desde la Geografía se vienen utilizando en la Arqueología no deben desviar los objetivos concretos de la disciplina. El estudio de patrones de asentamiento en marcos territoriales es un medio metodológico y no un fin en sí mismo.
Podemos afirmar entonces que cualquier tipo de estudio social, sea en el nivel o escala que fuera, debe diseñarse y ejecutarse de manera multidisciplinar, valorando y complementando los aportes de las diferentes disciplinas.
En este punto, y en vista que resultaría casi imposible establecer un modelo interdisciplinar único, siquiera básico, ya que cada estudio requiere un particular diseño, sólo vamos a abordar las estrategias teórico - metodológicas que desde la Arqueología se deben considerar como parte de un estudio desde perspectivas espaciales y sociales, es decir territoriales. El planteamiento que se esbozará a continuación se enmarca dentro de la escuela de la arqueología científico-social, o arqueología social .
En general el estudio arqueológico debe tomar en cuenta, para participar de la teoría general de la historia, las tres dimensiones del análisis social: tiempo, espacio y sociedad.
La base metodológica se formaliza a través de la aplicación de principios, criterios y factores en las diferentes fases de la investigación: a). Recuperación del dato empírico; b). Elaboración del dato, y analítica; c). Contrastación de hipótesis e interpretación histórica (Lumbreras, 1987; ver también Clarke, 1978, 1984).
Dentro del primer nivel se trabajará con los tres principios: superposición, asociación y recurrencia. Parecerá obvio que la asociación y la recurrencia se pueda manejar también para un estudio arqueológico del territorio, y que la superposición parezca relacionada más directamente con la excavación y la “estratigrafía”, sin embargo estos términos no deben ser entendidos sólo como relaciones directas y en un nivel de objetos (elementos y rasgos), si no también en un sentido amplio, en donde las relaciones se puedan dar en diferentes niveles, así la asociación puede ser al interior de un contexto, de una unidad arquitectónica, o de un sitio; la superposición puede ser entre estratos (depósitos), arquitectónica (muraria), o de sitios y lugares. Por último la recurrencia se puede leer intra-asentamiento o inter-asentamientos. Lo importante es que al hacer el análisis y las generalizaciones utilicemos cada dato en el rango y nivel que le corresponde. En base a estos principios deberían estar organizados los cuestionarios de registro, es decir que los datos que se recuperen deben reflejar las relaciones derivadas de aspectos que permitan la observación de asociaciones, superposiciones y recurrencias (en sus diferentes niveles).
La observación arqueológica de campo debe ir ordenando también los criterios que servirán para el segundo nivel de la investigación; este nexo servirá para un mejor análisis a partir de la elaboración del dato. Los criterios que consideramos son los referidos a: forma, función, y producción.
Los criterios de forma y función se encuentran muy integrados entre sí, para proceder a su aplicación iniciaremos una observación de las características formales, precisando, y diferenciando, los elementos estructurales (por presencia/ausencia, cantidad, calidad), y los elementos contorno y particularidades. Como consecuencia de la anterior observación podremos adentrarnos en las características funcionales, que son las originadas por el uso predeterminado por las relaciones sociales y de producción, y que puede variar por los usos complementarios, o sustitutorios, derivados de las mismas relaciones. El criterio de producción es el más complejo, y es el que unifica lo natural con lo social, pues como punto de partida tiene la observación del medio tanto como fuente de recursos, como condicionante morfológico/climático (en este punto se pueden empezar a apreciar también las implicancias simbólicas e ideológicas), para luego pasar a la observación de elementos más nítidamente sociales como la transformación, nivel tecnológico, distribución y calidad de los materiales. Como veremos estos tres principios y tres criterios se pueden, y deben, aplicar a los asentamientos y al resto del paisaje.
En el último nivel de la investigación, la interpretación, se requieren factores que permitan la integración de los datos y la información, entre sí y con la ya conocida; estos factores son: el tiempo, el espacio y la formación económico-social, las tres dimensiones señaladas líneas arriba. Es en este punto donde la recomposición del dato toma magnitud histórica.
Es cierto que las variables metodológicas se han ido incrementado y complejizando, sobre todo en los últimos tres lustros, pero los aspectos que hemos señalado marcan las características básicas que como sustento teórico-metodológico debe tener un diseño de investigación arqueológica.
Es por todo lo anterior que preferimos el término Corología en cuanto relativo al estudio social en el ámbito territorial / espacial, ya que indica “el estudio del área, del espacio social (no geográfico), del medio físico que ocupan los pueblos. El estudio de la Corología nos conduce a la identificación de los pueblos que desarrollaron una cultura dada dentro de una formación social dada y en un tiempo dado” (Lumbreras, 1989).
Estudio Arqueológico del Territorio.
Tras un acercamiento teórico/metodológico sobre el concepto de territorio y su estudio, buscaremos ahora un marco de metodología y técnicas que nos permita saber como preguntar, y como organizar las respuestas que obtengamos.
Fontana (1999: 34) nos argumenta a favor de un estudio de la relación del hombre (como ser social) con su entorno físico desde una perspectiva histórica con dos razones básicas: porque “el medio es un condicionante de la evolución de las sociedades humanas” y “porque las sociedades influyen a su vez en el medio”. Aun sin compartir la específica terminología de Fontana, pero coincidiendo en su contenido, y además añadiendo la importancia de las propias relaciones intra-sociales, debemos comenzar por organizar, en primer lugar, el proceso de investigación de la arqueología, en la práctica, y en segundo lugar, distinguir los específicos mecanismos que desde la Arqueología se han venido utilizando para estudios desde la perspectiva espacial.
El Proceso de Investigación Arqueológica.
¿Qué, Dónde, y Cuándo?, y también ¿Cómo y Por qué? Son las preguntas que motivan el proceso de investigación. El diseño de la investigación tiene que ver con las preguntas que nos hacemos, pero sobre todo con la manera en que podremos acercarnos a las respuestas, de aquí la necesidad de una metodología operativa que surja de un método sistemático (valga la aparente redundancia).
La relevancia de los datos estará en función específica a el/los objetivo/s de nuestra investigación, en función de la arqueología en general (y otros aspectos mas sí consideramos temas patrimoniales y/o conservación). El propio desarrollo de la arqueología como disciplina sistemática ha generado al interior de ella una multiplicidad de líneas de investigación, muchas de las cuales poseen sus propias técnicas, inclusive unas pocas han desarrollado su particular metodología operativa.
Es difícil establecer una historia de la arqueología, aún una historiografía de la misma, sin dar cuenta de las peculiares motivaciones e intereses que cada región, país o proyecto político le dio en sus orígenes. Así esa intrínseca preocupación por el pasado, y lo antiguo, fue utilizada por quienes en diferentes sitios fueron estudiando antigüedades y tratando de entenderlas. Se observa entonces cómo es que desde sus orígenes la actividad arqueológica se ve ya diversificada en sus líneas de investigación: el anticuarismo, los orígenes étnicos y la búsqueda de lo más antiguo, se convirtieron generalmente en los paradigmas iniciales.
La gran cantidad de colecciones, así como la especialización, no necesariamente arqueológica, de los investigadores de principios del siglo XX, van a ir conformando una dinámica de discusión y debate cuando, desde diferentes perspectivas epistemológicas, se inicien las reconstrucciones del proceso histórico. No es el propósito de este trabajo ofrecer un recuento del devenir científico de la arqueología, baste recordar las grandes influencias que esta disciplina ha ido admitiendo desde las ciencias naturales, la estadística, la geografía, etc. Esta convivencia multidisciplinar trajo consigo una ampliación cualitativa y cuantitativa de las líneas de investigación, sobre todo en el orden temático y de los materiales estudiados.
La inmensa mayoría de investigadores, creemos, coincidirán en que la arqueología constituye ya una disciplina con carácter propio, poseedora de sus técnicas, método y teoría. Otro punto en el que creemos se coincidirá mayoritariamente, es que el carácter de unicidad de la arqueología radica en su objeto de estudio: conocido generalmente como registro arqueológico, y en la relación que éste posee con su objeto de conocimiento.
Aceptemos una definición simple y directa de la arqueología como disciplina que estudia la sociedad a través de sus restos materiales (o registro arqueológico cómo se ha señalado antes). Esta definición puede ayudarnos a entender no sólo la diferencia entre objeto de estudio y objeto de conocimiento, sino también a comprender el porqué de la diversidad en las líneas de investigación que desarrolla. Por un lado, desde su objeto de estudio, requiere el apoyo de técnicas de análisis y conocimientos de otras disciplinas científicas a las que también les son pertinentes algunos respectivos materiales presentes en el registro arqueológico. De esta forma surgen trabajos de arqueozoología, arqueobotánica, etc. Desde el lado del objeto de conocimiento comparte, o mejor dicho, debería compartir, un constante debate, metodológico y teórico, con las otras disciplinas del conocimiento social, como la antropología, la sociología, la historia, la economía, etc. De las relaciones establecidas con estas otras disciplinas también se han generado particulares líneas de investigación.
Volviendo al objeto de estudio, debemos señalar que otras líneas de investigación también se han generado por la escala de observación del registro arqueológico. Es así como observaciones de niveles tales como objeto, contexto, sitio o territorio, han desarrollado sus propios mecanismos operativos, incluso paradigmas de la arqueología.
Todas las líneas de investigación así generadas no sólo han influenciado en los diseños de investigación de los proyectos, abarcando la multiplicidad del registro arqueológico, sino que, como ya lo hemos señalado, se han desarrollado niveles de alta especialización. Estos dos factores, multiplicidad del registro y especialización, profundizan una dicotomía presente desde el establecimiento de la arqueología como disciplina científica. Esta dicotomía es la que enfrenta la gran cantidad y calidad de información y conocimiento recuperado y generado con la fragmentación del mismo dependiendo de los grupos de líneas de investigación que puedan representar. Esta suerte de crecimiento de la arqueología nos enfrenta en ya no pocos casos de ultraespecialización en la que es difícil lograr que la comunidad arqueológica se comunique integralmente en función de su objeto de conocimiento . Esta problemática no es exclusiva de la arqueología, es una suerte compartida por gran cantidad de disciplinas, tanto antiguas como modernas.
Otro aspecto de la problemática planteada, pero que se desarrolla no desde la dinámica propia de la arqueología sino desde el diseño de la investigación, es decir, desde las soluciones planteadas por los propios arqueólogos, es la que no diferencia la investigación multidisciplinar, o interdisciplinar, con la figura del propio investigador multidisciplinar. Nos parece aceptable, es más, diríamos que hasta aconsejable, que el arqueólogo, según la necesidad de la investigación, se especialice en determinadas áreas temáticas que le permitan un mejor análisis de los materiales trabajados, sin descuidar la aplicación de la metodología arqueológica que posibilite la transformación de los datos de campo y gabinete en datos de contenido socio-histórico. Sin embargo, la experiencia nos indica que la presencia de otros especialistas al interior de cualquier proyecto de investigación arqueológica desde la etapa de diseño de la misma redundará en beneficio, tanto cuantitativo como cualitativo. Sabemos que las limitaciones presupuestales impiden la generalización de este modelo, sin embargo existen soluciones de carácter pragmático.
La complicación para definir exactamente los grupos de líneas de investigación, como veremos en nuestro caso específico, no proviene solamente de las limitaciones metodológicas, sino principalmente de la interrelación, dialéctica si se quiere, de los múltiples aspectos de la investigación arqueológica. Lo mismo podemos decir de las interconexiones que se dan entre las diferentes disciplinas de la ciencia social, las cuales, más que preocuparnos por la definición exacta de los límites en términos de parcela de investigación, debieran encaminarnos a procedimientos epistemológicos de nuestro común objeto de conocimiento: la sociedad.
Toda esta reflexión sobre la naturaleza de la arqueología y las múltiples líneas de investigación derivadas de aspectos cronológicos, temáticos, o de las escalas, o materiales, nos invita a pensar que en muchos niveles son necesarios elementos integradores.
Si como señalamos anteriormente consideramos la dimensión espacio como uno de los factores integradores del análisis e interpretación arqueológica, es necesario entonces tener presente tal dimensión en sus diferentes escalas en cada momento de la investigación. Los dos grandes sistemas de recuperación de dato arqueológico: la excavación y la prospección , comprenden en sus descripciones y elaboraciones el manejo, cada vez más estricto de la distribución espacial.
Cada vez están más lejanos los estudios que pensaban en la excavación como referente para secuencias, asociaciones y exposición de monumentos, y en la prospección como actividad de búsqueda de sitios, o en el mejor de los casos como medio para la obtención de “mapas arqueológicos”. Como hemos planteado es factible establecer bases metodológicas comunes a la prospección y a la excavación, por lo que sus resultados pueden ser interrelacionados y contrastados. La mayor diferencia entre prospección y excavación creemos que radica en la capacidad de exposición que cada una tiene: en el primer caso los espacios más amplios y los macro-contextos culturales/naturales nos remiten a un “tiempo histórico largo”, mientras en el segundo caso los espacios reducidos y los contextos-momentos son indicadores de “tiempo histórico corto”.
Nuestra propuesta postula que los proyectos, que son la concreción del proceso de investigación arqueológica, deben incluir en su diseño fases de prospección y de excavación (incluso colecciones y archivos) como parte de un proceso sistemático de estudio, que necesariamente será de largo plazo. La definición de un espacio amplio como base del estudio, y que en el proceso de éste se vaya afinando hacia la determinación de una dimensión territorial sólo se logra con el proceso propuesto. Las investigaciones previas nos indican que el primer paso en los trabajos de campo debe ser la prospección o el reconocimiento que por su escala más amplia, tanto espacial como temporal, permitirá una mejor contrastación de hipótesis con su consecuente reciclaje. La alternancia de excavaciones con prospecciones complementarias será dependiente de cada realidad de investigación.
Hay que aclarar muy bien que tanto la prospección como la excavación no son formas de contrastación unívocas una con la otra, en otras palabras la prospección sirve para la búsqueda de sitios para la excavación, ni ésta sirve para comprobar lo que se dijo de un sitio en la prospección. Ambos sistemas se complementan en tanto sus capacidades de observación de un mismo registro arqueológico (territorio) son diferentes en escala, pero sólo pueden complementarse si hacen uso, en la práctica, de los principios, criterios y factores señalados en el capítulo anterior.
La prospección arqueológica ha sido vista como una forma de incompleta, en tanto superficial, de recuperación del dato arqueológico, sin embargo como afirmaba Lewis Binford (1964) "Podemos no estar siempre en condiciones de establecer o determinar que actividades específicas resultaron en distribuciones diferenciales observadas, pero nosotros podemos reconocer que actividades fueron diferenciadas y determinar la naturaleza formal de la variabilidad observada", por lo que estamos seguros que los resultados de una prospección permiten como mínimo el establecimiento de patrones, y como veremos adelante si ésta se enmarca en un proyecto de investigación integral, como mecanismo de aplicación metodológica y no como simple técnica de campo, puede superar esa “superficialidad” tantas veces criticada.
De lo todo lo anterior se puede desprender que la interpretación histórica de los procesos, sobre todo desde la arqueología, sólo puede abordarse y comprenderse desde el estudio de patrones de asentamiento y el territorio (como integrador), inclusive para temáticas o "sistemas" tan específicos como puede ser lo funerario. Coincidimos con Lull y Picazo (1989, también Lull y Estévez, 1986) quienes tras el análisis de trabajos de campo y una revisión del estado de la cuestión de la "arqueología de la muerte" afirmaban:
"No hay duda que toda la investigación sobre la estructura social, aunque parta de las prácticas funerarias, debe ser contrastada mediante la arqueología de los asentamientos, la única capaz de determinar las condiciones históricas".
Hemos visto entonces como se ha dado un fuerte y rotundo desarrollo de la arqueología, la cual en la actualidad se plantea, mayoritariamente, que toda investigación debe pasar por el estudio de marcos geográficos o territoriales, o del paisaje integral, como trama material del proceso histórico. No hay que olvidar que este desarrollo de la arqueología también tiene un factor de sustento en los avances tecnológicos, que son a la vez su soporte, es así como la cartografía y la topografía moderna, la fotografía aérea y satelital, o los sistemas de información geográfica han permitido no solo mejorar el manejo de los datos si no que han ampliado la capacidad de observación del arqueólogo.
Por ello nuestra metodología parte del análisis de asentamientos, en un marco territorial, y concluye en un contraste sobre él.
Unos aspectos que no quisiéramos dejar de mencionar, y que se deben tener en cuenta en la investigación son los procesos "postdeposicionales" en el paisaje, básicamente generados por la dinámica de los mismos, y cuyos agentes tanto naturales como antrópicos son interactuantes. Con esto queremos indicar que los territorios y sus paisajes no se fosilizan, por el contrario son cambiantes por lo que resulta imprescindible establecer mecanismos de control de los datos que permitan ir reconociendo las alteraciones, y el por qué de las mismas. Un filtro que empieza a dar resultados son los estudios paleoambientales, con la ventaja que el panorama ambiental del presente refleja muchos procesos derivados del pasado (Craig, 1984).
El Reconocimiento y la Prospección Arqueológica.
En vista de la relativamente escasa cantidad de información (en relación con las dimensiones del territorio) es necesario valorar todas las facetas de los datos obtenidos tanto en el campo como de forma bibliográfica. Para ello se propone el uso de propuesta integrales como la de ‘Concepto de producto en Arqueología’ de A. Ruiz, M. Molinos, F. Nocete y M. Castro (1986) (disposición, deposición, circulación y funcionalidad en tanto producto), así como los cuadros de múltiple entrada propuestos por L. F. Bate. Pensamos en el empleo también, de manera experimental, de los principios de los postulados conductualistas de M. Schiffer sobre conjuntos de uso y conjuntos sistémicos. Todo esto a fin de recomponer la información que por el momento es muy fragmentaria.
Los trabajos se rigen bajo el concepto que los contextos pueden ser ‘reconstruidos’ en tanto su origen social por lo que: “…, todo el trabajo del arqueólogo consiste en identificar tales contextos a partir de unidades taxonómicas socialmente significativas. Dicho de otro modo: Para llegar a reconstruir la historia y la vida de un pueblo dado, es menester aislar las unidades de restos materiales dejados por el hombre (contextos) que sean susceptibles de ser comparados - orgánica y no aisladamente - con fenómenos sociales conocidos (etnológica e históricamente) y a partir de la constatación de su recurrencia (repetición en varios pueblos) establecer el carácter social que le corresponde. El método en arqueología, se organiza pues mediante técnicas cuya forma de proceder es a través de la búsqueda, análisis y explicación de los restos de unidades taxonómicas socialmente significativas. …” (Lumbreras, 1981:39).
Las unidades de análisis, van desde niveles territoriales, de asentamiento o sitio, hasta información de artefactos y "ecofactos". Para esto los criterios básicos serán los morfo-funcionales.
Se parte de una recopilación integral de la información referida a las: Condiciones geomorfología, y a las Condiciones ecológicas. (Teniendo en cuenta factores como: agua, tierra, fauna, flora, latitud/altitud, etc.), evitando su uso de manera directa para la reconstrucción de territorios del pasado.
En este punto toca diferenciar la prospección arqueológica, actividad sistemática e integral, de lo que sería un simple reconocimiento, mas bien sectorial y complementario.
Si bien existen en la actualidad gran cantidad de técnicas aplicadas a la prospección me gustaría abundar en los Sistemas de Información Geográfica (SIG), ya que proporciona el manejo de una base de datos, con un orden espacial en este caso, así como la capacidad de interrelacionarlos y, además, con la capacidad de generación de presentaciones de alta calidad.
El trabajo de recuperación del dato empírico, también conocido como trabajo de campo, posee un alto componente descriptivo, lo cual genera una gran cantidad de información en variada cantidad y calidad. Las bases de datos (DB) informáticas proporcionaron una salida para el manejo del alto volumen de información. Estas soluciones sobre todo tuvieron aplicaciones hacia la estadística.
La arqueología organiza, de manera tradicional, su interpretación histórica en los ejes de dos factores : temporalidad y espacialidad. Si bien ambos deben ser leídos de forma cruzada, salvo en seriaciones y cronologías, los datos se han organizado primando lo espacial o geográfico. Si no, basta recordar la aplicación de mapas de ubicación, temáticos, etc., presentes en la literatura arqueológica.
Es así que las posibilidades de una lectura espacial, y mejor aún, un manejo espacial de los datos, que a su vez permite la inserción de factores cronológicos o temporales que aporta los SIG, se presentan (o se presentaron) como una alternativa tan atractiva que traspasó los límites meramente tecnológicos para introducirse inclusive a las discusiones y propuestas metodológicas.
Uno de los problemas que presenta el uso de SIG en arqueología, y que no ha pasado desapercibido por los arqueólogos, es la calidad de los datos con los que se van recreando los mapas o paisajes. Las morfología, las calidades de suelos, las distribuciones de vegetación, etc., son tomadas de mapas y datos actuales, con lo cual se corre el riesgo de ‘actualismo’ o ‘presentismo’ en los procesos de interpretación. Las correcciones para evitar estos problemas han sido aplicadas ampliamente con diferente grado de éxito. Una de las críticas, que proviene seguramente del tipo de datos que se usan en los SIG, es el fuerte peso ‘ambientalista’. Como solución a ello, y dentro de uno de los discursos de la ‘arqueología del paisaje’, se ha buscado una lectura de los componentes y temas simbólicos, o elaboraciones más complejas, como las de territorio mundo.
Directamente en la arqueología el SIG tiene dos aplicaciones directas : el campo de la investigación arqueológica propiamente dicha. En este campo no basta con ingresar en el SIG toda la información obtenida y conseguir gráficos. Aquí lo importante es tener un manejo jerarquizado de los datos (en función de los niveles anteriormente descritos) en relación con las hipótesis de trabajo, el tipo de intervención y la propia calidad de los datos recuperados. El otro campo donde la aplicación del SIG se ha desarrollado es el de la Protección y Gestión del Patrimonio. Es aquí donde los SIG alcanzan su mayor eficiencia y eficacia, pues la mayoría de ellos están directamente diseñados para la administración de datos en ámbitos espaciales.
Arqueología y estudio del Estado. ¿El caso del Estado Andino?
Javier I. Alcalde Gonzáles
La Arqueología, como cualquier otra disciplina científica, debe enfocar su desarrollo como tal en la aproximación a su objeto de estudio y a su objeto de conocimiento. El reconocimiento de sus limitaciones es un simple ejercicio hermenéutico sobre cada proceso de investigación, a la vez que un desafío para nuestras propuestas técnicas, metodológicas y teóricas. En ningún caso nuestras actuales limitaciones (técnicas, metodológicas y teóricas) deben constreñir nuestro objeto de conocimiento, esto no significa que cada investigador pueda o deba plantearse la solución de cualquier problema en una suerte de reto personal, si no el que debamos asumir una tarea de investigación ordenada en el marco de una comunidad científica. La historia de la arqueología es un buen ejemplo de nuestros crecimientos cuantitativos y de nuestros saltos cualitativos, lastimosamente no tan bien organizados como la mayoría anhelamos.
En el sentido de esta reflexión, el estudio del Estado mediante la arqueología plantea una serie de ventajas en el marco de la ciencia social, así como también una serie de retos en el diseño de la estrategia de la aplicación técnica, pero sobre todo una profunda reflexión metodológica y teórica.
Tomando como punto de partida las consideraciones teóricas, y en función del tema que nos convoca, propongo iniciar la discusión desde los núcleos centrales de cualquier posición o planteamiento teórico: El ontológico (o conceptual según se quiera), el epistemológico y el valorativo.
En los niveles ontológicos es de vital importancia la definición por lo menos teórica y/o hipotética de las categorías Estado y Andino.
Epistemológicamente es necesario el desarrollo de una secuencia argumentativa válida que permita niveles de fiabilidad en la contrastación dialéctica de los enunciados teóricos y los datos empíricos definidos como indicadores materiales.
En el aspecto valorativo sólo presentaremos en esta discusión tres aspectos resaltantes de la relación entre Arqueología y Estado: (1) La importancia del estudio de una forma de organización social que se presenta contemporáneamente como la más expandida, y quizás también la más problemática. (2) La importancia de la arqueología como disciplina capaz de establecer diseños de investigación de amplia profundidad temporal y de alta contrastación espacial. (3) Por último señalar que gran parte de los procesos históricos involucrados con el desarrollo estatal poseen un amplio espectro de evidencias en forma de restos materiales de actividad humana.
El Estado Andino.
Si tomásemos, en un nivel básico, como mecanismos de construcción conceptual los criterios de: forma, función y producción, tendremos que a cada forma de organización social, en el desarrollo histórico de su producción y reproducción social, le corresponde por ende una específica realidad de relaciones sociales materializadas en los ámbitos infraestructurales y superestructurales. Esta afirmación nos remite a la generalizada, pero ampliamente discutida proposición axiomática de la particularidad de cada formación social, incluso en cada uno de sus períodos atribuibles.
Desde esta perspectiva la comparación sería infructuosa, sin embargo como parte de la investigación científica poseemos mecanismos suficientemente controlados para abstraer de la realidad empírica y para argumentar desde la teoría una serie de proposiciones que nos pueden permitir establecer los mecanismos básicos de la producción y reproducción social, y por lo tanto en el nivel de la hipótesis contrastar las bases generales de los particulares procesos. Es este punto es válido preguntarnos ¿porque aceptamos frecuentemente la analogía etnográfica, inclusive diacrónica, y nos cuesta muchísimo establecer la comparación de la recurrencia de actividades y formas de relación altamente contrastadas por el registro arqueológico?
La definición de Estado puede ser tema no sólo de todo un congreso, si no de toda una generación de investigadores, pero no es necesario el establecimiento de una categoría de Estado vinculante al íntegro de la comunidad arqueológica, de lo que se trata de ir estableciendo una categoría de trabajo susceptible de ser contrastada en las investigaciones, y que a su vez sea coherente con la Teoría General de la Historia y a su vez coherente con los resultados de las investigaciones pasadas y en curso.
En este sentido nuestra definición nuclear pasa por entender como Estado a la entidad social, cuya forma de relaciones sociales particulares presente una escisión en clases sociales. Clases sociales en los aspectos económicos, y no clases sociales en términos exclusivamente políticos, tal y como lo aclara De Ste. Croix, en estos términos es posible comprender como al interior de una sociedad clasista diferenciada entre propietarios y no propietarios pueden coexistir también sectores de nuevos productores secundarios propietarios de algunos medios de producción, y que en algún momento generarán su propia situación de clase económica y política. Para aclarar este punto vayamos al caso del origen del Estado, o de los estados prístinos o arcaicos, como los reconocen algunos autores. Estos Estados se desarrollan en marcos precapitalistas, premonetarios, preindustriales, es por ello que en esos momentos la división clasista económica parte del control diferenciado de la propiedad de los espacios públicos, y la capacidad para la enajenación del trabajo de una clase por otra. Estas manifestaciones pueden darse en el marco de múltiples formas de concreción en la práctica social.
Ahora, deberemos abordar un tema complejo: ¿qué es lo Andino?, para responder esto no podemos partir exclusivamente de una base geográfica, la cual como todos entendemos presenta no sólo una vastedad desbordante si no también una macro diversidad, con escasos ejemplos de comparación en otras latitudes. Lumbreras ha abordado el tema del Estado en muchas ocasiones, hay una en particular que me interesa para esta discusión y es la que presentó en “Childe y la tesis de la revolución urbana: La experiencia central andina” con motivo del Coloquio Vere Gordon Childe, en ella hace una diferenciación de procesos a la vez que de áreas geográficas, diferenciando de manera general un sur árido y un norte fértil para el área central andina, en este caso ya observamos como existen, en rasgos generales, áreas particulares, pero no excluyentes, si a esto le sumamos la gran cantidad de propuestas sobre áreas culturales, todas ellas interrelacionadas por múltiples tradiciones compartidas o contradictorias, tenemos una gran variedad de sociedades y marcos territoriales, tantos como el proceso histórico haya ido desarrollando como consecuencia de las relaciones sociales de producción y reproducción social de cada entidad social, o formación social. Lo Andino es un conglomerado de experiencias sociales en un ámbito diverso. ¿Se pueden comprara estos procesos? Mi respuesta es sí, sobre todo en el aspecto científico social, y tanto se pueden comparar como lo podríamos hacer con la diversidad mesoamericana, y otras realidades aún más distantes.
El Estado: La consecuente relación Ciudad - Campo.
La Definición de Estado tiene en su interior que diferenciar también dos aspectos teóricos: La Entidad Social Estatal y el Aparato Estatal. El presente trabajo busca establecer una definición de indicadores del Estado, como entidad y como aparato de organización, resaltando los aspectos básicos de su existencia, de tal forma que englobe, a partir de los antecedentes arqueológicos e históricos, a las formaciones sociales que de manera teórica se involucren en la experiencia histórica estatal.
Si bien, como se puede interpretar del párrafo anterior, hemos partido de casos específicos de formaciones estatales, es en base a la discusión teórica que hemos podido establecer los determinantes y condicionantes esenciales para caracterizar a una sociedad estatal como tal, y por ende al Estado como institución. En el caso de la Ciudad, la cual tiene una expresión física directa, y por lo tanto una gran variabilidad fenoménica, el ajuste teórico tuvo una mayor dificultad, de tal forma que el concepto mismo agrupa características que podrían ser consideradas directamente, con ajustes metodológicos, como indicadores arqueológicos.
El Estado y sus indicadores.
Las consideraciones explicitadas como indicadores no provienen de un marco de modelo preestablecido si no de un ejercicio de construcción de hipótesis general de estado. El punto de partida ha sido una Teoría General de la Historia, desde cuya perspectiva se ha establecido una discusión de elementos materiales, tomados como reductos de actividades sociales, y de elementos escasamente materiales.
Desde el dato empírico, y sus discusiones directas, se han establecido los elementos indicadores, lo que ha supuesto un necesario ejercicio inductivo, el cual ha sido superado finalmente al integrarlo en una propuesta metodológica (fundamentada en sus respectivas bases ontológicas, epistemológicas y valorativas) de base deductiva vía una hipótesis general como argumento teórico de trabajo.
Consideramos al Estado como una forma social, que centraliza el poder político y ejerce a su vez un rol de agente de intermediación entre las diferentes clases sociales: los atributos materiales del Estado, que pueden considerarse como referentes para su conceptualización, son a nuestro entender (de manera integral y no autoexcluyente, aunque por razones extremas en algunos casos su presencia sea solapada por otros atributos):
Centro urbano.
El desarrollo cualitativo de la sociedad tiene que ver con el manejo y dominio del medio geográfico, el uso de tecnologías, producción de bienes de consumo, etc…, lo que conlleva mejoras en los índices de producción y reproducción social, se van a permitir la aparición de diversos factores dentro de las relaciones sociales, que han conllevado ( cuando este desarrollo es sostenible y sustentable ), a la separación de las formas de trabajo con una consecuente modificación de las relaciones sociales.
Este desarrollo de las fuerzas productivas, y sus consecuencias, se evidencian (se hacen tangibles) en el asentamiento humano, lugar en el cual se desarrollan de manera más intensa estos procesos. La calidad de algunos asentamientos (centros de poder, ubicación estratégica, nuclearización de población, control y desarrollo de tecnologías, formas de relación social, etc…) van a permitir de forma más nítida la aparición de segmentos de la población vinculados a actividades destinadas a la satisfacción de necesidades consecuentes de tal desarrollo ( fuerzas productivas ) : la proporción de estos cambios va a generar, dentro de un proceso concatenado, el surgimiento de la alta especialización, ante lo cual los productores primarios, secundarios, servidores, funcionarios y dirigentes, se vincularán de manera casi específica a sus ámbitos. Esta creciente separación de las formas de trabajo determina formalización de las clases sociales, por el acceso diferencial a recursos y sobre todo a los medios generando mecanismos de propiedad, la cual se complejizará más con formas como la propiedad privada.
La consecuencia de este proceso en el asentamiento, va a generar el surgimiento y desarrollo de sectores de producción en el mismo, con lo cual éste va a adquirir características peculiares, donde va a ser notoria la presencia de sectores productivos en el asentamiento pero no como complemento de éste, sino por el contrario como elemento fundamentales del mismo, relegando a los sectores de habitación como complementos de éstos. El desarrollo de este proceso conlleva a la formalización de la Ciudad como tal. Entendemos entonces que las modificaciones en el uso del espacio responde básicamente a la dialéctica social, por lo que sería necesario entender que :
El fenómeno urbano no puede quedar circunscrito al reconocimiento de los factores físicos que se expresan en la obra arquitectónica, dado que a todas luces se trata de un producto social, totalmente condicionado a las funciones y necesidades de sus creadores y usuarios. ( L. G. Lumbreras, en : Canziani 1989).
Lo cual quiere señalar que se debe trascender de lo formal (sin restarle su importancia), para llegar con la mayor aproximación posible a los procesos de fondo. Estos cambios que hemos observado en los asentamientos tienen su causal social, establecida en la emergencia de las clases sociales, que como ya hemos señalado antes es el inicio de las primeras formas de Estado como institución: todos estos procesos se encuentran profundamente imbricados. Lo anterior quiere implicar que es necesario entender los aspectos sociales, sin embargo sus manifestaciones se dan en el campo material (lo formal, lo cuantitativo, lo cualitativo, etc.), p. e. la monumentalidad expresa contenidos sociales presentes en su propia forma (p. e. en su origen o en su uso).
Por el mismo manejo del territorio, el Estado generará un patrón de asentamiento que le permitirá su manejo, en consecuencia la aparición de centros urbanos (o ciudades) vinculados a la ciudad principal que es una posibilidad más que viable, casi necesaria. Algunos centros urbanos pueden adquirir características de núcleos administrativos, y a los ya preexistentes centros habitacionales se añadirán centros de control, y de apropiación de recursos. Dentro de este punto es imprescindible entender que el fenómeno urbano no puede ser analizado sin tomar en cuenta el referente rural, factor sustantivo de su existencia.
De acuerdo a la información recuperada hasta el momento las ciudades y centros urbanos generados por una entidad estatal establecida contienen una planificación en génesis y praxis.
Sociedad de clases.
Como ya hemos señalado en el encabezamiento del concepto, el Estado debería ser entendido como la institución reguladora, pero enajenada, de la vida social, estableciendo los mecanismos de control, de forma directa y a veces indirecta, de las formas de producción y reproducción social : todo lo cual implica una injerencia en las relaciones establecidas por los hombres . Sin embargo las sociedades por un muy largo periodo mantenían a su interior formas de relación sin necesidad de una institución que centralice el poder político y que a la vez pretenda ocupar un nivel supra con respecto al conjunto de individuos.
Es justamente este proceso de complejización de la división del trabajo, el cual no solo tiene que ver con la especialización ( per se ), sino con la aparición de segmentos sociales vinculados a diferentes formas de trabajo, dependiendo de su relación con respecto a los medios, recursos, tecnologías, herramientas, etc. lo que va generando la necesidad de la creación de nuevos grupos especializados que eviten el antagonismo directo de estos segmentos (estamentos, clases), y genere (con mayor o menor éxito) el control de las relaciones sociales. Todo lo cual va a conllevar que el Estado se convierta en la institución especializada en el mantenimiento del orden clasista, y acapare, o por lo menos pretenda, la concentración del poder. Debemos agregar que por todo lo dicho el Estado va a ser sujeto de las clases dominantes, las que tienen el mayor interés en la defensa de sus respectivos sistemas sociales.
Los procesos de complejización de la división del trabajo, conjuntamente con la especialización de las actividades productivas (directas o indirectas), al igual que con otros factores, se interrelacionan (interdependientemente), complejizando, al mismo tiempo, a los mecanismos de relación social y a los grupos especializados en esta actividad, generando instituciones que van a formalizar el Estado, que será cuando se logre la generalización de su campo de acción.
Es conveniente señalar que si bien es necesaria la acción de los diferentes factores que aquí discutimos, entendemos como un factor determinante, para la presencia del Estado, la división de la sociedad en clases.
Si bien nosotros hemos señalado que el factor de la Sociedad dividida en Clases es fundamental para la existencia del Estado, ya otros autores han llegado a conclusiones semejantes pero con otro matiz, señalando este factor como una de las demás características del Estado (Service 1962, Adams 1966, Frier 1967, Wrigth 1970, Flannery 1972 : en Redman 1990 ).
Debemos indicar en este punto que una formación estatal, puede ser ( o no ) de carácter pluricultural : con esto queremos señalar que la formación estatal se define en el ámbito de la acción política y no por particularidades (p. e. De origen regional), que de hecho dificultan su accionar, y por lo tanto el estudio que de ello hacemos. Cuando una entidad estatal se superpone a otras estamos frente a procesos Imperiales.
Dentro de este factor, que tiene que ver también con la separación sustantiva de los hombres en los procesos productivos, señalaremos las formas que pueden adquirir estos últimos al interior de una sociedad estatal. Han existido, y existen, muchos Estados que han controlado directamente la producción, tanto primaria como secundaria, generando estrictos sistemas de control y de redistribución : sin embargo este control puede ser indirecto, permitiendo focos productivos de cierta autonomía, centralizando el registro de los mismos a través de un sistema expandido por el territorio, y poseyendo autoridad para modificarlo y regularlo : pero el Estado sobre todo asegura el mantenimiento de las formas y relaciones de producción.
Autoridad política (centralizada).
Este punto, más que un factor, es una característica necesaria para el funcionamiento del Estado: pero sobre todo para poder identificar el modo de operación de la entidad estatal.
Lo que es cierto para una institución como el Estado, ésta debe poseer el ejercicio real del poder, las implicancias de factores que afecten este ejercicio son determinantes para la identificación de periodos de crisis, presencia de formas de colonialismo, etc…
El Estado genera mecanismos que les permiten realizar el ejercicio del poder, y son justamente estos mecanismos los que van organizando el corpus estatal : éstos varían mucho de acuerdo a cada formación y en los diferentes niveles de su desarrollo histórico : aunque éstos procesos de manera general podrían agruparse como : sistemas de leyes, sistemas de justicia, sistemas de registro, sistemas de control de la producción, sistemas de tributación, etc…( estos sistemas van interrelacionados ).
Esta autoridad también se manifiesta en las formas de cohesión, que conjuntamente con las formas de coerción se consolidan como formas de hegemonía tal como lo señala Ruiz Rodríguez.
Territorio.
Es indispensable, sobre todo desde la perspectiva de la Arqueología, tener presente que cualquier tipo de formación social realiza sus actividades en un marco geográfico, el cual es afectado por formas, más o menos desarrolladas, de apropiación del mismo : las cuales pueden ser, o no, estrictas. Esta forma de relación conlleva a la generación de un territorio. Y es justamente el Estado el que va a desarrollar las formas más complejas de manejo territorial.
Justamente para el punto que nos interesa, se hace necesario enmarcar, en consecuencia, al Estado en un referente territorial, el cual le permite el desarrollo de sus actividades (entiéndase aquí como Estado a todo el conjunto de la sociedad adscrita bajo su control directo o indirecto), y es dentro de este territorio donde son visibles el rango de actividades que éste desarrolla, y es aquí donde se particularizan los otros atributos del mismo.
Nos parece pertinente incluir unas categorías de análisis que permitirían el estudio del territorio como marco social (sobre todo para la arqueología ) : Ruiz Rodríguez así como Nocete han venido señalando que el Estado basa su economía en un territorio sobre el cual se maneja a nivel económico y productivo, siendo en consecuencia su base : con lo que el territorio debe ser entendido como el marco geográfico sobre el cual actúa un conjunto social. Las categorías que han generado corresponden a Territorio de Producción, y Territorio Político y Económico :
’’ Quiere ello decir que al tiempo que se define asentamiento debe articularse el concepto de territorio de producción, ya sea a nivel restringido ( TPR ), es decir limitado a lo de exclusiva explotación del asentamiento, o ampliado ( TPA ), a otros nichos económicos de extracción de materias primas compartidas con otros grupos. ’’ Ruiz et al. 1986.
’’ En un plano superior al asentamiento y al territorio de producción y en este caso exponente de la unidad histórica por excelencia, la formación económica social, se define el Territorio Político y Económico (TPE ) unidad que trasciende del plano de la economía para ser ante todo una unidad política, o al menos disfrazarse de ella, identificable a un estado o a una comunidad autosuficiente.’’ .Ruiz et al. 1986.
Es imprescindible tomar en consideración todos los otros factores para poder comprender si el manejo territorial es de carácter estatal en el marco de cada caso particular.
Para el nivel que nos interesa, el de las sociedades estatales, surge como parte del análisis del territorio la definición de éste a un nivel político, con el agregado de la noción de Frontera, la cual debe ser entendida en su carácter histórico, es decir tanto en sus generalidades como, y sobre todo, en sus particularidades ( dentro de su proceso histórico respectivo ). Otro aspecto que deriva del asunto del Territorio y la Frontera es el establecimiento de los límites (y las consecuencias que ello puede conllevar), los cuales pueden ser establecidos de manera bilateral o unilateral, por lo que hay que tener presente, por lo menos, las características generales de las sociedades vecinas.
Sobre lo señalado debemos entender entonces que no es importante ni las dimensiones, ni la riqueza del un territorio, sino la forma como es manejado. Para el caso de la arqueología deberemos tener en cuenta que los patrones de asentamiento humano sobre el territorio expresan determinados modos de vida y formas de producción, por consecuencia los modelos de asentamiento son indicadores de los niveles de desarrollo social.
Tributación o enajenación del trabajo y/o el producto.
Todo aparato estatal se encuentra compuesto por una élite gobernante ( la cual puede ser de diversa índole o naturaleza ), y de un cuerpo de especialistas o funcionarios, que da organicidad al Estado. El sostenimiento de todo este aparato, a lo cual se le debe agregar los costes de las obras públicas, los servicios, los ceremoniales, etc…, implica un manejo de recursos suficiente de acuerdo a la envergadura de los mismos, también debemos tener en cuente el enriquecimiento, que por su propia naturaleza, hace suyo la élite gobernante.
Estas características conllevan a la apropiación de recursos (aún considerando que el aparato estatal posea una red de generación de recursos, ya sea a través de manufacturas especializadas, producción agrícola o pecuaria, minería o intercambio externo, etc). La tributación es entonces el mecanismo usado por el Estado para la expropiación de los recursos que le sean necesarios, y por supuesto los obtiene de la base social sobre la que ejerce su poder político.
Las formas que adquiere la tributación pueden ser de diferente naturaleza y depender de las necesidades o del nivel de complejización de la sociedad estatal ; estas se han expresado a través de la participación en la ejecución de obras públicas o roles del Estado, aporte de insumos para las mismas, bienes de consumo o de uso, mercancías estandarizadas de intercambio, sistema de moneda, etc..
Hay que considerar que existen algunos tipos de formación pre-estatal en donde es posible observar algunas formas de apropiación del trabajo del sector del sector de productores (trabajo físico o expresado a través de productos), por lo que es imprescindible conjugar el factor tributario (sobre todo cuando es principalmente en forma de trabajo) con los otros factores aquí enumerados.
Sistema de registro.
Toda formación social de carácter estatal necesita un sistema de control y registro, el cual permita el manejo de la información por parte de los especialistas dedicados a esas labores y facilite la administración de los recursos.
Estos sistemas de registro pueden ser de muy diverso carácter. Los hay desde numéricos o alfabéticos, hasta simbólicos o nemotécnicos (recordemos las tabletas de Próximo Oriente, o los Quipus Wari o Inka). Las formas de control de la tributación, y la naturaleza de las mismas, pueden ser muy variadas, desde adobes con marcas, pasando por canastillas o contenedores estandarizados, hasta materias primas y objetos estandarizados. Todo esto señala que las formas particulares pueden ser distintas, sin embargo, la presencia de sistemas de registro es indispensable para el control de la tributación, la producción y otros ítems.
Sustento ideológico-normativo
Toda forma de relación social asimétrica busca siempre razones justificantes, aún desde antes de la aparición del Estado las sociedades han buscado justificantes para problemas que van desde su propia existencia hasta sus formas de relación. Estos sustentos transitan particularmente en los terrenos de la ideología (creencias, actos ceremoniales o lúdicos, normas, etc). Este sustento tiene un alto valor en la dinámica social pues, de ser bien manejado y controlado, permite la superación de algunos momentos críticos, o la aplicación sin límites de la fuerza y el poder. Es importante, por lo tanto, buscar acercamientos al conocimiento de los mecanismos del Sustento Ideológico-normativo, aunque la aproximación prioritaria al caso particular de estudio debe hacerse a través de su base socio-económica, la que permite además observar el real papel que cumple el justificante ideológico.
Las formaciones estatales, por lo tanto, también manejan un sustento ideológico-normativo : es en los niveles estatales donde justamente se dan las formas más complejas de justificación debido a su división estamental ( clases ), y los altos niveles de complejización que puede desarrollar.
Con este factor lo que queremos indicar es que el Estado no solamente no escapa a la creación de sustentos ideológicos, sino que además los complejiza, los regula y los transforma, de acuerdo a las circunstancias coyunturales, o a los grupos de poder o clases dominantes ; incluso los manipula en diferentes rangos ( asuntos de carácter nacionalista, religiosos, racistas, étnicos, o inclusive pluralistas ).
Red de intercambio ( interno y externo ).
Las formaciones pre-estatales poseen, de acuerdo a modelos y datos concretos, sistemas de intercambio tanto internos como de larga distancia, que le permiten formas de distribución y redistribución tanto de bienes de uso como de consumo, además de bienes y productos suntuarios y exóticos (entiéndase propios de otra región). Con el surgimiento del Estado, las redes de intercambio se centralizan, sobre todo en la redistribución, debido al control ejercido por éste sobre la producción o los productos, los que mayoritariamente canalizan a través de la tributación; los bienes suntuarios y exóticos acceden a su territorio bajo formas de control directas o, en algunos casos, a través de mecanismos generados por las élites con el auspicio y o protección del Estado.
No es necesario que el Estado centralice la red de intercambio, aunque existen algunos casos en que éste controla directamente la producción y el intercambio (redistributivo, como en el caso Inka), dejando algunos márgenes. Lo importante es el control de estas redes, el mantenimiento y modificación de las mismas, lo que permite, a la vez que justificarse, acceder a mayor número de recursos.
Los sistemas de intercambio son muy diversos de una formación a otra, inclusive cambian al interior de una misma formación a través de su desarrollo histórico. Uno de los sistemas de intercambio más complejo, por los mecanismos de regulación que debe tener, es el mercado público, cuya existencia implica una mayor participación del Estado, directa o indirectamente; sin embargo, esta forma compleja de intercambio no es requisito indispensable para la existencia del Estado, que, como hemos visto, surge por otros factores, manejando y controlando diversas formas de intercambio.
El mercado ha asumido muchas formas de expresión que van desde las reuniones periódicas para trocar (inicios del mercado público), pasando por los bienes de intercambio, estandarización de las medidas y valores de cambio, hasta los mercados con sistema monetario.
Infraestructura pública (obra pública no corporativa.
Este factor es particularmente interesante para el estudio del Estado desde la perspectiva de la arqueología. Se parte de que, para el desarrollo de las actividades inherentes al Estado, éste necesita una infraestructura aparente para las mismas.
Si bien este punto ya fue señalado dentro del factor Centro Urbano, creemos importante remarcarlo, pues si bien la arquitectura posee características muy fenoménicas (aunque a nivel formal los espacios son claramente diferenciables, inclusive interpretables), ésta nos puede indicar, con el dato contextual integrado, los niveles de complejización, las formas de relación, hasta llegar a datos muy específicos.
Queremos precisar entonces que el Estado requiere una infraestructura para el desarrollo de sus actividades, y que el estudio formal, espacial y contextual de éstas, permiten, sobre todo, cualificar el carácter de cada Estado (no negamos con ello el estudio integral de los asentamientos, sin que, por el contrario, lo creemos la estrategia más adecuada). Hay que tomar en cuenta que muchas expresiones físicas de la infraestructura estatal son de carácter no-urbano (centros de control de recursos, o administrativos alejados, o el sistema de rutas o caminos, etc.).
Debemos considerar la existencia de otros factores que, si bien no son determinantes para la formación del Estado, en algunos procesos históricos pueden revestir alguna importancia. Nos referimos a cuestiones como demografía, la guerra, la conquista, factores medioambientales, etc…
La Ciudad.
Debemos entender a la Ciudad como una entidad físico-espacial que, como forma de asentamiento humano, refleja características propias de cada una de las sociedades que la desarrollan, tanto en los niveles de fondo como en los de forma. Coincidimos de manera general entonces con que :
La Ciudad,…, es un centro de residencia gracias a que ante todo es un centro de trabajo” L. G. Lumbreras, en : Canziani 1989 ).
A esto cabría agregar la presencia de productores y especialistas, los cuales no poseen directamente los medios de producción, y que engrosan la producción urbana. Habría que señalar que esto no niega la existencia de centros de transformación y producción en medios de características más bien rurales, la mayor parte de los cuales están dedicados a la satisfacción de necesidades locales.
Con lo que tenemos en la Ciudad como tal (entiéndase Estado también), se da la generalización de la obra pública (más allá de la corporativa) como elemento básico en el asentamiento, vinculado a la administración centralizada de la fuerza de trabajo proveniente del servicio y del tributo.
Consideramos las siguientes características como complementarias, en tanto a Ciudad, a las expresadas en la parte de Centro Urbano, como factor de El Estado:
Población diferenciada.
- Entre sus habitantes (productores primarios (en mayor o menor proporción algunas ciudades conservan sectores de productores primarios en el asentamiento, productores secundarios, servidores y funcionarios, clase dominante y dirigentes).
- Con respecto al referente social rural.
Centros de producción.
- Talleres y producción especializada.
Centro administrativo.
- Político.
- Económico.
- Poder.
Centros de culto.
Núcleos de vivienda.
- Residencial.
- Población asociada permanente.
- Población dependiente.
Referente rural.
- Territorio; espacio geográfico.
- Base económica de la producción primaria.
Centro de intercambio y Administración interna y de servicios
- Intercambio.
- Funcionamiento del asentamiento.
Consideraciones finales.
• Las diferencias a considerar, de manera analítica, entre sociedad estatal y aparato estatal deben ser entendidas sólo como una abstracción sistémica de la sociedad. Pues ambas la segunda esfera se contiene en la primera, y durante el proceso se retroalimentan cuantitativa y cualitativamente.
• La sociedad estatal como entidad social, debe entenderse como un sistema con diferentes grados de integración y coerción. En este punto es importante observar las concreciones de la hegemonía del poder y las relaciones centro(s) – periferia.
• El Aparato Estatal es una sub-entidad administrativo – política con capacidad del ejercicio del poder y la fuerza, por lo tanto las relaciones de cohesión y coerción pueden abordarse mucho más directamente del registro arqueológico ya que sus decisiones se materializan de forma más generalizada como comunidad estatal (ampliada) que las referidas a las comunidades locales, las cuales sólo se objetivarán en el registro arqueológico en un ámbito más restringido. En este punto hay que señalar que el estudio de las relaciones clasistas se deben abordar en un primer momento desde la división económica, los aspectos políticos deben ser relegados a un segundo momento, pues por razones metodológicas los aspectos políticos de las clases no propietarias y/o dominadas resulta complejo, y deben subordinarse a estudios de largo plazo, o de profunda intensidad.
• Nuestra propuesta evita el uso de los términos “sociedad compleja” y “civilización”. En el primer caso el término complejo es aplicable a una gran cantidad de sociedades, incluso sociedades tribales conservadoras no implicadas en procesos de desarrollo estatal (p. e. las sociedades tempranas de los valles occidentales del área centro-sur andina. En el segundo caso la no aplicabilidad del término civilización en algunas sociedades no estatales pueden tener carga peyorativa igual que sucedió, y sucede, con el término prehistoria.
• Un aspecto de importancia en los estudios es el de indicar a que nivel de la abstracción teórica corresponden cada uno de los indicadores observados empíricamente, para en un primer momento controlar los niveles de contrastabilidad y fiabilidad del dato frente a la hipótesis, y en un segundo momento verificar como todos ellos pueden ser recurrentes, pero con las obvias diferencias de sus particulares procesos históricos.
• Los indicadores de Estado no se establecen como fórmulas para indicar si tal o cual sociedad es estatal o no, si no para estudiar en cada caso específico cuales son los mecanismos concretos por los cuales se han dado a lo largo de la historia de la humanidad sociedades con ese nivel de relaciones, y cuales pueden ser sus consecuencias en el presente y el futuro.
• Por ultimo cabría agregar que el estudio arqueológico de Estado sólo puede ser abordado en una estrategia que combine los análisis territoriales, los estudios comparativos de asentamientos urbanos y rurales, y excavaciones con una exposición en área de contextos de actividad social para una visión que priorice sobre todo los principios de recurrencia y asociación.
El Patrimonio como Documento
Javier Ignacio Alcalde Gonzáles
El patrimonio, o lo que nosotros/as consideramos patrimonio, ha tenido diferentes significados a través de los tiempos. Para algunos pueblos ha significado una explicación de su origen y el destino que se forjaban, como lo hicieron los Mexica con el imponente complejo monumental de Teotihuacan. Para otros esta identificación les ha hecho verse a sí mismos como irreductibles o aventureros. Inclusive en algunos casos este patrimonio mal encaminado por intereses de grupo, ha servido para el sostenimiento de las instituciones mas retrógradas e injustas. Los diversos pueblos que constituyen la historia de la humanidad se han identificado con su patrimonio (sea este verdadero, maquillado, parcial o inventado), a través de la Tradición. No es necesario, aunque si muy recomendable, remitirse a “La invención de la Tradición” de Hobsbawn y Ranger, para darse cuenta de las manipulaciones, algunas verdaderamente calamitosas, que han sufrido las tradiciones y las identidades nacionales.
Pero existen formas de conocer, o por lo menos de acercarnos a ello, y de preservar la historia de nuestros pueblos, y esto es a través de los documentos que las sociedades han ido dejando como huella de sus acciones. Algunos documentos, como a cualquiera de nosotros se nos imagina, son de papel escrito o impreso, inclusive hasta de barro, piedra o madera grabada; sin embargo, existen algunos documentos que tienen otra forma de materialidad, que a diferencia de los documentos escritos no responden a una persona, o un grupo de ellas, que quiere plasmar una idea o llevar cuentas o fantasear sobre su personaje favorito, sino que se van ejecutando cotidianamente a través del desarrollo de la vida social, y que si bien expresan la voluntad propia de algunos individuos, sean estos artesanos, orfebres o arquitectos, son parte de su época, responden a la voluntad social, a su propia experiencia colectiva.
Estos documentos de la vida social son diversos, van desde monumentales edificios hasta modestas casas, desde suntuosos adornos metálicos o textiles, hasta humildes ojotas y simples telas, desde lujosas tumbas, hasta copiosos basurales, son en general, los restos de la actividad humana, los cuales son directos depositarios del tránsito de las sociedades a través del tiempo, de estos especiales documentos los investigadores podrán recuperar el dato histórico. No es labor fácil el estudio dela Historia, dependerá de la formación profesional, de la capacidad científica y técnica y, sobretodo, de los intereses del investigador.
Los documentos de los que hablamos son como frases, párrafos o capítulos de la Historia, es así que la pérdida de cada uno de estos equivale a perder un fragmento de la experiencia social, sabemos que es muy difícil la preservación de cada uno de estos documentos, su vastedad es inconmensurable, es mas, el propio estudio tiene efectos contraproducentes para su conservación. Sin embargo, dos puntos son imprescindibles para que estos documentos nos sirvan: el estudio integral de ellos y, la preservación de los que tengan valor testimonial, monumental, los que nos sirvan de memoria de nuestra Historia. Los que tengan valor artístico o estético, los mas que se puedan. En fin, estos documentos nos servirán para desarrollarnos socialmente, no son trabas de ninguna manera. Vale aclarar para los más cáusticos, que como documento me refiero a todo resto de actividad humana, no como sinónimo de sitio arqueológico.
Las sociedades, en virtud de su propio presente, sea cualquiera que haya sido, comúnmente han adoptado la actitud de verse como cumbre de la razón y el pensamiento humano, pues a pesar de sus constantes e irresueltos problemas, cada uno de esos presentes han sido, son, serán la acumulación de la experiencia colectiva de los pueblos. Lastimosamente esta actitud siempre se enajena por la arrogancia del poder, del dominio del hombre sobre la naturaleza, y lo que es peor, del abuso de algunos sectores sociales sobre otros. Pero estas experiencias no son meras anécdotas de la Historia, no quedan como retóricas moralejas de fábulas no tan fantásticas, pues estas historias colectivas reales han cambiado la vida de millones de personas para bien o para mal.
Esta trepidante historia, de los hombres y mujeres que vivieron y murieron, es nuestra propia historia y somos parte de ella, querámosla o no.
Los manuscritos de los pensadores y militares de las guerras de independencia criolla de los pueblos de América del Sur y el Caribe del siglo XIX, forman un conjunto de documentos que testimonian algunas ideas y aspiraciones de la época. Los archivos comerciales nos brindarán una visión particular de la misma época, de igual manera podemos recuperar fragmentos de esa historia, nuestra historia, de los edificios, las vestimentas, los objetos. De la misma manera, cada objeto, o grupo de ellos, los edificios y cualquier resto de actividad humana de los pueblos, de todos y cada uno de ellos, los que vivieron en cualquiera de los continentes, y en todas las épocas, forman parte del gran archivo de documentos que testimonian su experiencia, y son también parte de nuestros aciertos y nuestros errores como humanidad.
Este gran archivo de documentos que podemos llamar Patrimonio, es valioso; no porque un grupo de ellos tenga valor artístico o estético, o incluso monetario para algunos, sino también porque son los documentos de la historia de la humanidad, de una historia que es nuestra experiencia como colectivo, como especie, historia que en algunos casos debe formularse como conciencia colectiva para evitar las amargas experiencias de grupos humanos matándose por falsos sustentos étnicos surgidos en oscuros capítulos de la historia, para defender injustas relaciones sociales, o para entender que es injusto mandar jóvenes a la muerte sin ningún objetivo claro y luego repartir alegremente territorios y regalos entre sonrisas y cámaras de televisión.
Nota: La búsqueda del registro de los documentos no tangibles, como las canciones o los cuentos por ejemplo, son motivo de una discusión con otras implicancias.
El coleccionismo y el contexto
A mi abuelo Juan Daniel, que fue coleccionista pero no de objetos sino de palabras convirtiéndolas en cuentos y poemas.
Carlos Roldán Del Águila Chávez
Cuando se reconstruye un crimen, los peritos se concentran en el lugar de los hechos para rearmar todos los sucesos asociados al acto mismo de un atentado contra las normas habituales, aceptadas y reguladas de comportamiento de una sociedad determinada, en este caso, de la sociedad contemporánea.
En ese proceso, se aplican ciertas pautas metodológicas que permiten, al final de la investigación, identificar las causales del hecho y porque no, identificar al infractor o asesino.
En todo este tema rondó por la cabeza de todos los policías e investigadores de criminalística, la urgente necesidad de unir todos los cabos sueltos para poder reconstruir el hecho, es decir, rondó por la cabeza de todos ellos lo que para los arqueólogos es el “contexto”.
Bien, por otro lado, podremos decir que, si estos personajes de la justicia hubiesen ido al lugar de los hechos, hubieran tomado una bolsa y hubiesen juntado indiscriminadamente todo objeto de valor que pudiesen haber encontrado en la escena, pues les hubiese ocurrido muchas cosas: despido inmediato, por haber alterado la escena del crimen y la absoluta marginación de su gremio, por haber hecho justamente lo que no se debe hacer. Evidentemente el infractor o criminal estaría agradecidísimo, pues las pocas posibilidades de contar con pruebas en su contra se hubiesen esfumado.
Lo mismo ocurre en arqueología, cuando realizamos agrupación de objetos, sin ningún elemento base que fundamente su origen o tipo de contexto, no llegaremos a recuperar mayor información que la netamente objetiva y visual del objeto y alguna que otra elucubración poco consistente que no aporta mucho al desarrollo del conocimiento histórico.
El deleite de los objetos antiguos es de larga data. No quiero ahondar en esto pero si precisar que, la sensación de acumular para atesorar es un hábito que el ser humano todavía no logra desprender. La esencia de todo coleccionista se asocia, en gran medida, a este principio.
La historia del coleccionismo en nuestro país ha sido escrita por muchos, algunos defensores y otros detractores. Es un hecho que, si bien es cierto, existen coleccionistas formalizados y que establecen pautas de protección de sus objetos, pues son solamente eso, objetos que, al ser extraídos de su contexto original, perdieron el valor agregado que todo testimonio material tiene. Un objeto por si solo dice poco, creo yo.
En cambio, si todos esos objetos tuviesen recuperada la información de su procedencia, si tuviesen sus elementos asociados de contextos, convertirían a este en lo que el arqueólogo peruano Luis Lumbreras ha venido en llamar, “unidad arqueológica socialmente significativa”, la cual, agrupada con todos sus objetos, permitiría reconstruir de manera consistente una etapa determinada de cierto hecho histórico.
El coleccionismo agrupa, exhibe, deleita, el contexto está de lado y no existe para sus fines. Puede permitir proteger de cierto modo el patrimonio cultural mueble, pero con serias limitaciones de uso del referido patrimonio.
Si al contexto, lo materializamos o transformamos en información, ya sea textual o museográfica o de cualquier modo, no sólo agrupa, exhibe y deleita, sino también forma, educa y prepara, consolida y transforma, identifica y valoriza.
No podemos desmerecer antiguos y recientes esfuerzos de algunos coleccionistas que sí permitieron la protección de cierto patrimonio y que, con el tiempo, formalizaron la misma colección en algún museo detalladamente cuidado. Aún así, este disfrute es limitado, puede ser masivo, pero limitado. Estando así las cosas, lo que si debemos es resaltar que, con la pérdida del contexto de los objetos de los coleccionistas, se pierde tal cantidad de información que solo nos queda observar lo evidente y no mas allá.
Si los arqueólogos tuviesen a cargo las investigaciones de criminalística, tendrían el mismo cuidado que los peritos policiales y viceversa. Los procedimientos llevan a desentrañar, tanto en la historia como en el hecho mismo del crimen, la interpretación mas valedera que los objetos materiales pueden ofrecer, el dato y la prueba de ello.
Hace algunos años, nuestro país se vio invadido por una serie de informaciones de carácter forense que no entendíamos, desde la falsa acusación por asesinato del Estado hacia inocentes, hasta las causales precisas de muerte. Ahí pudimos ver, y por televisión, como los supuestamente principales sospechosos, o sea, la fuerza represiva, alteraban y distorsionaban la información, desde la quema de las evidencias, hasta la alteración de los contextos delante de todo el mundo.
Para los que trabajamos en estos temas, resultaba de lo mas hilarante como, a vista y paciencia de todo el mundo, se perdía la posibilidad de dar con los asesinos. Estos hechos son prueba directa de lo que busco revertir con este pequeño ensayo.
Considero fundamental que, los objetos históricos o dicho mas formalmente, el patrimonio cultural mueble de cualquier sociedad amerita ser tratado con mas respeto y consideración, amerita ser escudriñado y estudiado de tal forma que permita entender y utilizar esta información en beneficio de la sociedad que la hereda, en beneficio del hecho histórico y sus implicancias sociales contemporáneas.
La próxima vez que se investigue un crimen, valdría la pena tener en cuenta estos conceptos, para beneficio de los deudos y para beneficio de la verdad, igual ocurriría en arqueología.
El futuro de los museos en el Perú o..... una incierta historia que deberá cambiar
A los trabajadores de los museos del Perú...todavía incomprendidos e incansables defensores del patrimonio mueble.
Carlos Roldán Del Águila Chávez
Considero pretencioso proponer una idea sobre museos en el Perú, teniendo en cuenta mi limitada experiencia al respecto. Soy arqueólogo, tengo 37 años y me ha tocado, a estas alturas de mi vida, asumir la responsabilidad de llevar a cabo investigaciones en los museos, sobre la base de haber asumido, desde el año pasado, una de las Sub Direcciones del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú y, por tanto, a partir de su nueva estructura orgánica, la Sub Dirección de Investigaciones del Sistema Nacional de Museos del Instituto Nacional de Cultura.
Teniendo claro este aspecto, me valdré de mi profesión de arqueólogo para evaluar con mentalidad de científico social, la situación de los museos en el país, a partir de una heroica y batallante historia de creación de los museos que tiene entre sus principales mentores, a mi criterio, a Julio César Tello Rojas y a Luis Guillermo Lumbreras Salcedo.
No pretendo parcializar la disertación ni tampoco desmerecer esfuerzos y trayectorias bastante meritorias y exitosas como las de Don Rafael Larco Herrera a inicios del siglo XX, pionero y aguerrido defensor del patrimonio que, desde su trinchera, aportó significativamente al desarrollo y constitución de museos. Prueba de ello es la brillante trayectoria institucional del Museo Larco y de sus herederos, uno de los cuales viene asumiendo y continuando la tarea de Don Rafael. Mi saludo y buenos deseos para Andrés.
Si propongo centrarme en los dos personajes anteriormente mencionados, es por las repercusiones que se dieron a partir del enfoque que tanto Tello como Lumbreras, cada uno en su tiempo, acuñaron en la museografía de nuestro país. Este enfoque que busco rescatar es el que tiene que ver con el futuro de nuestros museos.
Veamos...
Hacia 1822, se introdujo, oficialmente, por primera vez en el Perú la idea del Museo Nacional, en el célebre decreto que determinaba sanciones para el que atentase contra los objetos y monumentos de nuestros antepasados, dictaminándose que tanto lo recuperado como lo multado pase a beneficio del Museo Nacional. Como todo proyecto cultural, esta instancia sufrió problemas económicos, de ubicación definitiva de mantenimiento de las colecciones y organización durante casi toda la parte final del siglo XIX, llegando a su clímax crítico en la Guerra del Pacífico (1879-1885). Luego, Max Uhle será el responsable de “resucitar” el Museo Nacional, lo cual consiguió parcialmente.
Me interesa rescatar la figura de Tello, por la concepción que éste tenía de los museos y por el fortalecimiento que le dio a las investigaciones sociales en tiempos en que los saqueos y el deterioro acelerado de nuestros valores patrimoniales, no podían ser detenidos; por tanto, los “saqueos a pedido” y el desgobierno de la “cosa cultural” eran desmedidos.
Involucrar al Instituto de Investigaciones Antropológicas, instancia creada en la Universidad de San Marcos, con el Museo Nacional, debió haber constituido toda una revolución administrativa y un pensamiento “subversivo” en esa época. Entendamos el término subversión con buenas intenciones, en la idea de subvertir, transformar, cambiar las cosas.
Tello enfocó la perspectiva del museo ideal, como la proyección de la formación académica, no solo universitaria, sino también informal. Su experiencia en arqueología le permitió desarrollar un enfoque mas antropológico para interpretar el origen y desarrollo de las formaciones sociales preinca e inca. Por tanto Tello entendió el proceso a partir de 3 troncos geográficos de desarrollo cultural (Norte, Centro y Sur). Todo esto lo trasladó a su concepción museográfica y lo materializó en las nuevas salas que presentaron de manera innovadora los diversos temas. Actualmente este museo puede ser concebido como arcaico o retrógrado, pero para su contexto, se constituyó en una presentación de vanguardia que trascendió el mero discurso formal para convertirse en un discurso masivo que es, al final de cuentas, el que importa. Y todo, sobre la base de un discurso científico sustentado en las evidencias materiales. A medida que pasó el tiempo, esa museografía otrora de vanguardia e innovadora de Tello, se congeló en el Museo Nacional y terminó perpetuándose sin razón alguna.
Los museos deben ser entes dinámicos, dialécticos, en constante movimiento. Eso lo sabemos ahora, en aquellos tiempos, la figura del maestro trascendió lo inimaginable y casi idealizó toda su obra, convirtiendo en inalienable todo lo que hizo.....¡como si la ciencia no progresara!.
Esto tuvo que transformarse. Las nuevas coyunturas sociales y la necesidad de optar por nuevas propuestas y discursos, permitieron que Luis G. Lumbreras, hacia los ’70s, asumiera las riendas del Museo Nacional y, en diciembre de 1973, pronunciara uno de los discursos mas fundamentales para la nueva concepción de los museos en el Perú, en ocasión de la reapertura del Museo Nacional de Antropología y Arqueología del Perú. En ese discurso, Lumbreras rescata y re define de manera contundente la concepción de museo:
“El Museo es una institución que conserva y estudia el patrimonio monumental de la nación, para que el pueblo obtenga de dicho patrimonio la conciencia que necesita para lograr su transformación”.
Precisa los verdaderos roles de las colecciones:
“Los objetos arqueológicos no son nada más que las frases sueltas de un voluminoso libro de nuestra historia; en el museo, nuestra tarea consiste en ordenarlos y presentarlos orgánicamente, de modo que los hombres de nuestro pueblo, puedan leer esa historia, página por página, sin cansancio”.
Rescata concepciones acuñadas por Tello años atrás:
“El museo es, pues, un repositorio científico y, al mismo tiempo, un centro de enseñanza masiva de la historia social”.
Es crítico, muy crítico con esos museos inmediatistas, de tan solo deleite artístico:
“El Museo de “élite” está estructurado, entonces, con un neto contenido discriminatorio, que en nuestra sociedad revela una posición conservadora y aristocratizante”.
Sus alegatos son decisivos cuando describe lo que puede evitarse con un “museo de masas”:
“Se evita así darle al museo un contenido de élite, que en el Perú significa: turistas extranjeros, una clase media “interesada” y, por supuesto, una burguesía, frecuentemente “snob”, enternecida con las cosas “exóticas” y “excitantes”. Se evita presentar una “borrachera” de “objetos raros y curiosos” que estimulan la admiración por lo que “pudieron hacer esos pueblos primitivos” o “por lo bien que se conservan las cosas después de tantos años”, pero que enseñan poco o nada. Los objetos sólo son el producto del trabajo social, hay pues que conocer al trabajador y no a los objetos”.
A que quiero llegar con todos estos recuerdos y citas:
Tanto Tello como Lumbreras, apuntaron a uno de los aspectos mas importantes del quehacer museológico y que, de un tiempo a esta parte, en el Perú está muy venido a menos: La Investigación. Y es que, si hacemos memoria, las colecciones de los primeros museos oficiales de la época de Tello se basaron en colecciones científicamente constituidas(Colección Paracas, 1925-1930), lo que obliga a fundamentar la existencia de los mismos sobre la base de la investigación y, por ende, la conservación de los acervos museográficos, es decir, las colecciones.
Tanto Tello como Lumbreras, también atacaron el tema de las presentaciones museográficas, como punto focal de resultados inmediatos en la labor de los museos. Ambos realizaron proyectos integrales de reformulación de las salas. Los dos establecieron una pauta comunicacional definida a una posición de masas que requieren los museos de nuestro país.
Esto no quiere decir que no crea que existan otras propuestas, no. Sólo quiero dejar sentado que asocio, dos propuestas revolucionarias de contenidos y presentación museográfica a dos momentos fundamentales de cambio, transformación y modernización de un mismo museo.
Por tanto, planteo que la permanencia de los museos y su futuro estarán asegurados en la medida que se garantice la necesidad de la renovación de los discursos y contenidos y en la medida que las propuestas comunicacionales vayan desarrollándose. Considero vital, recuperar concepciones teórico-metodológicas que permitan recuperar museos para todos y no sólo para unos cuantos entendidos. Si actualmente, en nuestro museo (MNAAHP) contamos con la principal afluencia de visitantes peruanos es por ésto, porque, los discursos y contenidos buscan ser masivos y porque el atractivo museográfico ha cambiado radicalmente en algunas de sus salas.
Cómo veo los museos en el futuro: ......... mas dinámicos, mas abiertos, mas involucrados con la gente, con las masas: ....... pero también mas inciertos:
Se crean mas museos, esto es bueno, pero no se garantizan en todos los casos su continuidad. Muchos mas especialistas se involucran en estas tareas, pero no contamos con mayor formación universitaria que la de algunos cursos universitarios y unos pocos esfuerzos frustrados de post-grados. Mas gente visita museos cada año, pero los recursos recaudados no son bien distribuidos.
Si bien el ICOM (International Council of Museums), instancia internacional, promueve actividades en torno a la relación cada vez mas dinámicas de museos en el mundo, en el Perú, a pesar de todos los esfuerzos de su sede peruana, no ha podido continuarse la referida integración como todos esperamos.
Desde el cargo que me ha tocado asumir en estos tiempos, puedo apreciar como los colegas se enfrentan por tal o cual problema absurdo, desgastando energías y debilitando posibilidades de acciones conjuntas. Solo recientemente hemos podido establecer ciertos lazos de comunicación con algunos cuantos museos como, por ejemplo, el Museo Larco, el Museos de Arqueología y Antropología de la UNMSM, el Museo de Ancón; en donde asesorías de registro y museografía han sido plasmados en resultados positivos de gestión oportuna y transparente. Esperemos que esto continúe así y no sigamos pisándonos los talones, cuando todos sabemos muy bien cuales son las reglas de juego en un medio tan reducido, pero extremadamente productivo, como resulta siendo el mundo de los museos en nuestro país.
Identidad Histórica
Hay un borrador
Javier I Alcalde G. y Fernando F. Fujita A.
Arqueología profesional, arqueología científica y arqueología patrimonial
FALTA TEXTO
Javier Ignacio Alcalde Gonzáles
…. Aplicaciones.
Comentarios acerca de la obra “El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado” de Friedrich Engels, 1884
A mi aún querida Luz Teresa, social y tradicional, esposa pequeña burguesa.
Fernando Federico Fujita Alarcón
Introito
Basado en sus notas previas, y entre los fines de marzo y mayo del año 1884, don Friedrich Engels (1820 – 1895) finiquita y luego publica una de sus obras más representativas: El Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.
El señor Friedrich Engels comenzó su obra retomando las ideas de Karl Marx, su gran amigo y colaborador, que a su muerte (1883) había dejado inconcluso un comentario crítico a la obra “La Sociedad Primitiva” del norteamericano Lewis Henry Morgan, mediante el cual sin querer y sin saber, había demostrado los postulados del materialismo histórico definidos por Marx y Engels por lo menos cuarenta años antes; en especial en las partes de la división de clases y las luchas entre ellas. Engels no sólo usó las notas dejadas por Marx para ejercer la crítica y polémica, sino también armó una plataforma de despegue con la obra de Morgan que sirvió de soporte y piedra de toque para definir el Estado, las relaciones y luchas sociales que existen bajo su cobertura, sus contradicciones y la solución de las mismas, las cuales explica en muchas partes del texto donde no sólo bajo la forma del hombre serio e investigador (que muchos de nosotros teníamos como imagen) sino también se observa al hombre con su fino, y en algunos casos con ácido humor e ironía, explicar las cosas.
Finalmente, la obra como he visto, es una de las más esclarecedoras de uno de los fundadores e ideólogos (junto con Karl Marx) de lo que ahora llamamos Materialismo Histórico, que se desarrolló dentro del contexto histórico de aquellos tiempos; es por esta sencilla razón que el texto está enmarcado en lo que era la suma del conocimiento antropológico y como tal deben ser interpretados adecuadamente, es decir, la interpretación de los datos ya no es la misma (en el presente hay muchos más datos concretos), pero lo importante es la comprensión de esos datos y lo que representan en su esencia que permanece aun: el surgimiento del estado como respuesta a la aparición de las clases sociales basadas en la propiedad privada y las relaciones sociales que existían, y existen; esta aparición del estado y la propiedad privada tiene en sus génesis en la evolución de lo que ahora llamamos familia y sus vínculos de alianza y sucesión; y que las primeras, el Estado y la Propiedad Privada deberían dejar de existir al consolidarse realmente la libertad e igualdad entre todos entre todos los géneros y pueblos.
“pero como en todas las clases de matrimonio los seres humanos siguen siendo lo que antes eran, y como los burgueses …. esa monogamia … viene a parar, aun tomando el término medio de los mejores casos, en un aburrimiento mortal sufrido en común y que se llama felicidad doméstica.”
(Friedrich Engels: El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, 1884)
Del Esquema De La Obra.
La obra El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado, ha sido diseñada por su autor, don Friedrich Engels de la forma siguiente:
Prefacios.
Estadios prehistóricos de cultura.
La familia.
La gens iroquesa.
La gens griega.
Génesis del Estado Ateniense.
La gens y el Estado de Roma.
La gens entre los celtas y entre los germanos.
La formación del Estado de los germanos.
Barbarie y Civilización.
Es de notar en las obras, tanto de Engels como de Marx, lo importante que son las partes introductorias o los prefacios. En este caso son muy importantes porque nos fija el contexto histórico en que se escribió la obra y los nuevos aportes a ellas .
Toma el texto “La Sociedad Primitiva” de Lewis Henry Morgan como punto de partida, junto con las notas de K. Marx para analizar, comentar y asumir, dentro del ya conocido contexto, los tres primeros capítulos; es a partir del capítulo de la gens griega que ya deja a Morgan y sólo retorna a él para ratificar algunos puntos hasta el final, y comienza a desarrollar sus tesis del surgimiento de la división del trabajo, la aparición de la propiedad privada y las clases sociales, de cómo surgen el Estado y la Civilización, qué implica estos conceptos, y para que sirven, y cual será el probable fin de ambas.
Para ello no sólo se sigue reafirmando en la escuela teórica cimentadas por él y Marx, sino que de paso analiza, y en muchos casos, destroza con ironía y mucho humor a las posiciones asumidas por Bachofen y Mc Lennan que hicieron estudios semejantes, en especial sobre el origen del matrimonio, como se aprecia en las notas.
De los estadios prehistóricos de Cultura.
Como lo expresé líneas arriba, tanto Marx como Engels asumen las proposiciones vigentes de la época en cuanto a la necesidad de sistematizar y demostrar la evolución de la sociedad, que obviamente a las luces actuales del desarrollo de las investigaciones de las Ciencias Sociales están, aparentemente, demostrando que la evolución no ha sido unilineal como se pensaba hace dos siglos atrás, sino que sería multilineal; pero eso sí, los fundamentos teóricos explicados en el texto no han variado mucho en su esencia.
El cuadro usado tiene el defecto, visto desde ahora, de tener un origen etnocéntrico europeo, el cual comparte con Morgan y cuya línea temporal parte, hacia arriba y hacia abajo, del mundo cuasi mítico de Atenas. Y sin embargo, los comentarios teóricos de los mismos son valederos, aún siempre y cuando no se vea con los ojos de un hombre actual, es decir, sin la carga peyorativa que puedan implicar las palabras Salvajismo, Barbarie y Civilización.
El cuadro que presento a continuación pretende ser un resumen de lo planteado por Engels al analizar los Estadios Culturales y con comentarios míos.
Estadio Cultural
Indicadores según
Engels Comentarios
CIVILIZACIÓN
Superior
BARBARIE
Medio
Inferior
Superior
SALVAJISMO
Medio
Inferior
Industria y transformación continua de la naturaleza.
En Europa es el uso y manejo del hierro, y la invención de la escritura.
Transformación del medio de acuerdo a las nuevas necesidades.
Inicio de la domesticación de plantas y animales.
Pleno dominio de la naturaleza
Invención de armas de caza; conocimiento de la naturaleza.
Caza, pesca y recolecta; uso del fuego. Complemento dietético: Antropofagia.
Recolectores y carroñeros; incipiente caza y pesca. Dominio de la naturaleza
Ahora hay que tomar en cuenta que la civilización implica la Ciudad y El Estado.
Para F. Engels y L. Morgan, este es un importante salto tecnológico; pero en América fue la masificación de la mano de obra empleada.
Para esa época se pensaba que los Incas y Aztecas, por ejemplo, se encontraban en este nivel donde las relaciones eran básicamente tribales. En otras palabras, nunca llegaron a formar naciones, clases sociales y menos estados e imperios, como sí esta demostrado hoy.
Es aquí realmente, cuando surge la propiedad privada de los señores, reyes, sacerdotes y emperadores.
Esta etapa corresponde a lo que nosotros conocemos como el Formativo (entre los 4 000 a 0 a.n.e), es decir más temprano de lo que se imaginaba.
Para esta época ya debía existir una aproximación a la división social del trabajo y el sentido de la propiedad.
Acá debió definirse las labores internas de trabajo, tanto por el sexo y edad; tradición que se mantiene aún hoy en día.
No hay una clara, no por lo menos demostrada, división del trabajo por sexo o por edades. También hay que tener en cuenta que en aquellos tiempos no se vivía mucho, tener veinticinco años era ser un anciano.
Del Origen de la Familia y del matrimonio.
Antes que nada, debemos hacer una declaración de principio: ningún ser humano puede nacer y vivir sólo, por ende, busca ser gregario entre semejantes.
La emergencia del germen de la propiedad debió ser el territorio que necesitaba el grupo para supervivir, inicialmente este sólo fue reconocido y demarcado con otros territorios de otros grupos, o zonas neutrales o zonas áridas; una de las formas de mantener el territorio era mediante ciertas reglas internas, manifiestas o no, sancionadas y aceptadas por todos los miembros, y transmitidas y aseguradas en diversas formas como son los juegos y las relaciones de parentesco (que más adelante serán reemplazados por las clases sociales) que serán el inicio de la familia y posteriormente su máxima expresión, el matrimonio.
Ahora bien, es momento de señalar que estas tienen a su vez una serie de contradicciones , entre lo nuevo y lo viejo, un ejemplo de ello es que primero parece variar la clase de alianza estratégica, como dirían ahora los economistas modernos, como es el matrimonio y el sistema de parentesco en el que nace.
Engels rescata la información y la explica, y a pesar del tiempo y de los aportes científicos que ahora tenemos, estos no han sido sustancialmente modificados. Esta información la clasificó en cuatro grupos, los cuales paso a esbozar:
Familia consanguínea. Es uno de los más antiguos, sino el más antiguo, que surgió; la relación de unión o matrimonio se da entre parientes cercanos y del mismo nivel como los primos o hermanos, mas no con los inmediatos superiores o posteriores. En algunos casos se pudo dar que los parientes de las misma generación se llamasen entre sí como “hermanos” o “hermanas” lo cual dio origen a interpretaciones erróneas, en otros casos se dio manifiestamente el incesto , el cual fue penado o impuesto en casi todas las sociedades posteriormente.
Haciendo un breve paréntesis, en algunos mitos religiosos vemos que era así, por ejemplos los dioses griegos eran hermanos y esposos (o amantes) entre sí y nadie se escandalizaba de ello, en otras palabras siendo los mitos y religiones, y por ende los dioses y los ritos, reflejo de la naturaleza y de la concepción e interpretación del mundo que tenía el hombre sería muy acertado decir que el incesto fue permitido y aceptado como por ejemplo fue con la elite inka que dirigió el Tawantinsuyu.
La prohibición del incesto no está ligado verdaderamente a problemas de desórdenes genéticos, sino más bien a un asunto de relaciones de propiedad y al usufructo de la misma como se verá más adelante.
Familia punalúa. Como diría el propio Engels “… cuyo rasgo característico… era la comunidad recíproca de maridos y mujeres en el seno de un determinado círculo familiar, ….” En otras palabras, ya no se aplica la unión entre parientes próximos, sino más bien la unión entre grupos formando grupos de mujeres comunes para hombres comunes; ergo, dentro de este tipo de matrimonio se compartían las mujeres entre los hombres, sin importar quien fuese; lo único importante era que fuese del grupo. Los hijos producidos, en este tipo de matrimonio, eran parte de la familia materna, y la herencia del mismo lado .
Este tipo de relaciones entre parientes cercanos, de lado materno, y sus descendencias son el origen de los gens y de las clases aparentemente .
Familia sindiásmica. Dentro de esta evolución aparece algo revolucionario, la pareja; aunque es un tipo de matrimonio monogámico este tiene por característica que puede ser de corta duración, pero manteniendo los tabúes recogidos anteriormente, es decir la prohibición de casarse con personas de su mismo grupo (un modo de incesto) y por lo tanto permitía a la gens ampliar su heredad y propiedad. Otro invento es la fidelidad de la mujer hacia el hombre, pero no este hacia ella; la infidelidad de una mujer es severamente castigado, mas en el caso de infidelidad masculina no, es más, es permitida y celebrada .
Claro está que es necesario recalcar que la mujer podía separarse del hombre, y recobrar sus derechos, además de quedarse con los hijos, tal como lo demuestra Engels con diversos ejemplos etnográficos y que ahora han sido reforzados; viéndolo así, Engels manifestó claramente la libertad e igualdad de sexos, y por ende, de los individuos dentro de una nueva sociedad, el comunismo moderno.
Volviendo al tema, el sistema de alianza era, y es en sus partes supervivientes, pactado entre las cabezas de familia o gens, tan es así que se transmite en parte al subsiguiente tipo de familia, en otros casos fue el rapto o el pago de una dote como es en el África, o en el Perú mismo con los raptos o el famoso corralito.
Obviamente, ya para este estadio se denota no sólo la presencia de la propiedad comunal o de la gens, sino también el surgimiento de la propiedad privada, uno de los casos más palpables y directos son las crónicas, visitas, censos y avisos que se llevaron a cabo durante la conquista y ocupación colonial española en el Perú, en esos documentos demuestran que los inkas tenían haciendas privadas y que sólo lo heredaba su panaca o grupo familiar, viéndose el nuevo emperador a buscar y conquistar nuevos territorios para su propia panaca; otro ejemplo son los Lupacas (Puno) de quienes se cuentan que eran dueños de cabezas de ganado, y quien tenía más era el señor de todos ellos.
Es en este estadio que la gens y este tipo de familia (y matrimonio) se consolidan, posteriormente entrará en colisión con la nueva y afinada propuesta, la familia de origen monogámico.
Familia monogámica. Con el refinamiento del matrimonio monogámico, pareja única y normalmente hasta que uno de ellos se muera antes. En este tipo de matrimonio se entiende que sólo la mujer debe ser completamente fiel, mas no necesariamente el hombre; además, la mujer ya no tiene vida propia, es casi como objeto decorativo o apéndice de su hombre. Él domina todo (otorgaba la vida o la muerte) incluso es dueño y amo de sus hijos, a todo le pone su nombre , y bajo su potestad se encuentra la familia .
Es aquí, y en ese momento, en que se abandona la sucesión y matriarcado, y se afirma el Patrimonio, como el derecho del hombre sobre su producción y el resultante de todo ello.
Los más claros ejemplos de ello, se dio desde los griegos preguerra de Troya hasta bien entrado el S. XX. en otros países donde la mujer es un objeto, un bien. Un claro ejemplo es la epopeya homérica de la guerra de Troya (la vieja Ilion) se ve originada por el rapto de Elena a manos de Paris el hijo de Príamo, rey de Troya, recogido y magnificado por los decimonónicos románticos.
Antropológica y legalmente, la verdad es que Paris cometió dos delitos en uno solo: mancilló la regla de hospitalidad (relacionado al apoyo y socorro mutuo) al robarse un bien de su anfitrión . Aunque en honor a la verdad histórica es que los aqueos y ad láteres necesitaban eliminar el tamiz y competencia que representaban Ilion y sus aliados, y esto pudo ser un buen pretexto.
En resumen, la familia, tal como se lo define ahora, no viene a ser más que una serie de alianzas entre personas que representan a sus grupos mediante un contrato civil (acta de matrimonio) que forman un patrimonio común donde concurren libremente dos individuos en pleno ejercicio de derechos y libertad, por otro lado, y como rezago de caducas tradiciones y ritos, se puede añadir una celebración tales como el matrimonio y bodas que ofrece la religión católica .
Esto es por el momento así, mas se espera que con el tiempo el matrimonio desaparezca como una alianza entre grupos y se de la unión entre individuos libres.
La propiedad particular y el surgimiento del Estado.
Como se ha podido adivinar en el transcurso de esta discusión y lo vuelvo a recalcar, la propiedad se genera a partir del dominio de un territorio para el abastecimiento de la familia o banda en épocas pretéritas, es con los dominios y expresiones del grupo (familia, matrimonio, gens) que se formalizan y se sancionan al ser aceptadas por todos los componentes.
¿Acaso ya se podría hablarse de propiedad privada y comunal, para las épocas denominadas Salvajismo y Barbarie?
Claro que si podemos, pues ya esta establecido que la propiedad comunal existe desde que el hombre es hombre, y sin embargo se avizora que existía la propiedad privada, no de los recursos materiales o de producción, sino en los instrumentos tales como los usados para cazar, pescar o la canasta para la recolecta; así mismo debió ser de uso privado las ropas y calzados por ejemplo.
El siguiente nivel vemos que esto cambia, hay un trastoque que aun perdura, es decir, la propiedad privada pasa a ser más importante que la comunal, claro está que este paso se da gradualmente desde la propiedad de la gens, a la familia, al Padre de familia, etc… hasta llegar a nuestro días; obviamente estos hechos también modifican las relaciones de apropiación y modificación de los recursos naturales, se crean nuevas relaciones de producción, surgen las divisiones de clases de forma definidas. Se necesita sancionar los nuevos elementos de relaciones sociales, es ahí que nace un corpus jurídico y administrativo que ahora denominamos Estado.
También el Estado surge, no sólo como un regulador social, si no para proteger comúnmente al grupo que es dueño de los objetos y medios de producción, y asegurar su manutención y reproducción; en muchos casos fueron esclavistas para trabajar las tierras extensas y producir más, y tener más rentas; también la prohibición de matar al prisionero o al sojuzgado (salvo en casos extremos) pues un prisionero o esclavo era mucho más productivo que un muerto. De este tipo de política era la que se empleaba en los Andes Centrales desde tiempos inmemoriales.
De acuerdo a los diccionarios de la lengua castellana, el Estado tiene por características un marco jurídico (las constituciones políticas) que lo ejerce dentro de un territorio, un país y dentro de él, a un grupo de gente o de gentes.
A esto habría que agregarle lo que se desprende del texto analizado; Engels menciona que también son características el contar un propio cuerpo policiaco (que normalmente reprimen a las clases más bajas) que defienden internamente los intereses del Estado, entiéndase los intereses de la clase dominante; asimismo, divide administrativamente el territorio que controla y los conduce mediante los denominados gobiernos locales que en apariencia son autónomos , y mecanismos de defensa frente a amenazas del exterior como es el ejército propio.
En los estados supranacionales (imperios) o expansivos este último es importante por cuanto le asegura mayor cantidad y control no sólo de territorios, sino de recursos e insumos para su propia supervivencia.
En el caso de los supranacionales que impusieron su propio marco jurídico y administrativo, hasta de lenguas, tenemos en los Andes Centrales dos imperios de estas características: Wari y el Tawantisuyu. Los expansivos son aquellos que mantienen colonias o sujeciones, casos antiguos son los de los países colonialistas europeos, y últimamente a los Estados Unidos de América (entiéndase a los capitalistas y medianamente su Gobierno Federal), que cambia de aliados y enemigos de acuerdo a sus intereses.
Como ejemplos muy recientes tenemos a dos países: en las décadas de los años setentas y ochentas del siglo pasado, el enemigo (y terrorista para variar) era el gobierno de Irán, dirigido por religiosos fundamentalistas, y su gran aliado en la región, y país limítrofe con este país era el gobierno de Iraq, que desde ese entonces se haya presidido por Saddam Hussein; ahora las cosas están al revés desde que Iraq ha reclamado más independencia nacional, desde hace más o menos quince años atrás, y cosa molesta, explotar y traficar su propio petróleo.
Comentarios finales.
Es curioso que la palabra Matrimonio, de claro origen máter o línea materna, se consolide y se formalice en un momento en que deja de ser de todo menos el vínculo de alianza y unión de la herencia mediante un contrato; esta formalización se da frente a una nueva institución, el Patrimonio que asegura la transmisión del acervo, originalmente, por la línea paterna. Es la unión de lo arcaico con lo nuevo, es la unión (y en cierta medida) y luchas de contrarios.
Por otro lado, el matrimonio y aquí cito a Engels: “La monogamia es la forma celular de la sociedad civilizada, en la cual podemos estudiar ya la naturaleza de las contradicciones y de los antagonismos que alcanzan su pleno desarrollo en esta sociedad”; es decir, este tipo de indicador es uno de los más sensibles y seguros para estudiar las contradicciones sociales y culturales que emanan en y a través de este matrimonio.
Asimismo, como elemento característico de la propiedad privada el matrimonio, como un especial contrato civil, pero contrato al fin, tiene una protección igualmente especial; por eso se dan leyes y normas emanadas del Estado que dificultan el divorcio y lo hacen engorroso, es claro que la intención es evitar la disolución y reciliación del contrato, otro ejemplo es la posición oficial de la iglesia católica (un aliado natural de todo aquello que se oponga al progreso real) frente a estos dos temas.
Antes de acabar, hay que pensar que el Estado Peruano ha vivido en los últimos treinta años un enorme desprestigio, una mala imagen, generada por aquellos grupos de intereses particulares que veían al Estado como un obstáculo de su beneficio, o porque no podían beneficiarse de ella y que ahora, se pide que sea un Estado reducido, ágil y facilitador, todo estaría bien si es que no se preguntase a quien beneficia esta reducción de los deberes del Estado Peruano.
Lo idóneo sería que en el futuro que el Estado desaparezca cuando no exista más que una verdadera igualdad entre individuos y géneros; donde la educación e instrucción de los futuros ciudadanos sea un asunto de política nacional.
Finalmente, creo que no podría haber total seguridad de la libertad e igualdad en un país, si es que en los del entorno y del mundo no se logren conquistar y consolidar.
El Patrimonio Cultural
Fernando Federico Fujita Alarcón
Patrimonio, ¿Qué es? En la mayoría de los diccionarios de la lengua castellana nos dicen que Patrimonio es la herencia que legan los padres o los abuelos. Es decir, lo que recibimos de nuestros padres o antecesores se llama Patrimonio y esta puede expresarse a través de la herencia de bienes que pueden ser materiales como los muebles, Vg. los aperos, los instrumentos de labranza, los instrumentos de música, las máquinas, las mesas, las sillas, las camas, las ollas, los cuadros, las imágenes de vestir, las vajillas, las colecciones de fotografías, los relojes, los libros, la ropa, ornamentos, monedas, etc... o inmuebles como son por ejemplo un departamento, una chacra, un terreno en una zona urbana, una finca, un establo y un depósito.
Así mismo el Patrimonio también se puede expresar inmaterialmente, por ejemplo, los consejos que nos dieron nuestros padres y que ahora se los damos a nuestro hijos, la educación recibida en casa, el idioma aprendido en nuestra infancia, la instrucción que nos fue ofrecida (básica, técnica o científica), la música, algunas creencias - religiosas a veces -, las leyendas y los recuerdos familiares, y las tradiciones que se expresan de diferentes maneras de acuerdo a la familia y sociedad a la que uno pertenezca.
¿Y qué es cultura? Sobre el concepto de la palabra cultura mucho se ha escrito, pero antes de proseguir, con su definición, vayamos primero a los diccionarios y veamos que dicen; Cultura: Desarrollo intelectual o artístico ; sabiduría, civilización. Para muchas personas la idea de cultura es el poseer un conocimiento erudito ; una buena instrucción en un colegio patrocinado por religiosos, si es exclusivo mucho mejor ; hacer uso de ‘buenos modales’ con las personas iguales a ellas y un buen comportamiento en la mesa a la hora de cenar ; aparentar una megalomanía por la música llamada clásica e igualmente con la apreciación de ‘obras de arte’, y demás cosas semejantes que se anteponen ante la opinión de ‘los demás que no tienen cultura’ o que simplemente es Folklore.
El folklore no es mas que una palabra-disfraz (o eufemismo) que usan algunos antropólogos, etnólogos, arqueólogos y otros ólogos para diferenciar la cultura de origen europeo con fuerte influencia norteamericana, conocida también como cultura occidental y cristiana, de las demás que no serían mas que un listado descriptivo y bucólico de ‘cosas extrañas’. Esta pseudo categoría incluye la música indígena, que se escucha en algunas radioemisoras de onda media u onda corta, o en los festivales que se efectúan, junto con los bailes, en los coliseos los domingos a partir del mediodía, o la que extrañamos hasta las lágrimas cuando estamos en el extranjero ; incluye la transmisión de bailes nacionales en horarios inadecuados sobretodo para niños y jóvenes; también son las muestras de bailes, cantos, trajes, comidas y tradiciones que se observan en las fiestas patronales. Así mismo es el uso de las lenguas nativas, el cómo se organiza la comunidad para el trabajo y las relaciones internas entre los individuos que la componen, y como usan los recursos y los transforman de acuerdo a sus necesidades. Como se habrán dado cuenta, lo que unos llaman Folklore no es más que Cultura.
En otras palabras, podríamos llamar Cultura a la manera de como el hombre (físicamente como individuo y como grupo), con sus necesidades, maneja los recursos que existen en el medio ambiente (naturaleza), transformándolos por medio del trabajo (individual y colectivo) en el que se expresa la tecnología a través de instrumentos que son objetos nacidos de la ciencia, que es la suma de conocimientos adquiridos, vía la observación, y aplicados a la realidad, y que se hallan sancionados y aceptados socialmente .
¿Qué es Patrimonio Cultural y cuál es su importancia ?
Como hemos visto en párrafos anteriores la herencia de nuestros antepasados es el patrimonio, el cual se expresa en los objetos muebles e inmuebles, además de los aspectos inmateriales, por ejemplo el canto y la danza, los cuales son herencia colectiva de un pueblo o nación , con un pasado común de un grupo de gente con intereses comunes y relacionados a una historia , que afronta un presente y mira el futuro. A esto denominamos Patrimonio Cultural.
La importancia del Patrimonio Cultural radica en la gente, involucrada con un pasado histórico que se relaciona con nuestro presente común, con sus problemas, con sus respuestas. El patrimonio es la fuente del cual la sociedad bebe, para existir y recrear el futuro de la Nación ; Planificar realmente nuestra instrucción, siendo analíticos y críticos más que memorísticos y estáticos, con una planificación coherente con nuestras verdaderas necesidades y de hecho con bastante trabajo, es una de las tareas pilares para la construcción de la Identidad Nacional.
Es también importante por que el Patrimonio Cultural es parte de la Riqueza de la Nación, pero al igual que muchos recursos (Vg. naturales como el agua y la vegetación nativa) el Patrimonio Cultural es un Recurso No Renovable en lo que respecta a su pasado, y es por eso mismo que se manifiesta tangiblemente como recurso intocable e inalienable de una Nación.
¿Cuáles son los tipos de Patrimonio Cultural?
Los tipos en que se divide el Patrimonio Cultural de toda Nación son tres: el Patrimonio Cultural Arqueológico, el Patrimonio Cultural Histórico y el Patrimonio Cultural Artístico. Muchas veces se entrecruzan entre ellos formando variantes, pero que se diferencian entre sí por la aproximación a los componentes de cada Patrimonio Cultural.
Patrimonio Cultural Arqueológico
Es la parte más antigua y por lo general la más importante para países como los latinoamericanos, pues en ellos se identifican los orígenes históricos de los mencionados. La Arqueología estudia, mediante los restos materiales y usando métodos y bases teóricas adecuadas, a las sociedades, a través de los procesos culturales, es decir, de tal forma que se pueda comprender cómo fue una sociedad expresada por determinada cultura y su dialéctica (interna, dentro de la sociedad, y externa, con otras y el Medio en que se desarrolló ).
Estos restos materiales son unidades significativas de actividades conscientes de unas culturas, pues un objeto junto a otras cosas y datos.(¿cómo se encontraron éstos y de qué manera?) se encuentra en asociación y la interpretación de estos datos nos dará el contexto (¿qué es todo esto y para qué sirve?). el cruce de estos dos conceptos establecerá la recurrencia de los datos y la dispersión espacial y temporal, nos dará una información más real y concreta de la que pueda darnos un objeto aislado; p.e., si llega a nuestras manos un ceramio decorado, digamos una botella Paracas, sin saber qué otros objetos estuvo cerca, cómo se halló, dónde y cuándo; únicamente podremos verlo como un objeto que no puede informarnos de nada más que unos pocos datos técnicos de manufactura y suposición de su lugar de origen, siendo así que solo podríamos aproximarnos, muy someramente, al conocimiento del tipo de cultura y a la clase de sociedad.
Pero si una pieza, otra botella Paracas, fue recuperada junto con sus asociaciones (con ofrendas de hueso, conchas marinas y vegetales) y su contexto (ofrendas a un dios) por medio de una excavación arqueológica (digamos en un templo Paracas en el valle de Chincha), donde se registre todos los datos de este proceso científico, no sólo podremos saber los datos tecnológicos sino que podremos acercarnos a la cultura a la que perteneció, cómo y para que sirvió este artefacto, y globalmente podremos saber las fuentes de los recursos empleados en la elaboración de estos objetos, el nivel técnico y ciencias, especialización de los artífices, etc..., parafraseando al doctor Julio C. Tello Rojas , lo importante no es el objeto en sí, sino el hombre (es decir la sociedad) que la elaboró.
Por eso es necesario conservar, proteger e investigar el Patrimonio Cultural Arqueológico. Estos testimonios materiales de nuestros antepasados son : desde los abrigos rocosos; farallones con pinturas y algunas cumbres de cerros con edificaciones o con monolitos llamados wankas; hasta los pasos con cúmulos de piedras llamadas pacheqtas; antiguos templos (desde los cuales se mantenía regulado el tiempo de la siembra, de la cosecha y el descanso de la tierra ), los tambos (usados como las reservas de emergencia y punto de redistribución de bienes de una población), los andenes y canales (que sirvieron para ganarles terrenos a los cerros y a los desiertos), las viviendas (para dormir y cocinar todos los días), los talleres (donde elaboraron productos acabados - como los textiles y las cerámicas - o para obtener otros productos - como las hachas para cortar madera para la leña - o perforadoras para abalorios de conchas que se usaban en ciertos ritos).
O también los basurales (de los cuales se pueden recuperar datos sobre la vajilla - por ejemplo los tiestos de ollas y platos -, tipo de combustible - leña - , consumo de vegetales - Vg. maíz y papa - , consumo de animales - p.e. cánidos, cérvidos, serpientes, lagartijas, aves - ; los excrementos, - que también se pueden encontrar en los basurales y de donde se logra averiguar la dieta que consumían y las enfermedades endémicas que pudieron haber tenido (e.g. parásitos intestinales) - y los cementerios - de donde se puede saber como se enterraban, que tipo de preparación se le daba al muerto, las ofrendas que se le colocaban, las enfermedades que se pueden manifestar en los huesos o en los tejidos blandos o problemas derivados de las ocupaciones (por ejemplo el desgaste de las muelas y los dientes al usarlos para hacer fibras y cuerdas de origen vegetal u osteomas en el conducto auditivo en los que fueron buceadores), o deformaciones artificiales para diferenciarse de otros grupos (e.g. deformaciones de cráneos y limadura de dientes).
También podemos observar, testimonios de actividades sociales, a través de diversos materiales como son la cerámica, tanto en sus formas y funciones como en la decoración de las mismas; el textil, en sus múltiples técnica; las piedras, perforadas, grabadas, pintadas o agrupadas; el metal, en sus diversas técnicas metalúrgicas; la madera, en sus variadas aplicaciones y usos. El agua; la misma tierra, como espacio de producción y de hábitat; los animales, sean salvajes u domesticados; y el mismo aire, son manifestaciones del hombre no solamente de ideales religiosos y de explicaciones del funcionamiento del mundo (que se expresan, mucha veces, a través de una parafernalia cultista) como piensan algunos; sino también como ellos se enfrentaron a un Medio Ambiente, muchas veces hostil, y se vieron forzados, primero, a adecuarse al Medio, y luego de analizarlo, observarlo y experimentar el dominio de su medio para luego transformarlo de acuerdo a sus necesidades, por ejemplo el conocimiento de cultígenos, de la gravedad y del agua, permitió la creación de canales de regadío, lo que hizo ampliar frontera agrícola. Estos a su vez originaron la irrigación de zonas desérticas y mejoraron el drenaje de zonas pantanosas.
El Patrimonio Cultural Arqueológico, bien preservado e investigado, nos puede indicar cuales fueron las necesidades y problemas de nuestros antepasados y como los solucionaron, y comparando estas alternativas y problemática podemos aplicar a nuestro presente, muchas cosas de ellas, salvando las distancias sociales, científicas y técnicas.
Patrimonio Cultural Histórico
La Historia, como proceso, se origina también en las bases de la ciencia que lleva idéntico nombre. Según las antiguas escuelas, el punto de partida de la Historia es la diferenciación de la escritura silábica y fonética de los ideogramas junto con sucesos inconexos y grandes personalidades descontextualizadas; pero en la actualidad los historiadores tienen como objeto principal de estudio a las culturas y sociedades reflejadas en documentos cuyos datos sirven para interpretar como se desenvolvió la sociedad dentro de determinada época. Pero para la facilidad nuestra lo ‘histórico’ es a partir del sincretismo cultural, es decir desde el momento que dejamos de ser autónomos y contamos con documentos, mas no por compartir las ideas contumaces del colonialismo.
Para muchos pueblos como el nuestro, que no han tenido escritura alguna (por lo menos no hallada e investigada por el momento) la presencia de documentos está ligada desde los inicios de la ocupación colonial hasta hoy, y por ende de todo aquello que está ligado a este actitud sincrética. Este sincretismo es muy fuerte, tan es así que muchas de nuestras antiguas costumbres (alimenticias, comportamiento, vestidos, etc.) las hemos dejado de lado y usamos por ejemplo el idioma de origen foráneo como medio de comunicación oficial como el idioma empleado en el presente artículo. Pero no únicamente son los documentos y el idioma lo que está ligado con nuestro proceso histórico, también son las manifestaciones religiosas, como las procesiones y los ornamentos de los templos; son las pinturas con motivos foráneos y nativos; son los cajones de San Marcos; son las representaciones de las imaginería; son los retablos, las imágenes y la arquitectura que los contiene entre otros ; son la arquitectura administrativa, como las sedes de gobierno y las sedes de justicia ; son las casas de los antiguos señores que dirigían la economía de la colonia y posteriormente de la República, en las que se pueden observar instrumentos y menaje diverso ; son las factorías e ingenios que se ubicaban en antiguas haciendas, son las antiguas viviendas de la gente común y corriente, son los obrajes y otras cosas que sería muy largo enumerarlas aquí.
La importancia de conservar e investigar el Patrimonio Cultural Histórico, radica principalmente en que no sólo es un testimonio importante de nuestra historia, de nuestro mestizaje forzado por el colonialismo (esta vergüenza nunca más debería suceder), y de como vivimos ahora en otro tipo de gobierno , sino también que debemos mantener siempre presente que es a partir de esos momentos que otras gentes se unen (de grado o de fuerza ) con la historia de una nación y afrontan juntos un solo presente y un futuro.
Patrimonio Cultural Artístico
El Patrimonio Cultural Artístico, nace como producto de una actividad de recreación, formación, instrucción y educación de la gente, es así como por ejemplo las danzas de una región, junto con la música y la festividad en las que se encuentran inmersas, expresan la época de la cosecha y la fecundidad de la tierra. El arte en sí representa el ánimo, la manera de hacer y la cultura de quien lo ejecuta. Este tipo de Patrimonio se compone de dos partes: Antiguo y Moderno. El origen del primero es obvio. Aquí cabe lo que son los componentes indígenas antiguos que existieron y que aún se mantienen en algunas regiones, como son la manera de pintar y su manejo del espacio y los colores, la talla de madera y piedra, los acabados que se les dan a los cuadros y esculturas, los cantos, las danzas, las narraciones, las tradiciones, las leyendas, los mitos, las representaciones teatralizadas, la manera de confeccionar las telas, las ropas, y porqué no, las cocinas nativas y mestizas.
Pero atención, que no por ser antiguas signifique que son estáticas, al contrario, es lo que más se mantiene, se usan y se transforman y adecuan al tiempo sin dejar su esencia. El otro en cambio, desde su origen, son las artes que tienen un desarrollo, más reciente y que se incluyen igualmente dentro de nuestra historia, sobre todo desde los años de la colonia, aunque por lo general estas artes quedan reducidas a un restringido círculo de personas que saben disfrutarlas, o por lo menos lo aparentan. Por ejemplo lo que se ha dado por llamar Ballet, para diferenciarla de la danza o baile nativo, la pintura moderna, la música para grandes sinfónicas, la ópera, la zarzuela y el teatro . Más lo que es importante es que nuestros verdaderos artistas también han sabido aportar a estas artes e imprimirles una nueva visión y tónica.
¿Cómo se destruye el Patrimonio Cultural de la Nación?
Nuestro Patrimonio Cultural se destruye, directa e indirectamente, por la acción humana. El mas claro ejemplo de la destrucción directa es la Huaquería, que es el saqueo y la destrucción de sitios arqueológicos e históricos como los cementerios y los templos, removiendo la tierra y eliminando arquitectura, en búsqueda de objetos ‘artísticos’ o tesoros, ‘barriéndose’ los contextos y las asociaciones, sin tomarse en cuenta lo que se está perdiendo.
El primer eslabón de esta cadena delictiva son, casi en un noventa y nueve por ciento (99 %), los campesinos y otras personas empobrecidas, que prácticamente se ven obligados a huaquear y vender lo obtenido ilícitamente para sobrevivir, que no lo harían si es que no existieron los compradores o intermediarios de los mismos ; estos compradores venden, a un precio alto lo que pagaron una miseria, a los coleccionistas (por lo general privados), y estas se quedan con los objetos o los revenden a un precio mucho más alto las piezas que no son de su interés.
Otro delito contra el Patrimonio Cultural de la Nación son los saqueos sistemáticos de templos católicos coloniales y republicanos, así como casas de las mismas épocas; estos robos son ‘a pedido’ de un cliente que pudo hacer visto la pieza en el mismo sitio, o a través de un catálogo de exhibición, o por lo general también son bandas, muy bien organizadas, que pueden hacerlo para tenerlas en reserva para luego ofrecerlas a posibles compradores.
Estas bandas son parte de una gran organización, mucho mas amplia y solapada (por lo tanto más horrible y tenebrosa)que las conocidas como Garduña, Maffia o Camorra; es mucho mas amplia pues cubre todos los niveles de una sociedad, pues puede implicar desde un simple campesino, autoridades (policiales y judiciales que se hayan corrompido), abogados con ingresos extras, algunos diplomáticos (que deben velar por el Patrimonio también) que no cumplen con sus labores tanto en el país como en el extranjero, así como autoridades gubernamentales. Esta red tiene sus conexiones con diversas casas de remate y en diversos países que no han firmado ningún convenio ni tratado internacional de protección como es la Confederación Suiza, donde llegan clandestinamente para luego salir de ahí, con certificado de exportación a ese país (y de hecho que ya no el de origen), y finalmente pueden hacer llegar las piezas a los coleccionistas, que supuestamente los adquieren inocentemente, a veces hasta en los países que han firmado convenios internacionales de protección cultural .
Ahora también sufren las colecciones científicas de los museos que tienen apoyo estatal, en desmedro de colecciones particulares, e igualmente son, en su mayoría, parte de robos planificados por parte de saqueadores.
La otra forma en que se destruye el Patrimonio Cultural es, como dijimos, indirectamente, como cuando por descuido se destruye por falta de planificación y de consulta profesional (arqueológica), se afecta un monumento arqueológico, o se edifica una presa en una quebrada sin tomarse el trabajo de verificar la existencia de sitios arqueológicos, o cuando por falta de limpieza de canales o de los cauces de los ríos, estos se desbordan afectando sitios arqueológicos e históricos ; o sino cuando se destruyen sitios históricos y arqueológicos con la expansión urbana en vez de incorporarlas al paisaje urbano como elementos de nuestra historia y como centros públicos de atracción.
¿Qué pasa si se destruye el Patrimonio Cultural?
Como hemos visto en los párrafos superiores el Patrimonio Cultural es la memoria colectiva de un pueblo. Si nosotros equiparamos a un pueblo o nación como un ser humano veremos que el país es el cuerpo y el Patrimonio Cultural es parte del cerebro, es la memoria consciente, que permite realizar acciones, al cuerpo, de forma racional de acuerdo a los estímulos (retos) y sus interrelaciones mutuas con el medio. Pero se imaginan qué podría pasar con una persona que pierde poco a poco la memoria y las células nerviosas (que al igual que el Patrimonio Cultural es un recurso no renovable) que conforman su cerebro. Al principio no podrá recordar el pasado y después perderá el sentido del presente al no poder identificarse y las coordinaciones de su cuerpo, ni a que se dedicaba en la vida cotidiana, al llegar a este estado (que de por sí es irreversible) para nuestro caso, pasará que al no recordar quien era, ni quien es, perderá toda su identidad y posibilidad de tener un futuro, además habrá perdido toda conciencia y gobernabilidad de su cuerpo, quedando en estado vegetal.
En resumen, si nosotros perdemos nuestro Patrimonio Cultural (nuestra memoria colectiva) no solo perderemos nuestra Identidad Nacional, sino que también perderemos nuestro futuro como Nación.
¿Y cómo podemos proteger nuestro Patrimonio Cultural?
El Patrimonio Cultural podemos protegerlo de diversas maneras. La primera es difundir de su existencia a toda la comunidad, el conocimiento y la comprensión del Patrimonio Cultural; esta difusión es el mejor seguro que pueda tener, pues mientras más entienda la gente que es parte de su historia y que de ella se puede forjar muchas cosas, entre ellas, la Identidad Nacional.
Los inmuebles arqueológicos e históricos pueden convertirse, sin perder su función y estructura, en focos de desarrollo económico de la comunidad que exista alrededor, por ejemplo por medio del turismo se pueden crear comercios (como venta de recuerdos, transportes especiales, restaurantes y servicios de guías especializados).
Se pueden proteger los bienes muebles de la nación haciendo réplicas de los originales (para evitar la venta de estos) a todo aquel que lo desee; estas piezas replicantes deben tener un sello y códigos especiales identificatorios que solo lo deben autorizar los organismos dedicados a la protección del patrimonio.
Las legislaciones de nuestros países deben reflejar el firme compromiso de proteger el Patrimonio Cultural, no de forma ligera ni contradictoria que sólo favorece la desaparición de los objetos, sino también la pérdida de los datos .
Los gobiernos locales y centrales tienen que ser los primeros abanderados de las reformas que se den en beneficio del Patrimonio Cultural, pues ellos son los representantes de las comunidades y de la Nación.
Los gobiernos, a través de sus cancillerías y embajadas, deben de promover y firmar convenios internacionales de protección del Patrimonio Cultural; esto debe ser efectivo y de ser posible reconocido, aprobado y difundido por la Organización de las Naciones Unidas.
Se deben crear instituciones autónomas con fondos independientes y lo menos burocráticos posibles, con gente profesional (arqueólogos, historiadores, antropólogos, museólogos, musicólogos, etc...) con muy buenos sueldos para evitar la corrupción, y contando con el apoyo de estudiantes universitarios como practicantes. Estas instituciones pueden funcionar, por ejemplo, como Superintendencia de Cultura.
Con estas propuestas y otras que ustedes pueden proponer, podremos defender, que es tarea de todos, el Patrimonio Cultural de nuestros pueblos, y al mismo tiempo difundirlo sin mellar su integridad, y sobre todo forjar identidades nacionales como medios de unión y no de rencillas que desangran nuestras patrias con absurdos patrioterismos.
Gestión Cultural y Museos.
Javier I. Alcalde G.
Al iniciar un tema de semejante amplitud y actualidad deberíamos explicitar, y en consecuencia lo haremos, casi de una forma ontológica las connotaciones conceptuales de los términos que definen y componen el título como una categoría de investigación, trabajo y vida cotidiana.
La amplitud deviene de la variabilidad de opiniones que sobre un tema como éste podemos tener cada uno de nosotros individualmente o como parte de un gremio o colectivo social.
La actualidad de nuestro tema no sólo se refleja en la participación de ustedes en une reunión como ésta, no está sólo en la gran cantidad de investigación que sobre temas ‘culturales’ se desarrollan, ni solamente en la gran multiplicidad de actuaciones sociales tendientes a la recuperación y disminución de la perdida de las tradiciones. La actualidad del tema se expresa a que el desarrollo de lo ‘cultural’ se manifiesta día a día en las dimensiones de espacio y tiempo (que son por lo menos las que logramos de una u otra manera percibir), es decir se dan en lo que conocemos como vida cotidiana. La vida cotidiana en nada tiene que ver con exclusivamente nuestra rutina de trabajo, o nuestro desempeño en el ámbito familiar, doméstico si se quiere. La vida cotidiana es nuestro desarrollo como materia humana en nuestro ámbito social amplio, en nuestras ya conocidas dimensiones de espacio y tiempo.
Quisiera ahora aclarar dos conceptos (palabras) del título sugerido para poder seguir avanzando sobre, o mejor dicho hacia el tema. Primero Gestión, por definición es la ‘acción o efecto de gestionar’, también la ‘acción o efecto de administrar’. Si después de esto verificamos Gestionar nos hallaremos ante la función de ‘hacer diligencias para lograr un negocio o un fin’. Vamos a ver, si no nos ponemos exquisitos entenderemos que gestionar y administrar no son acción disímiles ni muy diferentes, más bien casi iguales. Sin embargo en redundante actualidad el término gestor cultural se emplea más que el de administrador cultural, es más hasta suena mejor. Ya volveremos sobre estas diferencias de matices, gustos y colores cuando hablemos de lo público y lo privado.
¿Quién gestiona? Pues el Gestor (hay marcada tendencia a denominarlo gerente o director), y entonces ¿Qué es un Gestor? ‘El que gestiona’, o ‘el miembro de una sociedad mercantil que participa en la administración de ésta’, o ‘el que sin tener mandato para ello, cuida bienes, negocios o intereses ajenos, en pro de aquellos a quien pertenecen’
Esta interesante, amplia y académica resolución nos permite entonces, con un poco de imaginación, algo de recursos y bastante de organización y constancia ser gestores a cualquiera de nosotros. Nos permite trascender de nuestra cotidiana repetición, transformación y creación de tradiciones culturales, para convertirnos en una suerte de promotores, administradores y organizadores de grandes ‘cruzadas culturales’.
Por buena y/o mala suerte según sea nuestro lugar esto no resulta tan fácil. Falta un tema crucial en la gestión cultural: el tema legal. Por ley, o deberíamos decir por tradición legal, contamos con un ente (por ahora) que se encarga de administrar la ‘cultura’, y esto ya no es que sólo resulte complicado sino hasta un imposible.
No voy a entrar de lleno al tema de cultura y su definición, tenemos ya grandes y conocidos debates, algunos de ellos tan estériles como el propio hecho de pensar que lo que muchos llaman cultura es inmutable en el tiempo.
El término cultura, científicamente hablando ha sido ya dejado de lado por muchos autores, por que representa no sólo definiciones ambiguas sino que en algunos caso esta resulta contradictoria. Pero entonces cual solución al tema de lo que construimos cotidianamente, de manera personal, grupal o social, de forma organizada o azarosa y que en el espacio y en el tiempo vamos (a veces sin querer) denominando cultura.
Quiero señalar una primera alternativa en la que no profundizaré en esta oportunidad pero que ha sido tratada por diversos historiadores como alternativa y/o crítica de lo étnico y que es el concepto de Tradición.
En esta oportunidad quisiera compartir con ustedes otra alternativa presente en dos concepto, en mi parecer, bastante importantes: El de Patrimonio como heredad, y el de proceso histórico como confluencias sociales en el tiempo y el espacio.
Estos conceptos nos deben llevar a pensar entonces en la categoría de Patrimonio Histórico, y hablar por tanto de gestión y/o administración del Patrimonio histórico (hay que evitar aquí incluir el confuso término de prehistoria, que les invito a descartar).
Quienes son entonces los actores de las actuaciones y trabajos con y sobre el Patrimonio Histórico, pues dentro de esta alternativa:
El Administrador
El Gestor
El Facilitador
Las Instituciones (entre las que muchas veces no contamos a la comunidad)
Cabría dejar un espacio aquí para los mecenas y auspiciadotes aunque su rol sea muchísimas veces el brindar capitales exclusivamente.
La Gestión resulta entonces un elemento de la dinámica social, hablaremos ahora de su conexión con un elemento que al parecer resulta cada vez menos dinámico: El Museo.
Mecanismos para la gestión cultural desde los museos.
El Museo tiene un origen estático tan similar como el noble oficio de los arqueólogos y arqueólogas: el cuidado de las arcas reales.
Existen muchas clases de Museos, organizados por diversos órdenes, ya sean estos temáticos, personales, institucionales, turísticos, de investigación entre otros.
Los Museos Tradicionales, representan las formas estáticas de exhibiciones de colecciones per se. La alternativa está en volcar a esos museos a la vida cotidiana, convertirlos en parte de la vida social, es decir en actores y creadores de cultura.
Las alternativas más cercanas a la realidad pasan por:
• Los espacios de comunicación social.
• La investigación.
• La museografía dinámica.
• Los sitios, lugares y paisajes (los centros de interpretación)
• La institucionalización social de los museos.
• La web o Internet
Elementos facilitadores del cambio:
• Traslado de las responsabilidades a las localidades y las universidades (centros de investigación).
• Compromisos de largo plazo.
• Adecuación curricular para una participación creativa de los escolares y estudiante en museos y exposiciones.
Colecciones arqueológicas de los museos. Posibilidades congeladas en la interpretación científico social.
A los museos y su patrimonio en custodia... quienes no tienen la culpa de estar almacenados en el olvido.
Carlos Roldán Del Águila Chávez
Previos
En el Perú, a lo largo de mas de 70 años, los investigadores han venido recuperando importantes contextos de actividad prehispánica en el marco de sus proyectos de investigación arqueológica. El destino común de todos estos materiales contextualizados fueron y lo son aún los Museos. Lamentablemente en nuestro país y creo que sin temor a equivocarme, en Latinoamérica, no muchos de los estudiosos continúan con el proceso de investigación, debido a varios factores, el principal de ellos el de índole económico.
Es evidente que el desarrollo del procesamiento de los materiales recuperados es la etapa mas larga y costosa de todo proceso de investigación, pero además, y esto no es muy tomado en cuenta actualmente, es la etapa mas crucial para la verificación y comprobación del dato recuperado.
Pero, yendo mucho mas atrás, por lo menos en el Perú, hacia los años 20s o 30s, la conformación de colecciones era una valiosa tarea no solo de creación de acervos museográficos para los museos existentes, sino para el desarrollo de las investigaciones. Claro está que las condiciones eran distintas y los volúmenes de recuperación de investigación también, lo que obliga a precisas con detalle el caso que pondremos como experimentación teórica.
La Arqueología de los últimos años se ha visto invadida de una avalancha de posibilidades de intervenciones arqueológicas que en la mayoría de los casos han producido colecciones arqueológicas de muchos sitios recientemente identificados y que no han tenido mayor procesamiento que el preliminar; es decir, las limpiezas y registros de rigor y la sistematización e inventario oficial de los materiales recuperados.
No mucho tiempo atrás, las colecciones recuperadas por estudios y exploraciones arqueológicas, complementaban los resultados preliminares de sus colecciones, con algunos análisis adicionales de materiales específicos, preferentemente los materiales cerámicos. Lo cierto es que si, no se contaba con un adecuado fondo presupuestario para la investigación de estos materiales luego de su recuperación, pues poco o nada se podía hacer con ellos mas que su adecuado registro, embalaje y almacenaje en algún centro de investigaciones o museo.
Considero que existen posibilidades aún vigentes para que los materiales arqueológicos recuperados por los diferentes investigadores teniendo presente que las condiciones de conservación de los mismos todavía es estable, lo que podría permitir, aparte del total manejo de las posibilidades del registro arqueológico, la profesionalización y capacitación de las nuevas generaciones de científicos sociales.
El caso Paracas
Paracas, constituye para el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (MNAAHP) uno de los proyectos piloto de investigación mas importantes y urgentes de los últimos años. Luego de mas de 76 años de identificados estos contextos y, a pesar de las condiciones del manejo del registro arqueológico en tiempos del Julio C. Tello, consideramos de suma importancia atenderlos, tanto por el volumen de información acumulada como por el sensible tratamiento de conservación que deben tener los materiales textiles y los restos humanos. La situación con esta colección es así: siendo uno de los materiales arqueológicos mas estudiados, tratados y manipulados de la arqueología peruana, aún no conocemos el mayor porcentaje de posibilidades que puede ofrecernos uno de los contextos funerarios mas relevantes que se han identificado en el área andina.
Dos casos notables de piezas Paracas “sin contexto”. Investigando colecciones, ........ recontextualizando procesos.
La gran mayoría de los “viejos” museos existentes en el mundo, presentan un problema similar con las piezas mas importantes de sus colecciones: la falta de contextos asociados que permita conocer mejor los especimenes que se estudian. Esto limita seriamente las posibilidades de “construir historia” con las colecciones de los museos. Las causales son diversas; desde la aplicación de procedimientos metodológicos utilizadas en “aquellos” tiempos, para excavar o rescatar los monumentos arqueológicos, hasta la situación vulnerable del tratamiento del patrimonio arqueológico e histórico; en este último caso, existe una variante que nos afecta a los africanos, asiáticos y latinoamericanos: en algún momento de nuestra historia, hemos servido de “cantera” o fuente de obtención de objetos arqueológicos para constituir colecciones que incrementaron los museos de Estados Unidos y Europa.
Si bien estos aspectos motivaron un lamentable desmedro de las colecciones que se pudieron implementar en Latinoamérica y las otras regiones antes referidas, creemos que todavía es posible, por lo menos parcialmente, recuperar la historia de origen de estas colecciones. Investigando en hemerotecas y en documentos administrativos asociados, se puede reparar en algo el daño ocasionado y recontextualizar los orígenes de estas colecciones.
Presentamos dos casos simbólicos relacionados a la cultura Paracas, una de las formaciones sociales del período Formativo de los Andes Centrales que motivó gran impresión y asombro y en donde fueron recuperados mas de 450 fardos funerarios de las Necrópolis de Wari Kayan en la Península de Paracas, hacia el año 1927, por el Dr. Julio C. Tello.
Estos dos casos, no pertenecen a los contextos recuperados con procedimientos arqueológicos de la época, se refieren a dos piezas que, por su valor artístico y documental, representan un pasaje importante de la reconstrucción de esta cultura y que, simultáneamente, constituyen piezas “únicas” tanto en el Brooklyn Museum de los Estados Unidos como en el mismo Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. Nos referimos al Manto Calendario del Brooklyn Museum y a la Botella 1/2660 representando tres escenas complejas. Si bien los dos casos provienen de actividades de “huaqueo”, el primero refiere a una pieza textil de valor artístico y documental incalculable que fue “colocado” en el referido museo extranjero hacia 1925 y, el segundo espécimen refiere a una pieza cerámica que, afortunadamente se mantuvo en el MNAAHP años antes de ocurridos los importantes hallazgos de la Península.
El potencial de estos casos permiten evaluar, aparte del controvertido tema del tráfico de patrimonio y los avances significativos que se han tenido en algo mas de medio siglo, la necesidad de atender colecciones de museos con los mismos procedimientos metodológicos con que hoy se enfrenta los sitios arqueológicos. Esto no es novedad, ya Tello y sus discípulos y colaboradores avanzaron en esa dirección hacia los años ´20s; el tema novedoso hoy es que podremos recontextualizar procesos históricos y no solamente objetos arqueológicos.
Una “inocente” esperanza: Promover las relaciones científicas entre los museos del mundo.
Hacia la década de los ´20s y ´30s, Latinoamérica entera fue objeto de extracción de “tesoros” culturales que fueron a constituir importantes colecciones arqueológicas en museos de Estados Unidos de Norteamérica y Europa. El afán coleccionista de carácter oficial y el surgimiento de disciplinas sociales era el escenario permanente. Décadas posteriores fuimos testigos del surgimiento académico de las ciencias sociales, dentro de las cuales se encuentra la Arqueología. Todas estas décadas hasta gran parte de los ‘40s, el Perú estuvo inmerso en los trabajos e investigaciones tanto de Max Uhle, como de Julio C. Tello y otros.
En este contexto se realizó, en el sur del Perú, uno de los hallazgos mas significativos de nuestra historia prehispánica: Los Cementerios de Paracas. Hallazgo realizado justo en los momentos en que, el tráfico y extracción de estos materiales (caracterizados por mantos bordados y finamente decorados), venía en aumento y se cotizaban a precios elevados en el mercado negro. El seguimiento de gran parte de estas piezas fue realizado por Tello y sus discípulos, llegándose a identificar el destino final de gran parte de estas piezas, tanto en USA como en Europa. Hacia los ‘50s y ‘60s, las escuelas norteamericanas formaron técnicamente a las primeras generaciones de arqueólogos de nuestros países, lo cual permitió una mayor seguridad para enfrentar contextos tan complejos como estos.
Actualmente, creemos, estar en condiciones de establecer una red de intercambio de información entre todos los museos poseedores de colecciones Paracas, con el primer objetivo de contar con la información contextual de estas colecciones. En la última reunión que se tuvo sobre el tema en Gothemburgo hace dos años; las voluntades de todas estas instituciones fueron muy positivas. La investigación científica de colecciones en común entre los museos, permitirá un mejor acercamiento de los mismos y una mayor y mas fluida cooperación académica y cultural entre los países.
La idea es concreta: siendo la Colección Paracas, uno de los materiales arqueológicos mas estudiados, tratados y manipulados de la arqueología peruana, aún no conocemos el mayor porcentaje de posibilidades que puede ofrecernos uno de los contextos funerarios mas relevantes que se han identificado en el área andina. Planteamos abordar en esta discusión, las implicancias teóricas del manejo del dato arqueológico y la importancia de establecer un adecuado y coherente registro arqueológico complementario entre museos de América y Europa, bajo el argumento de “unificar” colecciones arqueológicas segregadas y diseminadas por el mundo muchos años atrás.
Colofón
La idea de estas notas apuntan a sensibilizar a la comunidad intelectual internacional sobre uno de los temas mas comunes dentro de la problemática de las colecciones de museos. Nos referimos a la documentación de colecciones antiguas. Creemos que, como el caso de nuestra colección Paracas, voluminosa y trajinada colección, las posibilidades de “recontextualización” están congeladas, estáticas, pero existe. Se trata de prender la “calefacción” de la cooperación y de la ejecución de programas de colaboración científica, a nivel internacional. Al margen de cualquier juego de metáforas, todo esto es posible.
De los Restos Humanos: ¿Sujetos u Objetos?
A mis hermanos y padres, de los cuales sigo aprendiendo.
Fernando Federico Fujita Alarcón
Breve razonamiento previo
Desde hace miles de años, mucho antes que el Homo Sapiens Sapiens apareciese como la especie dominante, ya existían actividades relacionadas entre la vida y la muerte tal como lo demuestran las evidencias halladas de nuestros fallidos predecesores en los continentes llamados África, Asia y Europa .
Pero, el mayor desarrollo de estas actividades surgió con el impulso vital de los seres humanos actuales, y entre ellos se multiplicaron y se diversificaron los ritos del ciclo de la vida , desde la concepción hasta la expiración, hasta llegar a equipararlos a los ciclos de la naturaleza al dominar el conocimiento, para luego llegar al uso y transformación de la misma.
Entre ellos tenemos las acciones y ceremonias ligadas al culto a los fallecidos o muertos que es parte del tema central de este ensayo, es decir, el tratamiento post rituales que reciben en el presente los muertos.
Dentro del proceso histórico de la raza humana, para muchas sociedades y culturas, los ritos a los muertos y a la muerte son mecanismos sociales de mantener un contacto entre el pasado y el justificar el presente, como si fuese un referente histórico particular. Este culto puede realizarse inhumando lo que fue un ser humano; eviscerarlo o descarnarlo, preparar los restos momificándolos; cremándolo entero o en porciones; o ingiriéndolo para conservar su espíritu o sus cualidades ; o exponiéndolos para que los animales carroñeros se los ingieran; estas son las alternativas más usadas al respecto.
¿Pero por qué se hace eso?
En otras palabras, amable lector y lectora, debo señalar y recalcar aún bajo el riesgo de ser acusado de emitir una perogrullada que la existencia del ser humano (mamífero bípedo a veces muy inteligente) queda finiquitada con la muerte del mismo, y que como tal deja de serlo inmediatamente y el cadáver pasa técnicamente y profesionalmente a ser sujeto y objeto pasible de estudio y registro.
Pero antes de continuar debo hacer una pequeña aclaración.
El Arqueólogo especialista en el estudio del cuerpo humano y todo lo que está relacionado es el que se denomina Antropólogo Físico , en razón que las experiencias pioneras fueron en algunos países en que la Arqueología no se considera como una disciplina científica, sino una especialización de la Antropología; y entre los campos de estudio se encuentra la actualidad y las manifestaciones de la realidad como son las matanzas y a ellos se les denominan como Antropólogos Forenses por la razón ya indicada al inicio del párrafo, pero el caso es que con métodos y técnicas estudian los cadáveres hallados en las fosas comunes descubiertas en Chile, Argentina, Kosovo y Perú por ejemplo.
Para el Arqueólogo el cadáver o parte del mismo le denomina generalmente como individuo cuando implícitamente (conciente o no) reconoce en él a los restos de un extinto ser humano igual a él, por lo tanto lo trata con respeto bajo una doble condición: sentimental y científica; o lo trata tan sólo como un espécimen cuando trata de lograr una asepsia casta en su aspiración de llegar a ser un científico puro , donde el cadáver es un número más dentro de las estadísticas que dicho sea de paso hay que tomarlas con mucho cuidado .
¿Cómo analizamos a los restos humanos?
Para analizarlos usamos diversas técnicas y métodos derivados de la medicina y de la biología o de la física nuclear, entre otras ciencias que nos ayudan a comprender mejor el pasado.
Cuando tenemos un individuo podemos lograr identificar en él, en caso de no haber tejido blando que cubra el esqueleto, la edad y el sexo por el análisis comparativo con otros que se hallan investigado por recurrencia y asociación, al respecto, vale la pena comentar que muchas de las tablas de análisis de sexo y edad han sido confeccionadas con una población fenotípica (generalmente europea o sus descendientes) pero no se han hecho uno completo para cada región y fenotipos en el mundo.
Pero lo más cierto que existe es lo que se llama diformismo sexual, es decir, cada género tiene sus propias características físicas, por ejemplo, normalmente una mujer de un determinado fenotipo es más baja que un individuo del mismo fenotipo; el cráneo es menos robusto y de ángulos pronunciados frente al masculino; o la pelvis de una mujer es más ancha y redondeada con el foramen más abierto que el de un hombre, y esto debido a que su cuerpo, y en especial este conjunto de huesos, están preparados no sólo para soportar los extremos de los intestinos y la vejiga, sino para incorporar los órganos generadores de la especie, así como el probable alojo de un feto hasta su expulsión hacia el mundo al finiquitar el ciclo del mismo.
Mas volviendo al tema. Otras cosas que buscamos son saber cuál era la dieta de una sociedad y cultura determinada, y ello se hace por medio de diversos estudios; por ejemplo podemos analizarlos por medio de los análisis de los tejidos blandos interiores; los análisis de los excrementos; los análisis de los dientes o de los huesos; los análisis radiactivos como los conocidos Rayos X para ver trazas ocultas al análisis macroscópico y microscópico. Asimismo, podemos ver también las patologías o huellas de las enfermedades o traumas que pudo tener el individuo.
Otros casos son analizados con los métodos e hipótesis más actuales de la evolución y parentesco de un grupo cultural determinado mediante procedimientos propios de la genética humana, la cual esta relacionada con todos los estudios de la antropología física; asimismo, es valedera para los estudios actuales en los crímenes de asesinatos particulares o de genocidios, y la identificación plena o casi (en un promedio de 75% en un primer análisis y de 99% en un segundo ídem) de los muertos cuando se tienen parientes próximos y vivos.
También con otros medios como los de la física nuclear como el conteo del porcentaje de la pérdida y acumulación de isótopos de carbono (carbono 14 por ejemplo) normalizado y calibrado podremos aproximarnos a fijar una fecha aproximada de la muerte de un individuo; o que componentes pesados provenientes de una dieta determinada o por contaminación por medio de análisis molecular.
Como se ve son muy diversas las técnicas modernas las que se emplean para aproximarnos a la verdad, y ello se logra tomando racionalmente los aportes de diversas ciencias físicas.
Pero no sólo se emplea las ciencias físicas sino también, y cotidianamente, las ciencias matemáticas cuando empleamos el cálculo y la geometría en la descripción de los individuos y sus circunstancias. El cálculo lo empleamos en el conteo de cráneos y pelvis (huesos únicos por cada individuo) los cuales nos permiten aproximarnos a calcular la presencia de la población; otro ejemplo es que por intermedio del conteo de las cosas que están junto a un cadáver, o sea los elementos asociados, y conocidos previamente, nos podrían indicar con mucha probabilidad a que estamento social perteneció el individuo. La geometría, y mediante los conceptos llamados largo, ancho y espesor, la usamos en la descripción física de los huesos de un individuo; o por ejemplo en la forma de los cráneos cuando empleamos una convención universal de descripción que son los puntos cráneométricos, o sea los puntos de medición, y como la intersección de las líneas y el desarrollo de planos imaginarios que se desarrollan entre estos puntos nos permiten usar expresiones como cráneo con deformación artificial fronto occipital erecto, para señalar claramente como se deformó un cráneo hacia arriba como uno de los que se usaron en diversas regiones de América.
¿Existen otras proposiciones respecto a los restos humanos?
Pero según lo dicho, la Arqueología no sólo estudia los restos humanos por sí y para sí, sino que al igual que el resto del conocimiento también tiene una utilidad inmediata al ser contenedores de una información rica de cómo existieron, la cual podemos confrontarla frente al presente, y que quizás nos puedan servir para mejorar nuestro futuro como especie.
Asimismo este proceso de conocimiento no está completo si es que no nos lleva a difundir el mismo de manera adecuada y pedagógica de diversas maneras, entre ellas mediante las muestras y exposiciones museográficas.
Mas de acuerdo a algunos códigos de entendimiento y éticas como es el del ICOM recomienda que no se exhiban restos humanos como acervo o parte de una muestra museográfica, esto es en razón de los principios de respeto a las culturas nativas y a sus descendientes, especialmente en aquellos territorios donde fueron prácticamente exterminados y que ahora viven en relictos. Un claro ejemplo de ello son las reservas indias que los Estados Unidos de América, un estado de origen anglosajón , implantó en su territorio durante su expansión en la segunda mitad del S. XIX que en ciertos aspectos es mucho peor que las reducciones implantadas por sistema colonialista español. La reacción a posteriori de esta creación de reservas no ha sido la eliminación de ellas, pero sí un aparentemente aumento de los derechos de los descendientes de los primeros pobladores, pero que han sido exagerados por algunos movimientos, supuestamente, reinvindicativos y nacionalistas hasta caer en el chauvinismo más estulto.
Un ejemplo de lo que trato de explicar es lo que hace relativamente pocos años, a finales del siglo pasado surgió la moda de repatriar los restos humanos de diversas culturas; un movimiento sugirió y presionó al gobierno de Estados Unidos para que unos restos que se encontraban entre los dieciséis museos del Smithsonian Institution fueran devueltos a una región americana, el Perú; con toda pompa fueron enviados y recibidos fragmentos de cuerpos humanos de muy disímiles asociaciones, contextos, áreas, épocas y culturas de ese país, los cuales fueron enterrados con gran ceremonia en un cerro tutelar del Cusco, mezclándolos a todos por un acto de chauvinismo.
Eso es cierto, como que tan cierto es que no se han devuelto, en todo caso, el conocido Minero de Chuquicamata a Chile, ni las momias egipcias que se encuentran en Londres a El Cairo, entre otros.
Ahora bien, me imagino lector y lectora, que se estarán haciendo la siguiente pregunta lógica: ¿y por qué no devuelven las otras evidencias materiales?. Es obvio que se han buscado los más diversos motivos, explicaciones y pretextos para no devolver más que fragmentos de los despojos y saqueos realizados en todo el mundo; entre estas excusas están que no deben exhibirse los restos de individuos, y esto es debido porque la gente reclama no sólo sus derechos y sus antepasados, sino que no se pueda demostrar abiertamente qué es lo que realmente se devuelve.
¿Disfrute versus conocimiento?
Retomando el párrafo anterior existe una fuerte corriente mundial en contra de la exhibición de individuos de épocas ya pretéritas; y esto es en las razones ya expuestas, es decir, por un falso respeto a los fallecidos y por igualmente relación con los supuestos herederos de los mismos.
Me pregunto que mejor respeto puede haber para los vivos (y los muertos) que estudiar correctamente y difundir la verdad sobre todos los aspectos de dónde provenimos, y cómo fue; realmente estos aspectos, junto con otros, nos deben llevar a encontrar la verdad sobre nosotros, sobre los verdaderos orígenes de nuestra situación actual y cuales son las perspectivas de un futuro mejor.
La verdad debe ser expresada correctamente, y ahí radica el respeto, y la verdad debe ser difundida.
Por ello no debemos abominar de las muestras y exhibiciones sobre los restos humanos, más bien guiarlos para hacerlos mejor, pues sucede que a mayor represión mayor perversión.
Y todo esto se refleja en un doble rasero sobre el ocultismo y la perversión; por ejemplo mientras existen las explotaciones del hombre, negándoseles sus recursos y medios para vivir adecuadamente y mientras existen pueblos divididos , observaremos por otro, y al mismo tiempo, los noticiarios televisivos y en las portadas de muchos periódicos la magnificación de la guerra y las secuelas como los traumas, las mutilaciones, y en especial las muertes violentas; o la promoción de asesinatos, secuestros y otros atentados contra la vida y la sociedad.
Mientras nos quejamos que es un horror el ver a los muertos expuestos, así sea con fines culturales, permitimos que otras cosas y actos más horribles sigan expresándose con el beneplácito de algunos medios de comunicación y buena parte de nuestra población.
En resumen, yo creo que es totalmente válido la muestra de restos humanos con fines recreativos, científicos y culturales, y no como un escarnio y eliminación de nuestras culturas, en tanto comprendamos que son los restos de individuos en su calidad de testimonios materiales representan un momento del devenir del ser humano.
Alcalá de Henáres, 15 de septiembre de 2004
Evaluación Y Rescate: ¿De Los Objetos O De La Información?
FALTA TEXTO
Javier I. Alcalde G. y Fernando F. Fujita A.
Casandra y las Ciencias Sociales .
Bienaventurados aquellos pueblos que sufren sed de la verdad, porque ellos serán los dueños de la tierra.
Fernando Federico Fujita Alarcón
Según los antiguos mitos griegos, recogidos en la Ilíada, nos describen un mundo de fantasía donde los dioses y sus pasiones, ídolos y pensamientos creados por los seres humanos como una forma de explicar el origen del mundo, como formas de explicación del origen y la presencia de la humanidad y de sus relaciones dialécticas con la naturaleza; estos mitos señalados y la realidad social interactuaban continuamente de tal manera que ahora nos muestran sus remanentes del proceso y justificación de un desarrollo político y económico determinado.
Entre los personajes de esta tragedia homérica se tiene a una mujer, Casandra la más bella y hermosa hija del Rey de Ilión, Príamo. Desde joven ella cautivó a los dioses (siempre en la mitología de las etnias griegas) y entre ellos al dios Apolo quien dentro de su estrategia de seducción le ofreció y otorgó el don de la profecía o asumir el comportamiento de un oráculo , atributo intrínseco del mencionado ser mítico, mas rechazado por la dama y no pudiendo retirar lo ofrecido le agregó otro regalo, el que nadie le creyese; es decir, ella siempre vaticinaría la verdad pero nadie le creería, ni su padre.
Como muchos sabemos, y a pesar de muchas de las interpretaciones libres (libertinas diría yo) de los productores de algunas modernas películas , Casandra vaticinó que la ciudad de Ilión sería tomada y destruida por un caballo; por supuesto que su familia y compatriotas se burlaron de ella hasta considerarla loca. Y el resto es conocido, es decir la vieja ciudad de Ilión cayó y fue saqueada por los aqueos que habían dejado, según la misma narración, un caballo de madera en donde se ocultaron parte de los soldados de dicha etnia .
¿Pero qué tiene que ver Casandra con las Ciencias Sociales?
La explicación de esta pequeña historia trágica está en que lo mismo sucede en las Ciencias Sociales, y aun más en la Arqueología. Y esto no se debe primero por que seamos bellos o hermosos que no es en todos los casos, sino a otras razones; entre ellas porque nos han preparado para analizar y explicar la sociedad en su conjunto.
Algunas disciplinas de las Ciencias Sociales como son la Antropología y la Sociología analizan a la Sociedad desde sus relaciones sociales actuales y generalmente cotidianas; la Economía Política desde el cuerpo de relaciones imbricadas en el proceso productivo y reproductivo de la sociedad; la Geografía desde el vínculo entre la Naturaleza y los diversos grupos humanos; la Historia desde la base de los documentos; y la Arqueología desde las evidencias materiales dejadas por nuestros antecesores.
Pero todas estas disciplinas tienen en común varias cosas. Entre ellas el mismo objeto de estudio que es la Sociedad como conjunto de aspectos y procesos que se contraponen e influencian; también tienen en común que usan básicamente las tres divisiones generales del tiempo: el pasado, presente y futuro; y del síndrome de Casandra, del cual comentaré más adelante.
Como ya he comentado un poco sobre el primero, vayamos viendo la segunda y tercera semejanzas.
El Ayer o el Pasado es importante porque es la fuente primaria de los procesos históricos en que nuestros antepasados, como desde que hemos sido Homo Sapiens Sapiens nos hemos vinculado en relaciones con la Naturaleza, cómo la hemos conocido y cómo la hemos transformado para satisfacer nuestras diversas necesidades dentro de unos determinados procesos productivos, y la necesidad de mantener estos procesos en las siguientes generaciones replicándolas en un procedimiento reproductivo porque se creyó que era lo correcto, particularmente esto se expresó y lo vemos en las diversas formas de educación, formalización y transmisión de información en el ámbito familiar, así como en los diversos grados de instrucción de acuerdo a la clase social y aspiraciones de las mismas que se expresan en academias, escuelas, institutos, etc...., donde no sólo se transmite el conocimiento, o parte de él, sino que se refinan continuamente los patrones de comportamiento en los diversos mecanismos de relaciones sociales.
En cambio el Hoy, o el Presente, es el ámbito temporal, real y concreto de un estudio científico, es decir, lo que hacemos ahora es analizar las manifestaciones del pasado que ahora observamos y recuperamos mediante un protocolo adecuado, es un examen de la cuestión en sí. El pasado y el presente, unidos son las fuentes inmediatas de las investigaciones científicas, son los antecedentes y el marco operativo de una seria investigación en cualquier disciplina que requiera hacer un diagnóstico concreto.
Pero el Mañana, es decir el Futuro, es el terreno donde se expresará el resultado de nuestras investigaciones; con base a las dos divisiones anteriores del tiempo (pasado y presente) se generarán un proceso de propuestas y de predicciones, al igual que un oráculo o Casandra, pero desde una perspectiva más verdadera porque nos basamos en datos y hechos concretos.
En otras palabras, es llevar acabo un pronóstico o predicción.
¿Las Ciencias Sociales tienen el síndrome de Casandra?
Cualquier persona puede hacer predicciones de forma empírica, si cuenta con ciertos elementos recurrentes y repetitivos de los aspectos cotidianos; es lo que se conoce como Conocimiento Empírico, que teniendo un alcance corto de explicaciones válidas para la realidad suple sus carencias con sueños, mitos, dogmas, creencias y tradiciones; este tipo de conocimiento ha sido la fuente de creencias y religiones en diversas partes del mundo, y para ello hay variados casos que lo explican.
Pero el Conocimiento Científico va más allá de ello, ya que se basa en la observación del comportamiento de la naturaleza, en el cual se incluye todos los aspectos del Hombre; por medio de diversos métodos y tecnologías la Ciencia recaba, acumula, procesa, sistematiza en cuerpos de información y analiza los datos recuperados de las investigaciones; luego formula o reformula una serie de hipótesis las que permanentemente son y deben ser probadas en la misma naturaleza. Siendo uno de los resultados inmediatos la elaboración de reglas, y a mediano o largo plazo al comprobarse una regularidad constante, se expresan las leyes como un mecanismo de explicación no dogmática, sino sustentada y real del Mundo.
Pero no sólo debe quedar en la explicación de los orígenes y causas de algo, sino de las consecuencias que se puedan presentar, y es justamente en esta parte donde aparecen los síntomas del síndrome de Casandra.
Una de las probables causas de este síndrome en algunos científicos se debería al temor de demostrar ante la comunidad en general una incapacidad de investigar y entender las cosas; este miedo se manifiesta en el uso continuo y exclusivo de un dialecto esotérico para comunicarse y sólo comprensible para unos cuantos iniciados, para un círculo de escogidos que son los reales detentores del conocimiento que no pueden o no quieren usar el lenguaje común, pues con ello demostrarían la verdad: que este círculo de personas se gana la vida fácilmente. En cuanto a los dialectos esotéricos no son más que las jergas técnicas y profesionales que aprendemos en las instituciones en que fuimos instruidos.
En otras palabras; una comunicación o texto lleno de términos científicos o raros a mucha gente no le dice nada, ni a veces a los mismos miembros de la comunidad científica. Lo que también a veces sucede es que mucha gente tiene un miedo pánico de que sí no escribe o publica un texto en jerga profesional o técnica pierden su valía como científicos, nada más falso.
Otra de las causas identificadas está en relación con su real compromiso o ausencia de éste con la sociedad; es decir, en su nivel de participación como integrante de una sociedad y en su voluntad consciente de las formas individual y social de acción en los cambios que se producirán. Habrá algunos casos en que el compromiso es serio y real convirtiendo a la ciencia en una parte activa coherente de un cambio revolucionario en su búsqueda del bienestar social; en otros casos la participación será cerrando filas abiertamente con aquellos grupos que no quieren perder sus posiciones y privilegios de clase dominante de la sociedad. Y en otros casos, muchos, habrá individuos que optarán por mantenerse aparentemente neutrales, pero a la cobarde expectativa para saber por donde corren los vientos que impulsan a la nave de la historia, para treparse furtivamente a ella sin haber contribuido a construirla ni a participar en su diseño y conducción; en estos casos es fácil de identificar su disfrazada actitud al autodenominarse como científico puro .
En otras palabras, la participación del científico como todo individuo es permanente dado que necesariamente pertenece a un grupo y estamento social, y por lo tanto tiene una participación política, expresada o no, y ésta participación tiene directa relación con la opción política y escuela teórica a la que pertenezca; factor que se convierte en uno de los determinantes de los modos de comunicarse, relacionarse, mantenerse y vivir en la realidad.
Pero la principal causa del síndrome radica en que nos han preparado para analizar y explicar la sociedad en su conjunto, como lo señalé anteriormente, y utilizar una lengua o jerga especial, lo cual hace difícil a veces la comunicación fuera de estos círculos; ergo, podemos decir y proponer muchas veces cosas importantes pero por lo general hablamos o escribimos muy raro, y como a Casandra, nadie nos hace caso a la hora de explicar a la sociedad este conocimiento adquirido.
Por estas razones las ciencias sociales continuarán relegadas sino cambia o da un salto cualitativo, pues no puede seguir sólo produciendo información para una élite ni para autoconsumo en una suerte de autarquía y aislamiento de la sociedad; se necesita producir información concreta para los demás miembros de la sociedad, siendo el vínculo entre los científicos y la comunidad la difusión del conocimiento en su forma más clara y sencilla.
En resumen, una comunicación llana o divulgativa no significa necesariamente perder el sentido científico sino más bien la valora más porque dejó de ser consumo de una élite de cultos y es de uso, dominación y aplicación social.
Lima, marzo de 2005.
La dominación espacial: Reflexiones
A los proletarios que no tienen ni casa ni patria en el mundo de injusticias.
Fernando Federico Fujita Alarcón
Entre las décadas finales del siglo pasado y en el presente siglo ha surgido como una moda la recuperación, transformación y rentabilización del patrimonio histórico inmueble como uno de los instrumentos de la planificación, reorientación y redistribución de lo que ahora se esta llamando el tejido social, o simplemente la reubicación y fijación de las orientaciones y los límites del crecimiento de la población, en especial, la urbana.
Esta recuperación y cambio que implica asimismo una variación de las funciones sin que cambie, ojo, aparentemente la forma penúltima de un edificio; digo penúltima dado que si es muy antiguo es seguro y con toda probabilidad que sufrió modificaciones desde su construcción hasta al presente, y hasta donde tengo conocimiento ninguna edificación antigua y significativa se ha mantenido inalterada. Estas modificaciones dejaron sus huellas, y responden de diversas formas al surgimiento de nuevas necesidades pero siempre teniendo presente como un valor adicional a que pertenece a formas culturales y sociales ya desaparecidas.
Como habrán adivinado entre la función original y el uso actual del patrimonio histórico existirán grandes diferencias, es decir, se da una ruptura entre lo previo y el presente; asimismo podremos observar que existe un proceso, una relación directa de la materia y las modificaciones de su naturaleza mediante la acumulación de las actividades que se pueden identificar y cuantificar, que a su vez se expresan que deben comprenderse como sus (los) nuevos conceptos estéticos y funcionales acumulados, aceptados y sancionados por la clase dirigente y que luego se transmite a los restantes miembros de la sociedad.
¿Cómo emerge este asunto y cómo se origina?
Mas muchas veces surgen arcaísmos como referentes históricos reales o no , pero siempre conceptuales que justifican la presencia de una elite; un ejemplo claro de ello es cuando surgió y se manifestó el Renacimiento europeo tomando como referentes, y que se justificaron mediante las primeras excavaciones arqueológicas, a épocas pretéritas que son nada menos y nada más que las manifestaciones físicas de las culturas grecas y romanas como una respuesta contestataria a sus antecesores; este movimiento aparece como forma de expresión de una nueva explicación del mundo, El Hombre (entiéndase la nueva elite) contra una sociedad en crisis cuya manifestación más conocida es la iglesia política y dominante, y quienes se justificaban y escudaban detrás de ella como fueron los señores feudales.
Obviamente las clases dominadas tratan de imitar a la elite y el mismo caso, y por novedad, las culturas periféricas pueden tomar préstamos parciales o totales de lo que sucede en un sitio sin comprometerse en los cambios políticos y sociales. Un clamoroso y gracioso ejemplo, muy actual, es la asimilación de conceptos, categorías y leyes del materialismo histórico, o el consumo de la iconografía comunista en naciones como las europeas y yanquis .
Europa Feudal Europa Renacentista
• Feudos.
• Dios sobre todo, y sus servidores a continuación.
• Atomización cultural.
• El ocultamiento y persecución.
• Mitos y leyendas como justificantes.
• Búsquedas místicas soterradas . • Burgos.
• Retorno al hombre y la mujer como expresión pura y principal.
• Inicio de unificación cultural.
• Difusión del pensamiento.
• Búsqueda de referentes materiales e históricos.
• Primeras excavaciones arqueo lógicas conocidas.
Otro ejemplo, y en América, es el caso de la cultura Lambayeque (en la costa norte del actual Perú) que tomaron como referentes iconográficos, así como el manejo del espacio de los Moches, esta actitud evidencia probablemente la necesidad de desvincularse del dominio e influencia retomando las tradiciones de los antepasados cuando entró en crisis el Imperio Wari.
Claro está que las gentes Lambayeque retomaron los que les interesó para justificarse.
Desarrollos Regionales Imperio Wari
• Villas extensas.
• Teocracias.
• Territorios pequeños.
• Un solo individuo como regente.
• Tantas elites como territorios.
• Centros administrativos locales.
• Cuerpos administrativos pequeños.
• Ejércitos eventuales.
• Leyes y lenguas locales.
• Viarios locales.
• Producción de excedentes y artefactos productivos.
• Ciudades.
• Poder civil.
• Territorios incorporados y dominados.
• Individuo representante del Estado.
• Una elite sobre todas las elites locales.
• Centros Administrativos regionales.
• Administración unificada.
• Ejércitos permanentes.
• Imposición de un único cuerpo de leyes y lenguas oficiales.
• Viario multiregional.
• Superproducción de excedentes.
Posteriormente, con el inicio del segundo imperio, el Tawantinsuyu; se apropiaron del sistema expresivo y administrativo de los Wari; así tenemos que la red de comunicación y control fueron asimilados, así como el concepto de gente de guerra y el abastecimiento de estos, reformulando los depósitos citadinos en lo que serían los tambos que jalonaban el viario; en otras palabras, con el Qhapaq Ñan se demostraba la presencia del Estado o de la clase dominante Inka.
Asimismo, dentro de su política los Inka justificaron su presencia dominante mediante actos y hechos míticos (hijos del Sol) y cuya religión y ritos eran los oficiales; sin embargo, también trataron de congraciarse con las elites locales respetando, asimilando e incorporando religiones y creencias de los sojuzgados como una aparente igualdad. Es lo mismo que hicieron a su vez los romanos, tanto cuando fueron republicanos como imperiales, tanto como fueron politeístas como monoteístas.
Como se ve, y en todo el Mundo, son las nuevas y viejas nacionalidades las que buscan sus referentes históricos, usando las más diversas disciplinas científicas y técnicas de sus pertinentes épocas como fueron las religiones y su concepto de pueblo elegidos (y por ende superioridad étnica), y como son ahora la Historia y la Arqueología que dependiendo de la orientación pueden ser positivos o negativos; los aportes pueden ser positivos cuando dicen lo que es realmente la verdad por más que sea contradictoria al sistema político vigente, o con efectos negativos cuando ocultan o falsean los datos recuperados para justificar una situación de dominación y explotación.
¿Pero cómo se expresan formalmente la dominación?
Como se habrán dado cuenta las expresiones de los conceptos se pueden expresar formalmente, ergo, se pueden manifestar materialmente mediante diversos artefactos, sean muebles o inmuebles; asimismo estas manifestaciones diversas pueden darse en un mismo edificio de una forma polivalente o multifuncional, pero para poder comprender mejor el texto usaré generalmente ejemplos unifuncionales. De idéntica forma vale aclarar que con el transcurso del tiempo, los edificios por lo general cambian de uso y de función.
Igualmente, para el tema que estamos tratando no son las viviendas corrientes de la gente, sino de aquellos que demuestran el poder de una elite que dirige a una sociedad cualquiera, aun así sean sus viviendas.
En el caso de los edificios administrativos son por regla general diseñados previamente y se construyen espacios públicos que conducen e interconectan espacios y recintos privados. Estos edificios administrativos están diseñados para cumplir con las funciones para las que fueron creadas; un edificio dedicado a la justicia es por lo común reflejo de la administración y reglamentación de las relaciones sociales entre individuos, y por ello debe ser llamativo e imponente pues esta a cargo del gobierno de turno. En cambio un edificio dedicado a la acumulación y distribución de bienes o productos tendrá como características depósitos generales, depósitos especiales, área de contabilización (a la vista de los bienes), áreas de circulación y flujo, etc... que reflejan, igualmente, la necesidad de acumular y redistribuir en unos canales de maximación de los recursos como son los caminos y su red.
En cambio las viviendas, las de la gente común son sencillas y cumplen con un papel funcional de cada época como un sector que tiene un espacio recreativo, espacio reproductivo, cocina, descanso sobre todo, mas rara vez productivo, pues estos se hallan fuera del área de las viviendas ; en cambio las área de la gente que compone la élite cuentan con más áreas construidos y con sectores más amplios, además cuentan con sectores de servicios y se encuentran en bloque muy cerrados o dispersos, pero siempre tienen como característica formal el encontrarse con delimitaciones claras (muralla, cerco o foso, etc...) para alejarlo de las comunes de sus contemporáneos.
Para esta faceta de la arquitectura tenemos como ejemplos universales a las villas romanas de Pompeya y Herculano, el Gugong de Pekín o las enormes residencias en Chan Chan rodeado de cercos de tapiales .
Viendo en el campo de las expresiones religiosas y su relación con el Estado en especial en Europa concretamente, vemos que el desarrollo de las catedrales y grandes iglesias en las ciudades o monasterios en el campo generalmente que tienen su apogeo en los finales del medioevo, con el gótico; estos edificios cuyos tejados, cúpulas y tejados sobresalen sobre el nivel de las casas, de forma que sirven de hitos o mojones de orientación y presencia a la lejanía como en el caso de los pequeños burgos, pero una vez que se introducía una persona en la ciudad estos hitos desaparecían entre las estrechas callejuelas, y de vez en cuando se avizoraban, hasta que al voltear una esquina la persona se encontraba en una pequeña plazoleta y con el templo “prácticamente” encima de ella ; como se recordará no es casual la presencia de la plaza y la presencia de solares en torno al templo; cabe recalcar quien tenia un solar o casa cerca de un convento o una iglesia estaba con el poder material, obviamente los más poderosos tenían sus propiedades citadinas al borde la catedral.
De forma contraria, mas con el mismo efecto, es el caso de un espacio secreto o cerrado como un templo Lima o Maya en forma de pirámides que se observan desde grandes distancias pero al cual no se puede penetrar a lo más profundo de los misterios si no es sacerdote o de la elite como es hoy el Vaticano. Estos edificios religiosos se encontraban rodeados de espacios abiertos cada vez más restringidos que los magnificaban.
En resumen, vemos que la arquitectura general, aquella aceptada formalmente, es una expresión del poder y de la ideología que domina en esos momentos del desarrollo de la sociedad.
Alcalá de Henáres 2004
La relación etnográfica de un arqueólogo: San Pedro De Cajay, testimonio de una actividad ancashina
A quien en esos momentos fue mi enamorada y hoy mi dulce compañera, a Teresa mi esposa.
Fernando Federico Fujita Alarcón
San Pedro de Cajay en Lima
Esta fiesta patronal observada en Lima, se realiza originalmente en el distrito de Cajay, provincia de Huari en el departamento de Ancash, en la conocida zona del Callejón de Conchucos. Este distrito de Cajay tiene como santo patrón a San Pedro, por lo tanto los días centrales festivos son a finales de junio.
La preparación de esta fiesta patronal se inicia desde un año antes con el Allichumi que es la aprobación por aclamación de la persona (autoelegida comúnmente) encargada de organizar y realizar la fiesta del siguiente año, esta persona recibe el apelativo de Alférez o Alferesca (según sea hombre o mujer) cuyo nombre queda registrado en un libro junto con el de las personas que la van a apoyar con algunas donaciones o trabajos de coordinaciones.
Más o menos doce días antes de la fiesta se realiza una actividad donde se sirven comida como mote, cancha, cuy frito sopa de gallina y bebidas como chicha y cerveza a los que han ayudado a que se realice la fiesta; al día siguiente se inicia la novena, esta consiste en nueve noches en que se reza el rosario, se cantan alabanzas al santo patrono, casi todo en quechua, luego de los cánticos y rezos se pasan un refrigerio variado y abundante (muchas veces son pan serrano, bizcochos y chocolate caliente) en directa proporción a la devoción del o de la familia que ofrece ese día.
Una vez acabada la novena, al alba de la víspera, es decir el veintiocho de junio, se realiza el Macetacuy, que es el aderezamiento con flores de las andas de la imagen que ha estado guardada y venerada en la casa de la persona encargada de realizar la fiesta, en el macetacuy sólo participan un grupo de mujeres anteriomente comprometidas con esta labor. En la tarde se comienzan a armar los `castillos' y preparar otros juegos o fuegos artificiales, v.g. `avellanas', `vacas locas', etc... en el local El óvalo de la urbanización CO.VI.D.A. del distrito de Los Olivos. Ya al atardecer la gente se reune en la casa de la persona encargada de realizar la fiesta, para cenar; luego se reciben las bandas de música regional que tocarán en contrapunto, con breves momentos de descanso hasta el final del día principal, y se efectúa la misa de víspera en la capilla de San Columban¬o, más o menos a cincuen¬ta metros al norte del local, se regresa al local y se da inicio a la retreta en honor del santo patrón, al rato comienza el tradicional rompe con los sonidos de la caja, el pinkullo y el arpa serrana que marcan los compases tradicionales de los bailes de los Huaridanzas de Cajay, Yurihuas, pero todos los danzantes con su ropa diaria .
Al parecer la danza y los cantos de los Yurihuas tienen su origen en la selva, y no sería extraño ya que la zona, Chavín, como en quechua lo indica, es el centro de caminos y debió ser de intercambios antiguos . Los Yurihuas presentan una elegante danza en grupo al compás de un violín y un arpa, sus trajes son blancos adornados por caracoles, tiras de colores muy vivos, espejitos y sobre la cara un velo blanco, además portan un instrumento (kallwa) usado en las labores textiles; a los hombres se les denominan Cañiway y a las mujeres Yurihuas.
Los huaridanzas o caballeros de Huari, actualmente usan un `terno' oscuro, camisa blanca, corbata, zapatos, etc... muy finos todos. Los danzantes se cubren la cara con una máscara que representa a una persona de bigotes y permanente sonrisa, un pañuelo que le cubre toda la cabeza y sobre el, un sombrero albo adornado con una larga cinta colorada, que pende como dos penachos cuando se baila, a sí mismo se adorna la parte frontal del sombrero con un espejo en forma de estrella de múltiples rayos y flores, adorno que es colocado de tal manera que sujeta el ala contra la copa; sobre la espalda va un fino y coloreado pañuelo de seda u otra fina tela, cuyos bordes son adornados con flecos; a veces usan guantes blancos, pero siempre tienen un látigo corto llamado `chicotillo'; sobre las pantorrillas se usan unos protectores o guardas ricamente bordadas en las que se incluyen cascabeles que suenan rítmica-mente cuando bailan al son de la caja y el pinkullo.
Estos bailes, Huaridanza y Yurihuas, al igual que otras de la zona como son las Pallas, el Huanca y el Sarao tienen un claro origen pre-colonial, cuyos orígenes se han perdido, al igual que las pretéritas tradición y valores primigenios, pero que aun tienen la capacidad de cohesionar y mantener la identidad cultural y social.
Mientras se baila y se toma, se abre el libro de oferentes o Allichumi del siguiente año. En este momento se ofrece gratuitamente, a la concurrencia, un ponche preparado con huevos, cerveza negra, vino, agua de cereales, hechos en grandes ollas y poncheras de latón; además que se reparten panes y bizcochos hechos expresamente para la ocasión, así mismo se reparte una bebida llamada chinguirito que consiste en una bebida a base de agua, hierbas arómaticas, azúcar (muy poca) y cañazo, cuyo fin junto con el ponche es el de calentar y ayudar a pasar la noche. Se queman las vacas locas y los castillos ofrecidos para este día de víspera.
Al día siguiente, casi al rayar el alba, se realiza una comida especial que es la mondongada ofrecida a todos los participantes; al alba se realiza la diana y los camaretazos saludando al patrono y anunciando a los presentes que se inicia el día central. Dos horas más tarde hay una reunión entre directivos, familiares, amigos de la familia organizadora y bailarines, etc..., luego en este caso se recibió una capa bordada finamente para la imagen, además de una corona de plata. Se reciben a las bandas en el local a media mañana y se parte a la capilla de Santa María de la Providencia (más o menos un kilómetro hacia el este), en la cual se efectua una misa solemne con cantos y rezos en quechua; a continuación se pasea, con apoyo de las bandas de música, en procesión el anda con la imagen recorriendo las calles más importantes hasta llegar al local ya mencionado.
Hacia el mediodía se realiza una ceremonial muy especial, esta consiste en la adoración de la imagen por parte de los devotos waridanzas, yurihuas y pallas. En seguida se ofrece un almuerzo a todos los presentes, a veces hay `corrida de toros' que son parodias muy festivas de una verdadera con personas disfrazadas con los cuernos, cabezas y pieles de estos animales que simulan junto con otros, jaladores o peones, su bravura y trapío, además que embisten a todos los presentes haciendo divertir a los más chicos, y a los no tan chicos también. Hacia el final de la tarde se entrega el cargo a quien se ha comprometido a realizar la fiesta del siguiente año, dándose así mismo lectura de los nuevos oferentes y lo que han ofrecido. Se da la Wapia o despedida de los danzantes ante la imagen y la concurrencia, y al mismo tiempo se va armando el castillo de fuegos artificiales que será quemado al finalizar la jornada, pero antes se queman los últimos cohetes y vacas locas, mientras se escuchan y se baila con las mejores interpretaciones de las bandas.
Lima, noviembre de 1995
…. Realidades.
Arqueología y gremio
A los arqueólogos peruanos, con quienes tenemos mucho por andar.
Carlos Roldán Del Aguila Chávez
El problema laboral de los arqueólogos en el país no es diferente a los problemas de las otras ciencias sociales y esto no es novedad para todos los involucrados en el tema. La explicación del problema generalmente lo atribuimos a la crisis económica, social y cultural del país, al desinterés de la carrera profesional y a lo poco productiva que es - según dicen - y,..... En fin; en resumen creemos que se debe al desconocimiento de la colectividad sobre nuestra actividad profesional.
Hasta este punto todos parecemos estar relativamente de acuerdo, y decimos relativamente pues existen aspectos que no se toman en cuenta y que constituyen la estructura fundamental de un efectivo trabajo de “arqueología” ; estos son : la ética profesional, la cuantificación (en términos económicos) del trabajo de los arqueólogos, la acumulación, procesamiento y difusión de la información recuperada, la construcción de “Historia” a partir de dichas evidencias y la participación activa de los arqueólogos en los problemas substanciales de nuestro país. Estos aspectos, como se dice líneas arriba, no se consideran prioritarios en la mayoría de los trabajos arqueológicos que están en ejecución, sea cual fuere el tipo de arqueología a realizar. Remarquemos que, al respecto, no tiene nada que ver que los trabajos se financien en el extranjero o que sus directores no sean peruanos, creemos que este es otro problema.
Actualmente, estos aspectos comienzan a entrar en debate y a convertirse en prioritarios cuando la demanda de trabajo crece aceleradamente como viene ocurriendo a partir de los llamados “proyectos de impacto”, estableciendo lo que venimos denominando como “Arqueología de Contrato” o “Arqueología de Impacto”.
La descontrolada inversión extranjera que actualmente “invade” nuestro país ha permitido que la ‘comunidad’ de arqueólogos (que años atrás sobrevivíamos con proyectos de investigación de no mas de tres meses, docencia escolar o universitaria y/o algún eventual trabajo afín a nuestra profesión ; si es que no nos colocábamos en otros oficios que no tienen nada que ver con la profesión, como en la gran mayoría de los casos a nivel nacional) se conviertan de la noche a la mañana en uno de los profesionales mas solicitados por las empresas inversionistas que vienen operando recientemente en nuestro país.
No criticamos estas posibilidades de trabajo, pero si nos preocupa que no estemos preparados para semejante demanda, y esto está ocurriendo: la demanda obviamente se inclina para proyectos subvaluados y de fácil manejo presupuestal (modificación de montos previamente establecidos, demora en los pagos, etc.) y lo que es peor, la toma de decisiones individuales pone en peligro la integridad del patrimonio arqueológico, en pro de conseguir nuevas propuestas de trabajo en la misma empresa (lo cual creemos debería controlarse).
Es mas, no está del todo claro que tan efectivo y prioritario resulta ser un informe arqueológico para estas empresas. Ya se conocen de varios casos en que referidos informes son ‘letra muerta’ frente a la apertura de una zanja, el cableado de una nueva red eléctrica o la transformación del paisaje con fines extractivos (entiéndase minería, hidrocarburos u otros).
Los puntos débiles saltan a la vista y el sector crítico de esta debilidad es el nivel de organización, la posibilidad de establecer pautas generales establecidas a nivel nacional para todos los arqueólogos, la eterna necesidad de establecer un perfil profesional del arqueólogo y la urgente necesidad de eliminar los enfrentamientos personales entre arqueólogos que, en vez de construir, deterioran la posibilidad de plantear lineamientos nacionales para nuestra profesión, tanto en el aspecto de la investigación, difusión como en la defensa de nuestro patrimonio nacional.
Si bien el Gabinete de Arqueología Social surge como un círculo de investigación y debate sobre nuestra profesión, comenzar manifestándonos coyunturalmente sobre la problemática de la “Arqueología de Impacto” y la necesidad de consolidar un gremio que agrupe a todos los arqueólogos del Perú (llámese Colegio de Arqueólogos), constituye, no una simple opinión, sino una llamada de atención y una convocatoria a reunirnos para establecer puntos comunes de encuentro entre los arqueólogos de Cajamarca, Trujillo, Piura, Huaraz, Huanuco, Huancayo, Ayacucho, Cusco, Arequipa, Lima, Ica, Loreto, Puno, Moquegua y demás regiones que, habiéndose organizado o no, consideren de urgente necesidad llevar adelante la constitución nacional del Colegio de Arqueólogos del Perú .
Arqueología ¿para qué?
Reflexiones para un exceso de demostraciones y una práctica ausencia de acciones.
FALTA TEXTO
Javier I. Alcalde G.
ARQUEOLOGO: ¿Quién? Y ¿Para Quienes?
A mi maestro Luis G. Lumbreras Salcedo, quien me bajó rápidamente de la nube para pisar tierra y ser más coherente con el futuro.
Carlos Roldán Del Aguila Chávez
Varias veces nos ha pasado, a nosotros los arqueólogos que, cuando preguntan sobre nuestra profesión, nos enfrentamos a un sinnúmero de adjetivos, la mayoría de ellos nostálgicos y definitivamente frustrantes: “....ah que bonito”, “.....‘oe’ que loco eres”, “....yo también quería ser arqueólogo pero me dediqué a otra cosa mas rentable”, “....glup”.
Es decir, o estamos equivocados de camino, o tenemos vocación de irresponsables aventureros al estilo “Indiana Jhones”, o - y esto es lo que creo - la ignorancia de nuestra profesión llega a tal punto que terminamos resultando personajes pintorescos. Evaluemos.
¿Qué buscamos como arqueólogos en el Perú? o mejor aún, ¿a donde queremos llegar ejerciendo la Arqueología en un país ‘subdesarrollado’ como el nuestro?.
Lamentablemente todavía persisten los criterios erróneos con respecto a la utilidad de la Arqueología en el mundo actual; el ‘común de los mortales’ no pueden explicarse cómo es que en pleno siglo XX, existan personas que optan por las ciencias sociales o ‘peor aún’.... por la Arqueología, existiendo profesiones más útiles para el tan globalizado y ‘moderno’ mundo de hoy.
El Arqueólogo es un científico social, investigador que, a través de los restos materiales producidos por el hombre en el curso de su existencia, establece pautas culturales que le permite identificar formaciones sociales pasadas vinculándolas con las presentes. Su actividad se debe dirigir al pueblo, quien es al final de cuentas el beneficiado con la investigación. Para cumplir este objetivo existen las instituciones científicas y educativas quienes tienen la importante labor de procesar toda la información recuperada de los restos materiales para poder ser entendida por la mayoría de las gentes.
El arqueólogo actual (por lo menos el latinoamericano) ya dejó de ‘inventar’ fases cerámicas, ahora se dedica además, a buscar los mecanismos que se pusieron en marcha para crear ‘esas’ cerámicas; ya dejó de ‘descubrir sitios arqueológicos’, ahora los analiza para entender su funcionamiento, ya dejó de ‘buscar’ tumbas, ahora evalúa los contextos intactos de las mismas para entender la concepción de la muerte para los antiguos pobladores. Con toda esta información acumulada y procesada lo que se busca es construir una real historia del pasado que nos sirva de referente en la actualidad y que permita desarrollar nuevas propuestas para el futuro.
La labor del arqueólogo no solo se limita a realizar prospecciones o excavaciones arqueológicas, desarrollar la docencia sea cual fuere o escribir un libro; si bien esto último es lo fundamental para completar el ciclo de investigación de la carrera, no se toma mucho en cuenta y aunque parezca absurdo es otra alternativa en nuestro campo. Tenemos acumulado en todas nuestras experiencias profesionales abundante información de carácter científico social que debemos comunicarla a todos los niveles; las épocas de los secretos profesionales y/o la exclusiva en materia de evidencia arqueológica ya pasaron.
Y ¿que hay de la Arqueología Histórica? (incluyendo en este ámbito las evidencias coloniales, republicanas y contemporáneas), ¿y de la Arqueología Industrial?, no se trata de excavar fábricas abandonadas solamente, se trata de recuperar la memoria de dichas instituciones, generando colecciones, acumulando información de la historia de las mismas, constituyendo archivos fotográficos, de videos o de cualquier otro medio de comunicación; la perspectiva del arqueólogo en estos campos es bastante sensible......son opciones.
Durante los últimos 40 o 50 años, los arqueólogos peruanos circulaban por las universidades, principalmente nacionales, por el Instituto Nacional de Cultura, por alguno que otro museo o por la rama docente como profesores de Historia. Y no estaba mal, esto permitía vivir decorosamente, investigar y establecer un nivel intelectual de importancia.
Hoy las condiciones son distintas, la crisis ha calado profundamente nuestros bolsillos y ha ocasionado que valiosos prospectos profesionales se vean en la obligación de cambiar de giro o en el peor de los casos cambiar de profesión (no es tan absurdo eso de “......yo también quise ser arqueólogo pero me dediqué a otra cosa.....”).
Los que resistieron siguen considerando a las referidas instituciones como la única alternativa y no necesariamente es así. El campo de acción del arqueólogo ha crecido: Proyectos de impacto ambiental, Municipalidades, nuevos Museos, Empresas, etc. El problema es establecer la necesidad del arqueólogo en esos campos y esto toma tiempo pues es un problema de educación y eso es lo que falta.
La participación de los arqueólogos en la vida política nacional reciente fue de suma importancia, recordemos los casos de los estudiantes de La Cantuta; los comentarios de nuestros colegas determinó las características y diferencias entre un contexto antiguo y un contexto reciente, el estudio óseo de los restos también aportó de manera significativa en las investigaciones. Por más difícil que sea este campo requiere de nuestra urgente participación.
Si alguno de nosotros espera vivir al estilo de vida de los ricos y famosos, este no es el camino, nuestra riqueza se basa en la satisfacción de concluir un proceso de investigación y comunicarlo, difundirlo; nuestra riqueza y fama es interna, al incrementar el conocimiento que tenemos de nuestra sociedad con un dato mas de tal o cual cultura o sitio o tumba o basural...... en fin.
Estamos construyendo país, si bien no en la práctica como las actividades económicas extractivas o productivas, si en las conciencias de todos los que habitamos este pedazo de tierra que hemos venido en llamar Perú.
HUACAS: ¿Espacios Históricos?
A la gente, al pueblo, quienes, al final de cuentas deben ser los únicos beneficiados con la protección del patrimonio cultural.
Carlos Roldán Del Aguila Chávez
Incomodan, ensucian la cuadra, son muladares, lugares de vicio, antros que no tienen remedio,..... “deberían ‘nivelarlas’ y construir lozas deportivas.... y así promover al deporte señor alcalde.....”. Es común ya, en nuestro medio escuchar opiniones como estas, pero al final, todavía se mantienen... ahí, los mudos testigos de una parte de nuestra memoria, que se resiste a desaparecer. “....pero para qué quieren mantener ese cerrito lleno de tierra y basura....”.
Complejo, muy complejo..... Armatambo, Maranga, Mateo Salado, Pachacamac, en fin....... son ‘huacas’, o mejor aún complejos de ‘huacas’, que estuvieron antes que nosotros......y no molestaban a nadie, no eran muladares, ni antros, ni nada...... ‘eran’.
Huaca o Guaca viene del quechua y significa (según el ‘ayacuchano’ o el 2B) Sitio o cosa sagrada, con eso basta... pero actualmente, en la ciudad, tiene que ver con restos de edificios antiguos, de barro o tapia, que con el transcurrir del tiempo han ido cambiando de forma hasta convertirse en esos ‘cerritos odiosos’ que a la mayoría de la gente molesta.
Entender cómo es que llegaron a convertirse en esos cerritos irregulares, no es tarea complicada, la clave está en la educación, pero ese no es el punto, mejor evaluemos como es que resulta molesto o mas bien un estorbo edificios como la Huaca Huantille, Pan de Azúcar o Huallamarca, Corpus I y II o San Marcos; cómo han venido a convertirse en lo que son : promontorios irregulares de barro y piedras que no dicen mucho. Claro, no dicen mucho cuando no tenemos una base histórica que nos permita conocer lo que fueron.
Partamos de lo siguiente: los valles de Lima cuentan con una historia precolonial acumulada de 10 o 15 mil años de experiencia humana que se caracterizan por el normal y exitoso conocimiento y aprovechamiento de su entorno. Si a esto le agregamos los años transcurridos de vida colonial y luego republicana y además contemporánea, tendremos un complejo, contradictorio y diverso cúmulo de información histórica que es necesario conocer y procesar, para poder así conocernos y procesarnos (o desarrollarnos, que en este caso lo establezco como sinónimo).
Ahora bien, a las casonas coloniales, haciendas y/o palacios republicanos también las destruyen y ‘nivelan’...en aras de la modernidad y el desarrollo...dicen. Esto convierte el problema en un asunto mucho más complejo: Patrimonio, Identidad, Nación. ...y es real, pero concentrémonos sólo en las huacas. Es lógico, después de cientos de años de abandono y descuido, que no nos extrañe que terminen como las encontramos ahora.
Cómo y para qué conservarlas: los artículos que me anteceden tocan el punto, como lo hemos venido tocando en los números anteriores de “Andinas”. Y es que creemos que se debe hablar al respecto, se debe reclamar, protestar y defender nuestro patrimonio cuando es atentado y/o celebrar, felicitar y perpetuar el mismo cuando es atendido. No sólo hay que excavarlas para protegerlas, es más, excavándolas no necesariamente se protegen. La protección está en la medida que se conozca y se difunda.
La educación es la clave y no nos cansaremos de repetirlo, pues en eso creemos. Una Huaca se cuidará mas mientras mas personas conozcan de ella y aprendan a quererla, se identifiquen con ella. Así, la Huaca será cuidada, limpiada, ornamentada y conocida por los que se encuentren directamente involucrados con ellos: Los vecinos. Asumiendo esto, entenderemos que una Huaca no es propiedad privada, es un bien común a la comunidad, a la gente, a la nación que involucra, pues ella nos proporcionará datos de una historia que es común a la comunidad, a la gente, a la nación que involucra.
Lo que debería incomodar, molestar y ser nivelada para convertirla en loza deportiva es la ignorancia, la cual se vence hablando, comunicando, educando. Si las huacas están como están es por la ignorancia y si queremos que este problema se revierta, curemos la rabia y no matemos al perro.
“MEDICINA” para arqueólogos
A mi padre, quien con su brillantez de mente y perspectiva de médico, me enseñó a ver y discernir, de una manera más analítica y más humanista, las cosas mas importantes de este mundo.
Carlos Roldán Del Aguila Chávez
Cuando evaluamos las tres normas legales que últimamente se han dictado, perjudicando la integridad de nuestro patrimonio arqueológico, sentimos como una especie de malestar estomacal acompañada de una acidez sumamente espantosa y que, si no andas con cuidado, se puede convertir en una úlcera intestinal que te puede llevar a la tumba. Lo que me interesa resaltar de esta comparación es la desagradable sensación que te queda en la boca y que tienes que soportar hasta que el medicamento haga efecto. Pero, cuando no se sabe como tratar al paciente, es donde realmente el problema se torna serio y hasta peligroso.
Veamos...
A juzgar por las normas dictadas, nuestro patrimonio está en peligro: esto es evidente y nadie lo discute. El decreto Supremo 017-98-PCM duplica funciones exclusivamente competentes con las autoridades culturales (INC, Comisión de Arqueología, otros), generando una situación desconcertante para los profesionales involucrados en el tema; La Ley de Promoción al Turismo “selecciona” peligrosamente los sitios arqueológicos de carácter monumental y los deriva al sector Turismo, distanciándolos aún mas de los profesionales competentes para el estudio serio y responsable de estas evidencias; por último, el decreto supremo Nº 008-98-AG, da un ultimátum a los sitios para que se pongan “en regla” en materia de inscripción, con el dizque objetivo de aprovechar para la agricultura las zonas eriázas existentes en el país.
¡Gran ingenuidad!
Como si no supiéramos ya que mas del 80 % de los sitios arqueológicos en el país se ubican justamente en las zonas eriázas catalogadas por el Ministerio de Agricultura. Pues bien, la reacción no se hizo esperar, reclamos, cartas abiertas, marchas de protesta, reunión de arqueólogos, comunicación intensa vía todos los sistemas de comunicación posibles hasta el momento, con el único y vital objetivo de defender el patrimonio arqueológico del país.
Todos los profesionales en la materia nos unimos a una sola voz para proteger el patrimonio, pero parece que no estábamos viendo algo, específicamente el entorno de lo que significarían estas normas; el asunto, creo, se relacionaría mas con las estrategias del actual gobierno (con su particular modelo económico y proyecto reeleccionista), que con soluciones integrales para problemas urgentes. Las tres normas legales, tendrían como objetivo ‘proteger’ a la población y a la comunidad en sus necesidades básicas: vivienda y agricultura, además de trabajo para el sector turismo.
Bajo estos criterios, el pensamiento sería el siguiente: mientras nosotros los arqueólogos nos desgarramos las vestiduras por los edificios y las gentes muertas, vale decir huacas, entierros, restos materiales diversos, el gobierno, “protector de los desvalidos”, se preocupa por conseguir tierras de cultivo y áreas de vivienda para los mas necesitados, además de constituir fuentes de trabajo para diversos sectores vinculados al turismo, inclusive para nosotros los arqueólogos que nos quejamos de todo.
Si bien nuestra protesta se basa en la protección del patrimonio, fuente de identidad y de riqueza, para la gente, bajo los criterios antes mencionados, quedamos como revoltosos, criticones y pesimistas, que no hacemos ni dejamos hacer.
No creo que debamos caer en este juego, tampoco creo que debamos quedarnos callados, pero nuestro accionar, pienso, se debe concentrar o reforzarse más en el ámbito educativo a todos y en todos los niveles de la población. Si bien es un mecanismo más lento y difícil, es una salida que, como científicos y educadores, nos atañe. Esto no quiere decir que bajemos la guardia, ni nos distanciemos de los aspectos legales que se preparan todos los días en este gobierno. Muy por el contrario, debemos estar atentos y vigilar, desde cualquier ámbito, que los pocos testimonios que nos quedan de nuestra historia no desaparezcan para siempre.
Esto último es primordial para quienes como arqueólogos ocupamos funciones públicas. Si de algo sirvió esta afrenta contra el Patrimonio de nuestro pueblo, fue que dejamos de lado nuestras diferencias profesionales y nos unimos a una sola voz (espero nomás que esta actitud sea por proteger las fuentes de nuestra identidad como pueblo que por proteger un puesto de trabajo o la fuente de trabajo). Sí, nos unimos a una sola voz, mas allá de las instituciones particulares y privadas y no estuvimos solos, los profesionales afines a nosotros, se plegaron a nuestra protesta.
Estando las cosas así, debemos elevar nuestro nivel profesional y salir a hablar, y también a protestar pero educando y proponiendo. Explicando que si destruimos este patrimonio monumental, que en gran parte se encuentra en zonas eriázas, cada vez estaremos más lejos de encontrar las fuentes necesarias de conocimiento y de identidad histórica para salir del subdesarrollo. Si destruimos esas huacas, conoceremos menos de como nuestros antepasados enfrentaron el problema de vivienda 500 años antes y de manera racional y ordenada.
Si arrasamos con nuestro patrimonio, cada vez estaremos mas lejos de conocer y aplicar el modo como nuestros antiguos peruanos desarrollaron la agricultura y abastecieron a grandes poblaciones; y que, si dejamos nuestro patrimonio monumental en manos de descontrolados empresarios, lo que estaremos haciendo es contribuir a inventar una historia que no es nuestra o que no tiene base científica, de la cual debemos sentirnos orgullosos.
¿Que la Cultura y el Patrimonio puedan ser rentables?... Sí, pero si no se aprovecha profesional y controladamente, este se consume, se deteriora y se pierde, por lo tanto, se debe ser cauteloso y muy responsable. La Cultura y el Patrimonio son recursos no renovables.
Cuando detectamos un dolor de cabeza, no podemos automedicarnos así nomás un analgésico, no vaya a ser que sea el comienzo de un aneurisma y nos lleve, más por ignorancia que por salud, hacia la muerte. Igual es con el Patrimonio, no es broma.
LA UNIDAD 42
Un triste y doloroso símil de la realidad de nuestro patrimonio
A la imaginaria expedición científica conformada por mi familia y amigos
Carlos Roldán Del Águila Chávez
Cuentan una vez, hace mucho tiempo, que un grupo de expedicionarios motivados por la búsqueda de la historia de una región, esa historia no escrita, concretaron un acuerdo de colaboración con una comunidad contemporánea, humilde, necesitada de recursos y servicios básicos, para la investigación de su patrimonio circundante a través de la investigación rigurosa y académica, la que permitiría entender los procesos que antecedieron su presencia en esas tierras, sus tierras.
Había poco tiempo y mucha angustia por parte de los pobladores por evitar que les quiten sus tierras. El estudio iba a determinar el potencial arqueológico de la zona y podría despistar cualquier evidencia cultural aleatoria que se identifique, además permitiría a los pobladores resolver un problema de afectación de restos culturales que de tiempo atrás se venía produciendo. Es decir, los objetivos reales no tenían nada que ver con el valor histórico de la zona...los pobladores no querían aprender, solo querían vivir en paz.
Empezó el trabajo, se le encargó el estudio a la mas joven de las investigadoras del grupo, procedió a intervenir la zona elegida a partir de intervenciones del terreno en área, para despistar lo mas pronto posible la posibilidad de evidencia mas compleja que un simple hallazgo aleatorio. Se evaluó el territorio palmo a palmo; no se encontraba mucho, algunos pocos restos dispersos de vajilla y alguno que otro fragmento de hueso, parecía todo material de acarreo aluvial. Pero esto no debía ser tan sencillo, si se decidió intervenir el área fue porque se encontraba asociado a uno de los complejos habitacionales mas extensos de loa región datado en épocas tempranas, del periodo medio mas precisamente .
Pero una tarde, cuando ya los recursos económicos de la expedición eran escasos y había que terminar pronto el estudio, se descubrió lo que podría tratarse de un alineamiento de piedras que podría inferir un posible muro o estructura similar; la Dra. Alejandra Chávez, que era como se llamaba la responsable de los estudios, detuvo los trabajos ahí, convocó al directorio científico de la expedición y planteó el tema. Los doctores Fernand Wolfenstein y Paulus Grondrix, principales junto con la Dra. Chávez del buró científico del grupo; analizaron la situación, las sospechas que se tratase de una estructura eran muy claras, no se esperaban encontrar estas, pero así es esto, cuando uno menos quiere ahí están. Quedaba la posibilidad de intentar documentar y “retirar” la estructura si se trataba de un alineamiento aislado. Con la aprobación de los asesores científicos Iñaki De Burgos y R.P. Fernando Guatemala, renombrados científicos que respaldaban las investigaciones, se decidió ampliar las excavaciones al día siguiente y priorizar los esfuerzos dispersos en los otros equipos de campo en esa zona, para acelerar la ampliación de la zona. Se fundamentó esta decisión en el hecho que, al tratarse de evidencia nueva y atípica, esta debía ser documentada de todas maneras. El tema problema no era el posible hallazgo, era las posibles consecuencias sociales si este se complicase.
Así fue, en la mañana siguiente, se amplió el alineamiento, este se formalizó al ser profundizado, luego formalizó una esquina, dos, tres y cuatro, definió un acceso principal y dentro de esto, determinó tres recintos interiores que constituían una unidad de vivienda en muy buenas condiciones de conservación y con la posibilidad de documentar evidencia de uso de la referida residencia.
La estrategia de campo involucraba estas evidencias en lo que se llamó la Unidad 42 (Unidad de análisis experimental de campo). Todo el equipo trabajó arduamente en definir el potencial del hallazgo, se ubicaron tiestos con decoración muy antigua, del periodo temprano, involucrando además restos de actividad especializada asociada a labores de trabajo fino en metales, filigrana para ser precisos, lo que nunca había sido documentado para el referido periodo; todo esto en una unidad de vivienda, una residencia al parecer común, una simple casa del periodo temprano, esto motivaba el desarrollo de importantes hipótesis de trabajo para entender este nuevo dato, pero ........ ¿y los pobladores?..... Ah claro, perdón, como comprenderán una noticia tan valiosa y apasionante como esta para la arqueología de la región no tardó en darse a conocer, llegó a todos los oídos y círculos científicos e intelectuales del momento, también a la población circundante. Entonces ellos pensaron, si este hallazgo trasciende no podremos entrar a la zona, por tanto no tendremos nuestra tierra!!!
Los 41 experimentos arqueológicos anteriores no habían traído problemas, este, el 42 trascendió el nivel metodológico clasificatorio y se convirtió en realidad, en un momento no precisado, la Unidad 42, se constituyó en la denominación de la casa temprana encontrada, no se le llamó recinto o estructura o ambiente, no, fue así a secas “Unidad 42” .
Se había llegado a un resultado fabuloso: la primera ocupación del sitio y con impresionante evidencia de uso; pero, ¡oh problema! Este hallazgo impedía resolver el problema de límites de la población contemporánea y el sitio arqueológico, a menos que se disminuya el territorio de la comunidad o se encuentre otra salida.
Los pobladores se preocuparon mas, el riesgo a que pierdan su espacio en comparación a que pierdan su historia les preocupaba mas, les mortificaba mas, les indignaba mas. No quisieron mas ciencia, quisieron sus tierras. Era ese el momento de sensibilizarlos, de dialogar, de aprender mutuamente unos de otros; llegando a un acuerdo se pudo haber involucrado mejor a los pobladores con su patrimonio, con su historia, la cual no valoraban, no entendían, ignoraban.
Los líderes y políticos del momento vieron la ocasión de ganar votos, de sacar partido, de asegurarse un puesto, una curul y presionaron para que a esa “pobre gente” no le quitaran sus tierras.....¡pero, si nadie quería eso!, es mas, era la mejor oportunidad de arraigarse históricamente de esas tierras...solo había que hablar.
De la nada o de por ahí apareció un “negociador” un oficioso funcionario, también arqueólogo el Barón Miquelius George Mackman, antiguo profesional que no había podido aportar mucho al conocimiento científico pero que, por favores políticos de los gobernantes de turno, fungía un puesto de asesor en los temas de arqueología. Al encargársele el tema dijo: “pero porqué no se resuelve el tema de raíz, si la U42 es el tema de conflicto, porqué no trasladan esta a otro sitio”.....¿¡¡Qué!!?.
Los políticos y dirigentes aceptaron la idea, los expedicionarios liderados por Alejandra Chávez se rehusaron a realizar semejante trabajo, se retiraron de toda negociación de ese tipo que intentaba ser impuesta. “No es posible” dijeron a sola voz...¡Sí lo es! dijo el asesor; y así fue, lo hicieron, se buscó a otro equipo que realizara el trabajo mas rápido y mas barato y listo, asunto resuelto .
Pues bien, esta relato termina así, la U42 (experimento arqueológico) fue arrancada de su matriz, de su contexto, fue cortada en pedacitos y trasladada.....a otro lugar donde no moleste a nadie, sin conocerla bien, sin entenderla aún, al lado de unos edificios modernos, porción de la zona arqueológica donde se proyecta construir infraestructura cultural y que deberá liberar toda evidencia cultural para ubicar la construcción, tal vez también la U42. el conflicto social, menguó, no se resolvió, pero se calmó, los votos se garantizaron y la residencia mas antigua de la zona fue olvidada y “acomodada”.
No se valoró el potencial documental, no se intentó incorporarla a su nuevo tiempo, a su nuevo uso, solo se resolvió la coyuntura y lo mas pronto posible. Solo quedó un olvido y un expediente del caso.
Años después, un concejal y dos funcionarios del estado involucrados en el caso fueron condenados a 2 años sin carcelería efectiva por delitos de nepotismo y tráfico de influencias en el régimen anterior, los pobladores de la zona se vieron en la obligación de replantear su ubicación de lotes en la zona de conflicto porque aparecieron mas evidencias algo tardías en la periferia de los realizados de periodo temprano. El equipo de expedicionarios y sus asesores científicos promovieron el diálogo entre las autoridades y las poblaciones con similares conflictos y constituyeron una importante unidad de salvataje arqueológico para estos casos que actualmente brinda servicios de asesoría para administraciones regionales y locales en diversos países. El barón Mackman se vio envuelto en un lío de difamación por Internet del cual todavía viene pagando una millonaria indemnización a todos los perjudicados; este caso a sido apelado por Mackman quien pretende relacionarse con el próximo gobierno para recuperar sus millonarias pérdidas. Y la U42, actualmente viene siendo utilizada como relleno sanitario, basurero general y baño público de la población vecina; se han realizado recientes campañas de limpieza pero los escasos recursos municipales y comunales no les permite realizar un buen trabajo.
Este relato tiene varias aristas. Primero, ¿porqué se tuvo a la ciencia tan alejada de los beneficiarios mas importantes, la gente?. Segundo, el criterio de contexto no primó, o no se entendió o peor aún, no importó. Tercero, al decidir “arrimarlo” se decidió realmente eliminarlo, creo yo que mas saludable y honesto hubiese sido documentarlo y rescatarlo, desmontarlo si quieren, pero solo si no había otra salida o no era el único lugar mas antiguo del sitio....tal vez si lo era.
La problemática de los sitios arqueológicos con superposición de uso contemporáneo debe dirigirse a generar propuestas innovadoras y alternativas de gestión. Estos casos son privilegiados para desarrollarlos. Actualmente no se está haciendo mucho al respecto.
El valor documental de los sitios debe ser la prioridad en toda acción de intervención, sobre cualquier cosa, porque estamos hablando de construir historia no de rediseñarla trasladando los sitios donde “no molesten”. Tengo la total seguridad que si se actúa con inteligencia y respeto, se pueden generar alternativas novedosas que no perjudiquen ni a las poblaciones aledañas ni al patrimonio.
Este relato es imaginario y triste también, no por el tema que nos llama a la reflexión, sino porque por mas alucinante que suene, la mayoría de el realmente ocurrió .
Pueblo Libre, marzo del 2005
Cultura – Recursos – Gestión: Triángulo que no cierra.
A los empresarios, que creen, y ojalá lo sigan haciendo, que algún día las cosas cambiarán.
Carlos Roldán Del Aguila Chávez
Todavía se tiene la idea en nuestro medio que la empresa privada con la cultura no hacen una buena fórmula, que las empresas solo sirven en la cultura para cambiar su imagen capitalista, explotadora y que se aprovecha del trabajo cultural para aparentar una imagen de “culturoso” benefactor. Todavía hay gente y grupos de gentes que piensan así. Pero también los hay en una ruta diametralmente distinta: dicen algunos otros ....“es la única forma que podamos investigar y proteger nuestra cultura, por eso, mientras nos den dinero, que hagan lo que quieran”. Tampoco pues.
Creo que los dos enfoques están errados en las dos posiciones, ni uno ni otro.
Ni uno porque ninguna empresa en el medio va arriesgar nada para salvar el patrimonio cultural, si es que no se planifica bien las repercusiones benéficas de esa inversión; lógico, son empresas y aquí en nuestro medio, la cultura filantrópica no está del todo desarrollada o formalizada. Ni siquiera la filantropía se estructura de esa forma. Por tanto, hay que reconocer que el esfuerzo de las empresas privadas de nuestro país se han constituido en un esfuerzo heroico para gastar (que es el término mas adecuado) en cultura. La salida inmediata que se ha encontrado para paliar el problema de impuestos, que no está normado en nuestro país, ha sido la figura de la donación y de esta forma, se ha podido canalizar todos los esfuerzos en esa dirección.
Ni otro porque no tenemos ni debemos “regalar” nuestros patrimonios con tal que nos den algo de dinero no se trata de entregarse al primero que pase, se trata de entender que el tema de recursos financieros es un tema mas complejo que el mismo dinero, es un tema que involucra aspectos de gestión, de posibilidades concretas de canalización de recursos y no necesariamente de encontrarnos un “mecenas” (¡Ah! me acuerdo, hace años que se discute una ley de mecenazgos y todavía nada.....como la filantropía)...por aquí no es el camino.
A ver:
He tenido la oportunidad de participar en los dos extremos y el punto medio del manejo y gestión del patrimonio cultural, vinculado al tema de exposiciones. Desde iniciativas individuales y/o colectivas de remontaje de antiguos museos casi en situación de cementerios donde tuvimos que tocar de puerta en puerta para conseguir recursos económicos, hasta las posibilidades excesivas de disponibilidad de recursos para realizar mega exposiciones dentro del principal organismo financiero del país, además del “punto medio” le digo yo, de trabajar con recursos del Estado, donde no es que no existan recursos sino que los pocos que existen son difícilmente canalizados a los destinos que se plantearon.
En todos estos casos, el factor común lo establece las iniciativas individuales de cada sector y la inadecuada distribución de los recursos disponibles. En todas estas oportunidades pudimos llegar a buen término en las actividades culturales que nos propusimos concretar, de manera que hay otro factor a considerar, la capacidad de gestión de los recursos y de la actividad cultural en su conjunto. La creatividad de la gestión en cultura te permite organizar las posibilidades de acción, administrar las posibilidades de manejo de recursos y distribuir las capacidades humanas en beneficio del patrimonio.
Creo que una manera gráfica de entender la situación esta es compararla con un triángulo cuyos lados no cierran, es mas un triángulo equilátero que tiene sus tres lados iguales, que no se explica porqué no encajan, si deben hacerlo. Esto permite describir geométricamente la sensación: “si esto debe funcionar, ¿porqué no funciona?”. Algunas veces ciertos lados de ese triángulo se enganchan y parecen funcionar a la espera de engranar con el otro lado, pero, cuando esto ocurre, algún ángulo se desprende, sin explicación alguna.
Las causas de este incierto desacuerdo las encuentro en la carente o insuficiente existencia de planes directores de cultura, en la falta de aplicación de todos los intentos de pensar como país en un proyecto nacional de gestión de la cultura donde los agentes activos cumplan su verdadero rol y no se dediquen a innecesarias labores administrativas y burocráticas que no ha beneficiado en nada a la verdadera labor cultural.
Creo además que las salidas a esta incertidumbre están visibles, mas cerca de lo que aparentan. Desde afuera nos ven desorientados y se ven las salidas, pero, como todo en esta vida, si no estás bien colocado o si no eres un loco extremista luchando solo por el patrimonio cultural, poco o nada puedes hacer.
Vuelvo a mi refrito de plantear como lo hago cada vez que puedo, que las alternativas concretas las veo a mediano plazo, para que lo disfruten mis hijos y los hijos de nuestros hijos. Educación, difusión, promoción, palabras claves algo ya trilladas pero fundamentales para lograr que esto no se convierta en un círculo vicioso.
Hay que innovar, trascender y arriesgar en propuestas diferentes de gestión, que incluyan participación activa de los involucrados y los “consumidores” de cultura....osea todos pues.
Si el triángulo equilátero no cierra bien o no encaja, no es porque no usemos bien las escuadras, es porque sabiéndolas usar, no las colocamos como deben y alguien debe explicarnos de nuevo como usarlas. Formemos gentes, comuniquemos mas, no encuentro hasta ahora otro camino mas concreto y lógico que ese.
Cuando la política de Estado cree no dejar registro arqueológico.
A todos los desaparecidos del Mundo.
Fernando Federico Fujita Alarcón
En la fría madrugada del sábado 18 de julio de 1992 fueron secuestrados un catedrático y nueve estudiantes de la Universidad Nacional Guzmán y Valle, más conocida como La Cantuta.
Hacía poco tiempo que el gobierno de facto había realizado su autogolpe de estado y actuaba impunemente bajo el pretexto de la seguridad nacional y la lucha contra las huestes minoritarias de Sendero Luminoso; y dentro de su estrategia incluyó la aplicación del terrorismo de estado y empleó como uno de sus instrumentos operativos a un equipo de aniquilamiento, el autodenominado Grupo Colina.
Casi un año después de aquel secuestro se convocó a especialistas en Arqueología a participar en una discreta inspección con representantes de la ya desaparecida revista peruana SÍ , en Cieneguilla; junto con un equipo médico y periodistas llegó un Arqueólogo poco después del alba y antes que llegasen otros periodistas y representantes de derechos humanos pues se necesitaba confirmar antes una información ofrecida por intermedio de un representante político, el señor Roger Cáceres. Se hizo una revisión de la zona donde se detectaron huellas de botas tipo borceguíes en la superficie de una pequeña quebrada y se llevó a cabo una actividad de registro arqueológico mediante el cual se detectó la matriz de un hoyo y casi en superficie se registró tierra quemada mezclada con arena y restos óseos junto con otros elementos como un juego de llaves, todo ello contenidos dentro de una caja de cartón grande de cigarrillos Hamilton.
La primera impresión fue ratificada por los médicos. Sí, eran restos humanos calcinados de forma incompleta; y además se confirmó revisando exhaustivamente la zona que dichos restos fueron quemados en otro sitio (la arena era fina y no correspondía a la gruesa de dicha quebrada, además ese tipo de arena no se halla en zonas de quemas de lomas cercanas). Cuando llegaron los demás periodistas nacionales y extranjeros ya se había terminado el estremecedor trabajo y estaban listos para asesorar en la información a la prensa y a los miembros de los derechos humanos, aunque todavía faltaba saber la identidad de los individuos, mas por las informaciones confidenciales se suponían que eran los restos de los alumnos y el profesor que fueron secuestrados en La Cantuta.
Dicha información fue confirmada por la identificación de algunos elementos que contenían aun trazas del ácido desoxirribonucleico (ADN) confrontado con los parientes vivos, identificación de los restos de ropa, y en especial del juego de llaves que entre ellas hubo dos especiales, una que habría un casillero en la mentada universidad y otra de las puertas de la casa de la misma persona.
En el ínterin, se montaron maniobras de distracción como las que representaban los tristemente célebres señores Siura y Chávez de Ocampo en los medios televisivos y en medio de las sesiones del Congreso; en un momento Siura y compañía afirmaron que los desaparecidos se habían “autosecuestrado”, y después que no sólo se habían “autosecuestrado” sino que se habían suicidado para enlodar al gobierno de facto, claro está que nunca explicaban cómo hicieron para luego de fallecidos se autoincinerasen en un sitio, y luego se autocolocaran en una caja y se autoenterrasen; todo ello solos y sin ayuda de nadie.
Trucos de magia que ya les hubiese gustado tener a Harry Houdini o a David Copperfield, o a los ficticios Mandrake y Harry Potter.
O eran casualidades y negaban la verdad, como aquella mentira que las llaves no eran las de uno de los occisos, pues un manojo de llaves que se hubiesen puesto al fuego se hubiesen deformado irremediablemente. En una entrevista el señor Siura ratificó esta idea y mencionó más o menos que ‘...y que en muy pocos minutos las llaves se deformaban si eran expuestas al calor, y eso lo sabía cualquier ama de casa ’, pues se hizo un experimento que duró aproximadamente media hora, y por supuesto que las llaves no se deformaron ante el calor intenso.
En otras palabras y en resumen, se confirmó que los restos hallados en la caja de cigarrillos Hamilton pertenecían a los secuestrados por el Grupo Colina; mas eso no fue todo, hubo más escarnio ya que el Gobierno de ese entonces y por intermedio de los órganos estatales, entregaron a los deudos los restos en cajas de película Kodak y en caja de leche Gloria; y para mayor Inri se aplicó un muy suave castigo a los que ejecutaron esta matanza (hasta el momento no se han castigado a los autores intelectuales del hecho) en una forma y maneras que indicaban los verdaderos pensamientos de un Gobierno o Dictadura Pretoriana.
Ahora, a más de diez años del secuestro y asesinato en serie no se han juzgado y castigado realmente a los autores intelectuales de estas matanzas, donde lo que acaeció aquella madrugada del 18 de julio de 1992 es sólo un mínimo ejemplo de lo que sucedió en una parte de América; mientras no se cierre el ciclo de la justicia correremos el riesgo de que queden impunes y se repitan nuevamente en cualquier parte del Mundo.
Lima, 12 de enero de 2005
Acerca de la Independencia en el Mundo
A mis hijos, a los niños de los pueblos sometidos, a los niños de los pueblos en guerra; a los hijos de los verdaderos revolucionarios porque de ellos es el futuro.
Fernando Federico Fujita Alarcón
Primero haré un manifiesto de lo que pienso acerca del Patrimonio Histórico y la Identidad Histórica. Igualmente debo solicitar que discúlpenme mi redacción y mi lenguaje barroco, discúlpenme a veces mi emotividad, pero yo creo que el sentimiento y la objetividad no son contradictorios en un científico social, y mucho menos cuando se busca la verdad y la independencia real de nuestros pueblos mientras escucho las risas de los niños que juegan.
Pero basta ya de tantas palabras y vayamos a lo nuestro.
Teniendo en cuenta que el Patrimonio Histórico, en su más amplia diversidad, es la base del desarrollo de todos los pueblos, particularmente de América Latina o América simplemente a la cual considero más afecto por ser mi cuna; en otras palabras, el Patrimonio Histórico es el eje en el cual se enlazan y se superponen todas las actividades sociales productivas, reproductivas y culturales que buscan sus propias soluciones a sus problemas, pero de forma general.
Considero que así mismo, en su plenitud y sumatoria, la Identidad Histórica, es además la base y el pilar fundamental para el desarrollo económico y social de nuestros pueblos, y la Identidad Histórica se logra cuando se reconoce un pueblo y suma, no diversifica, sus vertientes y comprende sin prejuicios el presente para pensar en el futuro.
Por ello, teniendo en cuenta la existencia de normas y leyes de las más modernas y “hermosas” que existen en el mundo; éstas no se aplican en la realidad por el divorcio existente entre el Patrimonio Histórico, tanto material como inmaterial, y los actuales grupos humanos que integran una sociedad actual. Este divorcio conlleva serias consecuencias, entre ellas, la desaparición física de nuestros acervos ancestrales, creándonos una suerte de anomia general en este mundo que día a día genera más desarraigo y la pérdida de posibilidades de volver a tener un futuro libre y autónomo, en este mundo que ahora se le llama Aldea global, concepto que fue inventado por aquellos que quieren fragmentar y parcelar más el mundo para gobernarlos mejor; esta aplicación de dividirás y vencerás es más vigente y aplicado por aquellos pueblos que no tienen realmente cultura ni verdadera historia, estos buscan destruir para comenzar algo nuevo, desde cero (que es lo que tienen) e imponer un nuevo orden y seguridad para ellos.
¿Pero cómo llegamos a esta situación?
Durante siglos, desde que existe la especie Homo Sapiens Sapiens, hemos sentido la necesidad de reproducirnos y mantenernos asegurándonos los recursos vitales y en la cantidad adecuada frente al empleo y desgaste de energía, o simplemente el trabajo.
Una vez que pasamos de ser unos simples depredadores de la naturaleza, y al conocerla más, comenzamos a transformarla para satisfacer las presentes necesidades; es en este momento crucial en que se divide la sociedad de acuerdo a la participación productiva de cada grupo , en un primer lugar los productores directos (que siempre son más) y los productores indirectos (los menos) que se hacen necesarios porque cada vez se dedican más a adquirir conocimientos explícitos del tiempo y la organización para usarlos al servicio de los productores directos, y luego dominarlos con el disfraz de religiones, tabúes, leyes; se inventan también las elites teocráticas entre otras al abandonar el consejo y consenso colectivo .
Desde esa época los pueblos se han expandido, guerreado y conquistado territorios y poblaciones para poder satisfacer las necesidades de sus propios gobiernos o estados (entiéndase como las elites gobernante) y asegurarse el control de recursos y producción y reproducción continua del statuo quo.
Tanto Tawantinsuyu como Roma, aplicaron el sojuzgamiento de otros grupos para apoderarse, controlar y distribuir recursos, así como obtener un atesoramiento y consumo de bienes; para lograr ello usaron políticas que implicaba desde las alianzas hasta la aplicación de las guerras, estas últimas como males necesarios porque en ambos casos lo que importaba al final no era el botín, era realmente la cantidad de gente productiva, en otras palabras mientras más gente hubiese más producción habría, mientras más producción más riqueza para la elite, por ello era siempre escaso el exterminio de poblaciones enteras como Huarco o Numancia. Otras de las actividades era la incorporación de los conquistados como ciudadanos y parte del imperio, en todo caso tenía la obligación de trabajar y/o pagar tributos al imperio; pero otras eran con las colonizaciones y gobiernos de los territorios conquistados (a nombre del estado) que eran otorgados a poblaciones aliadas como premios y reciprocidad. Otras veces se trasladaban poblaciones (en el caso del Tawantinsuyu) desarraigándolas para siempre por ser rebeldes.
En el ínterin de estos dos acontecimientos mundiales, unas pequeñas naciones en guerra entre sí comenzaron a expandirse en gran escala debido a varias razones; entre ellas por el dominio de territorios, vías comerciales y materias primas para someterlas ; para ello necesitaban contar con más recursos para continuar sus guerras y estas habían sobrepasado el nivel productivo de sus pueblos; en esta época y a pesar de las pestes, en un momento se calculó el 25% de la población murió de enfermedad, mas aumentaba la población en medio de hambrunas. Algunas se dedicaron a explorar y buscar nuevos territorios con el fin de explotarlos como España y Portugal, y los otros con menos fortuna pero con ellos surgieron como políticas la piratería como Inglaterra, Holanda y Francia.
Algunos países como Portugal y España optaron por la colonización general de sus territorios y en un menor grado aceptaron a cambio el mestizaje cultural y étnico (fenotipos) para lograr una mejor explotación de los recursos que se necesitaban para sustentar a sus metrópolis; otras naciones se dedicaron a fundar factorías comerciales como lo hicieron los holandeses y los ingleses para luego iniciar sus avanzadillas y dominios del territorio.
Si bien en los primeros casos cuando existía una rebelión estas eran apagadas a sangre y fuego, más nunca en un exterminio total; el exterminio total se empleó por países como Inglaterra cuando no podía controlar una población y eran reemplazados por gente esclavizada del África (v.g. Jamaica) ejemplo que fueron mejorados por sus ex colonias con las expulsiones y desarraigos que le llaman Reservas. Pero la más cruel de las políticas esclavista que se han dado en la humanidad se sucedieron, a finales del S. XIX y bien entrado en el S. XX, y se aplicaron en África (y cuyas repercusiones tienen aún) cuando Europa y EE.UU. de América se repartieron este continente; se le entregó a Bélgica un territorio con el nombre de Estado Libre del Congo (después se le conoció sólo como era en realidad Colonia Belga del Congo) en que se creo primero la Asociación Internacional Africana y luego las nefastas Société Anoyme Belge pour le Commerce du Haut-Congo y la Compagnie du Katanga para la explotación del marfil y otros recursos y donde la corona belga, Leopoldo II, era el socio mayoritario . Llegó a tal nivel la esclavitud y expolio que los mismos europeos quedaron asqueados.
Pero mientras esto sucedía, el resto de los miembros de la Convención, aplicaron una política basada en el axioma romano de Divides et Vinces (divide y vencerás) fomentando no sólo la colonización y las factorías, sino que comenzaron a dividir grupos étnicos o crear nuevos en Eurasia y África; en la primera región tenemos que los ingleses crearon nuevas regiones y países como Irak, Siria, etc... o como una nueva nacionalidad como los Kurdos entre cuatro países (Turquía, Irak, Irán y Siria) que dependiendo se ubiquen son buenos o malos sin saber realmente los orígenes de los males están en otro lados y no entre ellos.
Estas divisiones son parecidas a las que realizó Francia en sus territorios como la ex Indochina, o los holandeses en Asia y en parte de América; e igualmente es el caso de España en su última y fracasada aventura colonialista en Marruecos.
A finales del S. XIX y en los setenta años del S. XX aun existían estas colonias cada vez más dividas, pero tenían el nombre eufemístico de Protectorados o Estados Libres Asociados; protectorados que más o menos son controlados por países extranjeros en todo el orbe, y es más, bajo otras palabras como Libertad, Democracia, etc.. se crean guerras para dividir más, vender más armas y obviamente controlar los recursos; cuando no resulta esto los invaden para quitarles sus recursos y el intento de vivir solos en un futuro adecuado y alternativo; o simplemente sabotean sus intentos de aliarse contra la pobreza como los finados Pacto de los No Alineados o MERCOSUR aprovechando las debilidades e inclinaciones de algunos gobiernos de turno que esperan recoger migajas del festín.
De estas y otras maneras se fomentó y se fomenta la atomización que ha servido de caldo de cultivo del ultra nacionalismo en todo el Mundo, tanto ultranacionalismo que hasta esos países se han contagiado en esta nueva y peligrosa pandemia.
¿Y en América qué?
Lo mismo salvo que nuestras diferencias están más consolidadas al respecto; que tampoco es para ponerse contento. Después de las guerras de emancipación política (algunos dicen que guerras de independencia) y del caos, se demostró claramente que las injusticias iban a continuar, puesto que la elites criollas habían reemplazado a las metrópolis en el expolio de los pueblos; asimismo hemos pasado de ser un continente a ser varios países que fueron divididos por intereses internos como los de Bolivia o Ecuador, y/o intereses extranjeros que en todo el mundo han creado conflictos entre países hermanos como fue la Guerra del Pacífico en que Chile, armado y entrenado por Inglaterra se enfrentaron y vencieron a Bolivia y al Perú; o la Guerra del Chaco; o cuando los ingleses comenzaron a apropiarse de territorios de Venezuela o los de Honduras; o sencillamente cuando los EE.UU. de América se aplicó la doctrina Monroe de usarnos como ellos quisiesen; ahora esta el Fondo Monetario Internacional como el más efectivo instrumento de dominación política y económica.
Claro está que muchas veces estos conflictos contaban con las alianzas internas, a sabiendas o no, para crear las condiciones de inestabilidad geopolítica; es obvio que estas alianzas eran hechas por las elites y no por los pueblos, que sean ganadores o perdedores igual pagaban el pato como dicen los españoles antiguos; pues es tan pueblo las tropas y los colonizadores usados como carne de cañón como los pueblos que son invadidos quienes sufrían, y sufren, las penurias de esta tragedia mundial.
¿Qué hay realmente de la igualdad, fraternidad y lo demás?
La famosa independencia americana y la revolución francesa sólo es para las nuevas elites para los burgueses. Ergo, la igualdad y la fraternidad son para los iguales entre sí, aunque suene a perogrullada redundante, estos conceptos liberales política y económicamente son para los miembros de una clase social, la elite que desde ese momento gobiernan y ajustan todas las normas para que así sea y mantener a sus aliados-muletas alejados y sometidos de manera extrema, donde se dan los mayores beneficios a unos y más deberes a otros.
Y esos otros somos quienes hemos sido, y seremos, la carne de cañón de todos estos procesos en que unos pocos se benefician alegremente mientras existan las desigualdades de oportunidades de desarrollo; mientras existan desigualdades en la producción y en la distribución de la riqueza; mientras aun exista la explotación de los pueblos.
Existe esta manifestación de sojuzgamiento actualmente; el otro día viendo una película gringa, una parodia muy graciosa sobre el mundo de la moda y de los estereotipos de los modelos masculinos, pero que se observa que la trama es la crítica (consciente o no) de la explotación por las transnacionales (elite) en la búsqueda del ahorro para lograr los máximos beneficios a costa de la explotación de los niños de un país asiático, el cual es rechazado y prohibido en ese país, y como se planea la eliminación del representante de ese osado gobierno asiático que ha tenido el atrevimiento de quitarles sus regalías.
Eso sucede todos los días y en muchos países del mundo; para que se den cuenta basta revisar las etiquetas de fabricación de muchas marcas famosas de productos de consumo dirigidos a la clase media o la clase más pudiente de nuestros países.
Pero ustedes dirán, pero si esos países están dándonos ayuda para el desarrollo, nos están condonando deudas, si ellos están reuniendo fondos materiales y económicos para regalarnos a nosotros, los pobres del tercer mundo o del otro mundo; si esos países hacen enormes y costosísimos eventos internacionales o foros culturosos para llamar la atención de que existe el hambre y la pobreza fuera de sus fronteras; si ellos quieren que nosotros tengamos sus estándares de vida. Pero que hay de cierto en todo esto.
Realmente lo cierto es para paliar conciencias cuando las hay, para evitar muchas veces pagar y recordar las reales deudas históricas de las veces que a costa nuestra se salvaron del hambre y de la inopia; nos condonan las pequeñas deudas y no las grandes que también nos coactaron a aceptar; nos regalan los que les sobra y no comparten los que tienen; no nos aceptan como nosotros los aceptamos. No queremos que el estándar de vida se mida por el nivel de consumo y gasto de recursos , sino simplemente por el de felicidad y recreación de recursos; no necesitamos asistencialismos; no necesitamos que hablen de nuestras miserias frente a las suyas; no necesitamos que nos den la mano. Lo que realmente necesitamos es que juntemos las manos, las conciencias y las ideas para hacer un mundo mejor en una verdadera libertad e igualdad.
Sé que algunos dirán que soy un resentido social, nada más lejos de la verdad y lamentablemente a veces la verdad es dolorosa.
¿Cómo o cuál podría ser la salida a este agobio mundial?
No soy pensador político, tampoco sé si alguna vez lograré reconocerme como un científico social; pero lo que sé es que debemos comenzar por lo relativamente sencillo, debemos regresar a su lugar de origen el Patrimonio Histórico, en su contexto original; debemos respetar y conjugar nuestras identidades históricas; luego lo siguiente será más fácil como lograr la identificación de nuestros males y curarlos con la unidad y solidaridad real; identifiquemos claramente que la nueva elite mundial y sus aliados locales son unos cuantos individuos; no la clase popular que ahora es también mundial.
En fin Hermanos no hay que dormir ni descansar mientras nuestros pueblos no sean realmente libres e independientes.
Alcalá de Henáres, 26 de agosto de 2004.
COLOFON
Los autores
A manera de recuento de todo lo leído (si es que se ha leído), quisiéramos expresar varias ideas, de una manera bastante diferente a la que acostumbra terminar un libro de estos; para facilitar el intento de conclusión, lo plantearemos de manera esquemática, como un listado, veamos como resulta:
1. Si se llegó hasta aquí, de antemano muchas gracias, esto significa que no ha estado aburrido después de todo y, por tanto, la pretensión postulada en el “introito” se ha cumplido: ¡...hemos llegado a las mentes...!.
2. El ejercicio profesional de arqueólogo contemporáneo viene siendo agresivamente transformado, por varios factores, la “refrita” modernidad como le dicen, el avance tecnológico, el desarrollo del pensamiento científico y el atractivo modo actual de expresar ideas en arqueología son algunos de los factores que se expresan en estos tiempos. Por tanto creemos, al final de cuentas, que este “reposo” resulta siendo mas bien un innovador alegato de declarar posición ideológica y proponer planteamientos alternativos de interpretación de la realidad....¡vamos!, proponemos un camino interesante de discusión, para ser mas claros.
3. Creemos que este ejercicio planteado es atrevido, teniendo en cuenta nuestra limitada formación teórica, pero creemos también que es necesario y urgente que en nuestro país, otras nuevas generaciones lo hagan, tal ves mas seriamente, menos disipado, pero que se publiquen ideas. El resultado de una encuesta universitaria sobre la enseñanza de la arqueología en el Perú arrojó, cifras preocupantes en el estudiantado al evidenciar el poco conocimiento que se tenía de las distintas escuelas teóricas de pensamiento que estaban vigentes en la época en que se realizó el estudio (casi 12 años). Es imperativo, que se fortalezca el debate en estos términos. Creemos aportar en algo al publicar “reposo...”.
4. No hemos agotado el repertorio, cuanto hemos demorado en producir este libro, equivale proporcionalmente a la cantidad de veces que hemos visto que faltan temas, en algún momento tuvimos que detenernos y decir “basta, luego publicamos lo demás”; de manera que esperemos que los siguientes “reposos”, sean cada vez mas profundos en abordar temas diversos sobre el quehacer de la arqueología contemporánea.
5. Finalmente, queremos expresar nuestra sensación personal que motivó la conclusión del presente proyecto editorial, el primero de envergadura para los tres autores; queremos expresarlo a través de una frase construida por uno de nosotros que la hacemos nuestra y la compartimos con los lectores:
“..cuando el badilejo descansa,
la pluma se enerva.”
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